10 tentaciones de Shanghái
Vistas de los modernos rascacielos de Pudong desde el Bund
Las cumbres de PudongUn recorrido por las nubes de la China contemporáneaLa zona financiera de Lujiazui es el corazón del barrio nuevo de Pudong y alberga losicónicos rascacielos que dan forma al skyline de Shanghái. Hace tan solo veinte años Pudong era una zona de pantanos, prácticamente deshabitada, pero, con las reformas realizadas por iniciativa del mítico Deng Xiaoping, Pudong fue convertida en unazona económica especial y se volvió pivote del desarrollo económico nacional. El equivalente de la torre Eiffel en el llamado París del Oriente es la Torre de la Perla Oriental. Al visitarla, conviene comprar el billete que incluye el acceso al observatorio más alto y a la montaña rusa para evitar las largas colas.Las torres Jin Mao y Centro Financiero Mundial, ambas entre los rascacielos más altos del mundo, tienen sus respectivos observatorios en el piso más elevado. Cada una alberga un hotel de la cadena Hyatt; el de la torre Jin Mao tiene en el piso 56 un atrio que bien merece ser visto. En la torre financiera, vale la pena subir a lo más alto de su peculiar forma de abrebotellas para sentir el vértigo que produce mirar hacia abajo mientras se camina por el pasillo con suelo transparente. Una cuarta cumbre, quizás la más apacible de todas, es el restaurante Flair, en el hotel Ritz Carlton. Dispone de una terraza exterior y se tiene la sensación de poder tocar la Torre de la Perla Oriental simplemente estirando el brazo.En la foto: Vistas de los modernos rascacielos de Pudong desde el Bund.
Yuyuan, el Jardín de la Salud y la Tranquilidad.
El jardín de YuyuanUn paraíso natural de la dinastía MingA lo largo de dos hectáreas de estanques, pabellones, fuentes, rocas, corredores, árboles, arbustos, flores y demás elementos típicos de los jardines chinos se extiende el Jardín de la Salud y la Tranquilidad, más conocido por su nombre chino: Yuyuan. El origen de este pulmón verde data de la dinastía Ming (siglo XVI) y se encuentra rodeado de edificios representativos de aquella época. Otrora fumaderos de opio, ahora esos edificios albergan tiendas de recuerdos en las que se puede divisar a los turistas regateando con los vendedores, algunos de los cuales dominan varios idiomas, español incluido. La entrada al jardín se hace cruzando un puente en zigzag, que tiene esta forma debido a que, según la creencia tradicional, los malos espíritus solo pueden ir en línea recta. El estanque debajo de este puente es el mismo que Matilde Asensi menciona en su novela Todo bajo el cielo. La larga fila que siempre hay a un costado del puente no es otra que la de los dumplings de Nanxiang, una parada obligatoria para todos los que desean probar estos raviolis típicos, el plato por excelencia de la cocina shanghainesa. También cerca de ahí pueden degustarse infinidad de variedades de tofu, brochetas de carne, tallarines y arroces fritos.En la foto: Yuyuan, el Jardín de la Salud y la Tranquilidad.
Museo de Arte de China
Museo de Arte de China La corona de Oriente y la herencia de la Expo 2010El que fuera el pabellón de la nación anfitriona durante la Expo 2010 acaba de reabrir sus puertas como uno de los museos más grandes de Asia. Con el firme objetivo de alcanzar un nivel equiparable al del Museo de Orsay en París o el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, se ha reutilizado este singular edificio con forma de pirámide invertida y cuyo diseño está inspirado en los soportes dougong, elemento tradicional de la arquitectura china.Ya puestos a explorar el recinto de la Expo, sería un auténtico pecado perderse el pabellón de Arabia Saudita. Apodado como El barco lunar, el recorrido ofrece una experiencia audiovisual fascinante en la que se combinan proyecciones sobre una cúpula invertida y una espectacular banda sonora. En los tiempos de la Expo 2010 era el pabellón más popular y la cola para entrar solía ser hasta de ocho horas. El pabellón fue realizado por GDP, una empresa sevillana especializada en museografía. Debido a su popularidad, ahora se ha convertido en otro atractivo turístico de Shanghái.En la foto: Museo de Arte de China.
Churrería San Ginés
San GinésChurros y otras delicias españolasLa famosa churrería de la capital española, que abrió su primer local en el Hongkou Plaza, acaba de abrir su segundo establecimiento en Shanghái, concretamente en elSuper Brand Mall, uno de los centros comerciales más conocidos, que se halla al lado de la Torre de la Perla Oriental. Si bien el chocolate es importado de España para garantizar el mismo sabor que el ofrecido en Madrid, lo particular de la hazaña es que la compañía ha sabido adaptar el producto a las costumbres chinas ofreciendo otras combinaciones, como helado, queso cheddar o chocolate al té verde. Los churros son preparados con un equipo importado de España y el maestro churrero de San Ginés preparó a los churreros nativos. Asimismo, la oferta de bebidas está complementada con la barra de café Los Portales de Córdoba. Otra manera de apreciar la influencia española en Shanghái es siguiendo las obras del arquitecto Abelardo Lafuente, quien vivió en la metrópoli en los años 20 y es responsable de introducir el estilo mozárabe en el panorama arquitectónico shanghainés. Sus obras icónicas son el salón de fiestas del Hotel Astor, la Mansión de Kong Xiangi que fue uno de los hombres más ricos de China y la casa que actualmente ocupa el restaurante Sashaís, pero que durante la guerra civil china fue habitada por Chang Kaishek, el acérrimo enemigo de Mao Zedong, el gran líder de la Revolución Cultural. Más información: www.sangines.com.cn En la foto: Churrería San Ginés.
Vista de un shikumen en Shanghái.
La magia del ShikumenDeambulando por Tianzifang y XintiandiEl shikumen, la construcción típica de Shanghái, es una fusión de arquitectura occidental y china. Con un paralelo al de la ciudad, se puede definir como una casa hecha de ladrillos de piedra, de dos o tres pisos, y apilada una tras otra en vecindades cuyos callejones se denominan longtang y se caracterizan por entradas con arcos estilizados. El shikumen es normalmente un lugar de residencia; no obstante, hay casos en los que se han transformado en lugares dedicados al ocio, las compras, la restauración y el arte.El primero es Tianzifang, también conocido como Taikang Lu debido a que la entrada principal se encuentra en la calle Taikang. Se trata de una vecindad que estaba a punto de ser demolida hace unos años, pero que fue salvada de la piqueta gracias a que los residentes se movilizaron y planearon convertir su laberinto de callejones en galerías, estudios artísticos, restaurantes, cafés gourmet y tiendas con una gran variedad de curiosidades. Tianzifang preserva la genuina esencia del shikumen; de hecho, los segundos y terceros pisos aún están habitados por ciudadanos locales... la ropa interior y demás prendas recién lavadas que cuelgan en las ventanas para secarse lo ponen en evidencia.Xintiandi, por su lado, es un área peatonal que fue reconstruida partiendo del diseño original de un shikumen, pero adaptándolo por completo a un espacio comercial de primer nivel. Shanghai Tang es una de las tiendas que no pueden perderse, ya que la marca sintetiza el folclore chino y lo plasma en preciosas prendas y accesorios. Por si se abre el apetito, las mejores opciones son el Ding Tai Fung o bien el taiwanés Café Bellagio, ubicado a dos manzanas de Xintiandi sobre la calle Taicang. La visita a Xintiandi puede complementarse con un paseo por el mercado de antigüedades de la calle Dongtai, un lugar perfecto para comprar recuerdos de la China antigua y de la era del comunismo genuinamente maoísta.En la foto: vista de un shikumen en Shanghái.
Puente Lupu sobre el río Huang Pu.
El mirador del puente Lupu... y el legado de la Expo más grande de todos los tiemposHace poco más de una década, el Lupu se inauguró como el puente de arco más grande del mundo y otra de las nuevas joyas construidas con motivo de la Expo 2010. Desde el lado de Puxi es posible subir a la parte peatonal del puente y, tras 367 escalones, se llega al mirador, ubicado en lo más alto del arco. Si la suerte favorece y hace un día soleado, es de los lugares más impresionantes para percatarse de la explosión urbana y arquitectónica de Shanghái, a la par que se puede sentir la fresca brisa del río Huangpu.A unos pasos se encuentra el museo de la Expo 2010, donde el atractivo principal es conocer a Miguelín, un bebé animatrónico de 6,5 metros de altura diseñado por la directora de cine Isabel Coixet para el pabellón de España y que en tiempos de la Expo era uno de los atractivos más populares de todo el recinto.Otros dos puntos interesantes son el pabellón de Ningbo, diseñado por el premio Pritzker 2012 Wang Shu, y el Powerhouse of Art, un museo de arte moderno erigido en el antiguo pabellón del futuro y actual sede la Bienal de Shanghái. En esa misma área también hay dos restaurantes sumamente populares entre los locales: Bifengtang, conocido por sus especialidades cantonesas, y Haodilao Hotpot, un establecimiento en cuyas mesas se coloca una olla que mantiene caliente el caldo para que los comensales puedan hervir ellos mismos su comida y acompañarla de una amplia variedad de salsas y condimentos. Lo más memorable del local son los tallarines Kungfu, que se elaboran al momento. Mientras tanto, los camareros bailan y realizan un espectáculo de malabarismo en el que también participan los sorprendidos clientes.En la foto: Puente Lupu sobre el río Huang Pu.
Plaza del Pueblo de Shanghái.
La Plaza del PuebloAtracciones y sorpresas en el corazón de la urbeLa plaza central de Shanghái alberga las oficinas del gobierno municipal, un amplio parque, el Museo de la Ciudad y el Centro de Planificación Urbana. Este último resulta de sumo interés, ya que recopila el rampante crecimiento que ha tenido la ciudad, describe con detalle las medidas que se han tomado para elevar la calidad de vida en Shanghái y permite echar un vistazo a los ambiciosos planes futuros. La visita a la Plaza del Pueblo se puede combinar con una caminata por la calle peatonal Nanjing, la cual se extiende hasta casi llegar al Bund. En este neurálgico lugar los anuncios luminosos y el bullicio de miles de transeúntes harán sentir el pulso de la ciudad. Puede ser recorrida a pie o bien a bordo de un pequeño tren; de noche la zona resulta más atractiva.En la foto: la Plaza del Pueblo.
Iglesia católica de Xujiahui, en el distrito de Xuhui. Es la iglesia católica más grande de la ciudad.
La Concesión FrancesaEl encanto parisino de los distritos de Xuhui y HuangpuDe todas las concesiones que hubo en Shanghái, la francesa fue la única que llegó a consolidarse, ya que las demás terminaron por fusionarse en la concesión internacional. Ubicada en los actuales distritos de Xuhui y Huangpu, la concesión francesa consiste en una serie de calles arboladas que discretamente ofrecen algunos de los rincones más pintorescos de la metrópoli. Pasear por sus calles permite revivir el esplendor de antaño al mismo tiempo que se disfruta de la fusión de cultura local y extranjera, tanto en lo arquitectónico como en lo social y gastronómico. Si lo que desea es admirar la concesión desde la altura, entonces la opción es la magnífica terraza del restaurante Azul, ubicado en el penthouse del edificio de Ferguson Lane. Si el paseo se prolonga hasta la noche, hay que encaminarse hacia Lola, uno de los bares más de moda, donde se puede ver a los propietarios, que son españoles, pinchando la mejor música.En la foto: Iglesia católica de Xujiahui, en el distrito de Xuhui. Es la iglesia católica más grande de la ciudad.
Patio del Templo del Buda de Jade.
La Shanghái MísticaLos templos de Longhua y del Buda de JadeSi bien puede asociarse esta ciudad china con la banalidad de las compras o los placeres del buen comer y beber, Shanghái dispone también de un lado místico y religioso que merece ser descubierto. Ubicado al sur, Longhua, el templo budista más grande de la ciudad, es el complejo con mayor valor histórico el edificio actual data del año 977 y fue construido durante la dinastía Song y quizás es el que más impresionará a los visitantes. Su pagoda es una de las mejor conservadas de la ciudad y el recinto está bendecido por una exuberante vegetación. Por su parte, el templo del Buda de Jade, aunque sin tanta trascendencia como el anterior, merece una visita para admirar in situ la estatua que da nombre al recinto: un impresionante Buda hecho de Jade que mide 1,95 metros de altura, pesa casi tres toneladas y fue traído desde Birmania a finales del siglo XIX.Con tantas tentaciones, no habrá quien se resista a la magia de Shanghái. Ya sean agradables paseos, rica historia, vanguardista futuro, exquisita gastronomía o interminables compras, la Perla de Oriente tiene todo para seducir incluso al viajero más exigente.Si bien muchos vaticinan que el siglo XXI será el de China, no resultaría extraño que Shanghái continúe reinventándose y haciendo incluso lo increíble para confirmar su estatus como una de las metrópolis más deslumbrantes del mundo. Por tanto, no sería una sorpresa que en un par de décadas la capital francesa sea bautizada con el sobrenombre de la Shanghái de Occidente.En la foto: Patio del Templo del Buda de Jade.