10 cuadros que debes ver una vez en la vida y dónde encontrarlos

Recorremos el mundo en busca de los cuadros que debes ver, al menos, una vez en la vida.

Cuadros que deben verse, al menos, una vez en la vida.
Cuadros que deben verse, al menos, una vez en la vida. / Museo del Prado

Ya lo decía el hombre del Renacimiento por excelencia, Leonardo da Vinci, "la belleza parece en la vida, pero es inmortal en el arte". Viajar a través o en busca de obras artísticas de referencia es una experiencia que ha permanecido a lo largo de los siglos. Los antiguos pintores se desplazaban para encontrar inspiración en otros lugares, pero también en otras obras; así como las personas más distinguidas culturalmente lo hacían para hacer disfrutar a sus sentidos.

Con la llegada de los museos en el siglo XVIII, esas obras se empezaron a conservar de una manera consciente y se pusieron a disposición de aquellos interesados en el arte, al principio muy pocos. Ahora se cuentan en miles los visitantes de los museos más conocidos como el MoMA de Nueva York, en Prado de Madrid o el Louvre de París. Existe incluso una tendencia viajera basada en la cultura, concretamente en las pinturas, y en lograr ver las más impresionantes al menos una vez en la vida.

'La última cena', Leonardo da Vinci (1498)

Pese a que la obra más buscada es la archiconocida 'Gioconda' o 'Mona Lisa', la multitud que se genera a su alrededor provoca que pierda la magia de la que goza. Aun así, por supuesto que es uno de los cuadros esenciales que hay que contemplar, pero 'La última cena' cuenta con un aura de misterio mayor. Una sola visita no es suficiente para apreciar todos los secretos: se dice que el apostol a la derecha de Jesucristo es María Magdalena, su mujer según evangelios apócrifos; o que el propio da Vinci aparece representado como Judas Iscariote.

'La última cena' de Leonardo da Vinci

'La última cena' de Leonardo da Vinci

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Convento Dominico de Santa Maria delle Grazie en Milán.

'Impresión, sol naciente', Claude Monet (1872)

Los inicios siempre son difíciles. Así lo fue para los impresionistas, que se dieron a conocer a través de una exposición pseudoclandestina que este 2024 cumple 150 años. El cuadro que llamó la atención por encima de los demás fue 'Impresión, sol naciente', el que también dio nombre al movimiento. Caracterizado por plasmar la luz de una manera muy distinta a lo que venía siendo, el Impresionismo nos acerca a la realidad de la época a través de representaciones costumbristas.

'Impresión, sol naciente', de Claude Monet

'Impresión, sol naciente', de Claude Monet

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Marmottan Monet de París.

'La noche estrellada', Vincent van Gogh (1889)

Este es quizá el cuadro más conocido de van Gogh, si no de toda la historia del arte. La imagen ha traspasado todo tipo de fronteras y ahora aparece estampada en cualquier parte, desde bolsos hasta murales. Perteneciente al movimiento post Impresionista, el holandés plasmó en el lienzo lo que él sentía al mirar las estrellas, que según decía parecían estar vivas. Todas las espirales transmiten una sensación de movimiento indudable, adelantándose unas cuantas décadas al expresionismo.

'La noche estrellada' de Van Gogh

'La noche estrellada' de Van Gogh

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

'Guernica', Pablo Picasso (1937)

Una de las muestras más crudas de los horrores de la Guerra Civil es esta obra cubista que muestra la escena del bombardeo de la ciudad homónima. Sus enormes dimensiones (3,49 por 7,76 metros) impresionan tanto como el mensaje que pretende transmitir. Aunque los bombardeos sobre Guernica fue lo que condujo al malagueño a crear esta obra, realmente quería crear un alegato genérico contra la barbarie y el terror bélicos. Ha suscitado numerosas polémicas e interpretaciones, pero no cabe duda de que es una de las más grandes obras modernas en todos los sentidos.

'Guernica' de Pablo Picasso

'Guernica' de Pablo Picasso

/ Pablo Picasso - Museo Reina Sofía

Dónde está expuesto: Museo Reina Sofía de Madrid.

'Joven de verde con guantes', Tamara de Lempicka (1929)

"Entre un centenar de pinturas tú puedes reconocer la mía. Mi objetivo era no copiar, crear un nuevo estilo, colores claros y luminosos, y devolver la elegancia a mis modelos". Así describe su obra la misma Tamara de Lempicka, una mujer adelantada a su tiempo que demostró que ella también podía ser vanguardista a su manera. Durante su estancia en París en la década de 1920 se convirtió en la retratista de estilo Art Déco más famosa de la ciudad. Poco a poco fue puliendo su obra hasta llegar a lienzos como 'Joven de verde con guantes' o 'Autorretrato en bugatti verde', donde la solemne sensualidad es la protagonista.

Dónde está expuesto: Centre Pompidou en París.

'El Grito', Edvard Munch (1893)

Del mismo modo que otras obras como 'El beso' de Klimt o 'La noche estrellada' de Van Gogh, esta se ha alzado como un icono de la cultura popular. Munch se inspiró en su vida atormentada, llena de trastornos psicológicos, alcohol, armas, un padre abusivo, una madre muerta y unas hermanas enfermas. Este cuadro fue su reacción ante un ataque de ansiedad que él mismo definió en su diario: "sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza". En su momento fue muy criticada y hubo controversia, recomendando incluso a las embarazadas que no fueran a verla. Hoy se considera una 'Mona Lisa' moderna.

'El Grito' de Munch

'El Grito' de Munch

/ Wikicommons. Mariordo

Dónde está expuesto: Galería Nacional de Noruega y Museo Munch en Oslo.

'El jardín de las delicias', El Bosco (1515)

El tríptico más popular de la historia fue ideado como regalo de bodas para los monarcas, aunque terminó por ser uno de los tesoros más preciados de Felipe II. Con la tabla cerrada vemos el inicio de los tiempos, cuando todavía el mundo solo era una esfera en mitad de la Creación divina. La tabla izquierda presenta a Adán y Eva, los primeros seres humanos sobre la faz de la Tierra, así como el inicio del Paraíso primigenio, antes de que se cometiera el pecado original. La tabla central, la más grande, representa cómo era el mundo antes del diluvio universal y la derecha muestra el infierno católico.

'El jardín de las delicias' de El Bosco

'El jardín de las delicias' de El Bosco

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Museo Nacional del Prado de Madrid.

'Las dos Fridas', Frida Kahlo (1939)

La artista Frida Kahlo se ha transformado en una imagen feminista más allá de su valiosa obra. Su vida estuvo marcada por problemas físicos sumados al abuso de su marido, el muralista Diego Rivera. En su cuadro 'Las dos Fridas' muestra su compleja personalidad, a la Frida casada y la soltera, pasado y presente conectado a través del corazón, a la vez apasionado y atormentado. La arteria que sujeta la mujer soltera derrama sangre, símbolo de los abortos que sufrió así como de la ruptura matrimonial que estaba a punto de suceder.

Dónde está expuesto: Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

'La gran ola de Kanagawa', Katsuhika Hokusai (1831)

Este es otro de los grandes iconos de la actualidad, que también lo fue para los artistas impresionistas que adoraban todo lo procedente de lo que ellos entendían como oriente. Forma parte de la serie '36 vistas del Monte Fuji, y este grabado otorga todo el protagonismo a un tsunami hipnótico a una distancia considerable del monte. Es la imagen congelada de un país todavía medievalista, anticuado, pero llamativo a partes iguales. Marca el inicio de la época dorada de Hokusai, que no acostumbraba a firmar con ese nombre hasta entonces.

'La gran ola de Kanagawa' de Hokusai

'La gran ola de Kanagawa' de Hokusai

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MoMA).

'Noctámbulos' o 'Los halcones nocturnos', Edward Hopper (1942)

La solitaria noche cae sobre el Nueva York de la década de 1940. Los hombres llevan sombrero y las mujeres vestido y tacones. No es tan diferente a la actualidad ni tan distante del cine noir de aquella época. La única luz que se percibe en toda la calle es la del bar en el que solo hay cuatro personas y el tabernero. Hopper hacía odas a la soledad, perdido en un ambiente silencioso y colocando al espectador en el exterior, como si fuera un espía que no quiere ser visto.

'Noctámbulos' de Edward Hopper

'Noctámbulos' de Edward Hopper

/ Wikicommons

Dónde está expuesto: Art Institute de Chicago.

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