Son Bunyola: una possessió mallorquina en el corazón de la Sierra de Tramontana

Un hotel ubicado en un edificio del siglo XVI y tres villas de lujo conforman el único establecimiento de la cadena Virgin Limited Edition en España. ¡Y solo hay 8 en todo el mundo!

Descubre un hotel de lujo escondido en la Sierra de Tramontana: así es Son Bunyola
Descubre un hotel de lujo escondido en la Sierra de Tramontana: así es Son Bunyola / Son Bunyola

Solo son necesarios unos 40 minutos para cambiar el chip desde que el viajero aterriza en el aeropuerto de Palma de Mallorca hasta que llega a la finca de más de 520 hectáreas de Son Bunyola. Atrás queda el ajetreado ir y venir de turistas y se abre paso un paisaje único, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La calma lo inunda todo, el entorno de la Sierra de Tramontana invita a la relajación y tan solo el canto de algunos pájaros o el balido de las cabras montesas que encontramos pastando rasgan el silencio. Y, de la nada, aparece ante nosotros una finca histórica que el año pasado abrió sus puertas transformada en un flamante hotel de lujo de 27 habitaciones y tres villas independientes que se alquilan de forma íntegra.

Son Bunyola pertenece al magnate Sir Richard Branson.

Son Bunyola pertenece al magnate Sir Richard Branson.

/ Son Bunyola

Rodeado de viñas, cítricos, almendros y plantaciones de olivos en terrazas, Son Bunyola forma parte de la cadena Virgin Limited Edition, una colección de hoteles, islas y retiros únicos elegidos por sus magníficos entornos y propiedad del empresario británico Sir Richard Branson. Solo hay 8 en el mundo y Son Bunyola, junto con The Lodge (un chalet de lujo en Suiza), son los dos únicos en Europa.

Así es Son Bunyola: la finca

Antes de empezar a recorrer este trocito de paraíso terrenal, resulta interesante saber que las partes más antiguas de esta possessió datan del siglo XIII, aunque hay vestigios anteriores, tanto de la Edad de Bronce como de la Edad de Hierro. El edificio central se remonta al siglo XVI, pero en el mismo también encontramos una parte de la torre de defensa original del siglo XIII, que ahora alberga una de las dos Tower Suites del hotel. 

Son Bunyola se sitúa en un entorno único.

Son Bunyola se sitúa en un entorno único.

/ Son Bunyola

Con semejante historia a sus espaldas, Son Bunyola destaca como una de las fincas más espectaculares de la Tramontana, recogiendo el testigo de un pasado glorioso. Y ahora, en la actualidad, podemos revivir ese pasado gracias a la reinterpretación del edificio mallorquín de la mano del estudio de arquitectos Gras Reynés que ha buscado preservar el patrimonio histórico y conservar muchos de los elementos originales, como la espectacular escalera que nos conduce hasta el primer piso, la capilla que preside el restaurante Sa Terrasa o la antigua almazara. 

Cada habitación de Son Bunyola está decorada en una gama cromática diferente.

Cada habitación de Son Bunyola está decorada en una gama cromática diferente.

/ Son Bunyola

Experiencias en Son Bunyola

Precisamente en el lugar en el que antaño se dedicaban a procesar el aceite de oliva, se ubica en temporada alta el restaurante Sa Tafona, mientras que en otras épocas del año se convierte en un espacio polivalente en el que realizar una interesante cata de vinos mallorquines o una sesión de pintura si el tiempo no acompaña y no se pueden sacar los pequeños caballetes a las terrazas para inspirarse en los bellos paisajes que unen el cielo, con la sierra de Tramontana y el mar como telón de fondo.

Vinos y pintura son solo una muestra de la amplia carta de experiencias y actividades de las que dispone el hotel, pero hay más: se puede jugar al tenis en la pista situada en las inmediaciones de la villa Sa Terra Rotja, practicar senderismo (se necesitan varias horas para recorrer la finca) o montar en alguna de las bicicletas eléctricas que se encuentran aparcadas en la entrada principal de la possessió. También se ofrecen clases de yoga y pilates, la oportunidad de aprender a crear un perfume único o disfrutar de actividades acuáticas como kayak o el alquiler de un barco de vela para disfrutar de una jornada marinera. 

Salita de estar de una de las suites de Son Bunyola.

Salita de estar de una de las suites de Son Bunyola.

/ Son Bunyola

Decoración mallorquina y… solidaria

Nada en Son Bunyola es casual. La decoración ha corrido a cargo de la empresa mallorquina de diseño interior Rialto Living, que ha decorado con un gusto exquisito cada una de las dependencias del hotel. Las habitaciones se muestran en cuatro gamas cromáticas diferentes, inspiradas en algunos de los colores que ofrece la Sierra de Tramontana y el mar Mediterráneo. Cada pared y cada estancia cuanta con diferentes obras pictóricas que, cada una en su estilo, demuestran la sensibilidad a la hora de vestir las paredes.

Más allá del trabajo llevado a cabo por Rialto, hay que prestar atención a algunos detalles; por ejemplo, la mullida alfombrilla de baño que, junto a las servilletas bordadas, la bolsa de algodón para el secador de pelo y las bolsas para la colada han sido tejidas a mano por artesanas del Centro de Tejidos Tamgounssi, en el Alto Atlas, cerca de Kasbah Tamadot, otro de los exclusivos complejos de Virgin Limited Edition.

El alojamiento cuenta con una extensa gama de tratamientos.

El alojamiento cuenta con una extensa gama de tratamientos.

/ Son Bunyola

Precisamente en Marruecos encontramos la Fundación Eve Branson (en honor a la madre de Richard Branson), que trabaja (entre otras cosas) para que un grupo de mujeres bereberes de la zona pueda formarse en diversos oficios artesanales con técnicas tradicionales marroquíes. Y para que la población pueda generar ingresos con su trabajo, han elaborado en exclusiva para Son Bunyola las alfombrillas de baño de lana que hemos mencionado. Cada alfombrilla ha tardado en elaborarse unos ocho días en un telar horizontal en el que se han utilizado fibras de lana natural tejidas con cientos de nudos y bucles que dan como resultado una textura extra gruesa y esponjosa de la que podemos dar fe. Un ejemplo más de que en este paraíso todo está medido al detalle.

Otros espacios por descubrir en Son Bunyola

También descubrimos varias salas de tratamientos de spa ubicadas al lado del salón de juegos (sí, hay infinidad de juegos de mesa, un billar y tableros de ajedrez) y una piscina de 28 metros con jacuzzi con unas vistas increíbles de la campiña que la rodea incluida la famosa Sa Foradada de Mallorca; pero volvamos por un momento a relajarnos con la extensa carta de tratamientos corporales, masajes y terapias faciales que ofrecen en este pequeño templo del bienestar. Las manos expertas de los miembros del equipo combinadas con productos naturales y comprometidos por la naturaleza conseguirán que el viajero salga con la sensación de estar flotando. Y volvemos a dar fe de ello. ¿Su tratamiento estrella? Bajo el sugerente nombre de ‘la magia del olivo’ se esconde un ritual de dos horas en el que el aceite de oliva virgen, el polvo de hueso y las hojas infusionadas se combinan para exfoliar, nutrir y revitalizar la piel, dejando un cutis iluminado.

Rincones con  encanto como este del restaurante Sa Terrasa.

Rincones con encanto como este del restaurante Sa Terrasa.

/ Son Bunyola

La gastronomía en Son Bunyola merece también un capítulo aparte. Y es que la chef italoargentina Brenda Lisiotti, que forma parte del equipo desde su apertura el año pasado, ha cogido ahora el timón y es la encargada de fusionar los sabores mallorquines más auténticos con creaciones más innovadoras. Su pasión y compromiso se ve reflejada en cada una de sus propuestas que, además, son elaboradas con productos de kilómetro 0. No en vano, la possessió cuenta con su propio huerto en el que se cultivan hierbas aromáticas, verduras orgánicas de temporada, cítricos, almendras, aceitunas, y miel que sale directamente de la docena de colmenas que se encuentran en la finca.

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