El Parador menos conocido de Madrid: una joya en el antiguo monasterio de Nuestra Señora del Paraíso

Hay pueblos de Madrid a los que gusta ir, como mínimo, una vez al año. Y Chinchón es uno de ellos. Esta bonita villa medieval situada a unos 45 kilómetros al sureste de Madrid es, tal y como nos contó Chat GPT hace un tiempo, el pueblo más bonito de la Comunidad de Madrid.

El centro neurálgico de este pueblo es su Plaza Mayor, un lugar bullicioso e impresionante gracias a su arquitectura tradicional (con soportales y cerrada por más de 230 balcones) y sus numerosos bares y restaurantes. También es parada obligatoria el Castillo, fortaleza medieval que data del siglo XV o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que alberga un cuadro de Goya.

Hoy, sin embargo, no vamos a dedicarnos a pasear por Chinchón, sino que vamos a descubrir el Parador menos conocido de Madrid: una joya en el antiguo monasterio de Nuestra Señora del Paraíso, que se encuentra a escasa distancia de la Plaza Mayor.

Descubriendo el Parador de Chinchón

Los amantes de la Historia tienen en este alojamiento su edén particular, ya que el edificio ha tenido una historia convulsa, marcada por los cambios de titularidad. Desde la propia web de Paradores ofrecen algunos retazos: ‘Fundado en el siglo XV por los primeros Señores de Chinchón, fue abandonado en 1626, funcionando durante los siglos XVIII-XIX como centro de formación humanista y, tras la desamortización de 1842, como juzgado y prisión regional’. Por si todos estos usos no fueran suficiente aliciente para el viajero, es interesante descubrir que uno de los huéspedes más notables (cuando el edificio se convirtió en el monasterio de Nuestra Señora del Paraíso) fue el archiduque Carlos de Austria, aspirante al trono español en la Guerra de Sucesión (1700-1714) y futuro emperador de Alemania. 

El Parador menos conocido de Madrid, ya que el de Alcalá de Henares ofrece tradición y vanguardia en la cuna de la literatura y no necesita presentación, ocupa el antiguo monasterio de Nuestra Señora del Paraíso, su claustro y escalera originales, y la primitiva iglesia, hoy convertida en una suite muy especial.

Alojarse en un monasterio

Hay viajeros de todo tipo. Y entre los que adoran alojarse en edificios históricos, también se encuentran los que tienen especial predilección por los edificios religiosos. Así, por ejemplo, muchos han dormido entre las paredes del ‘Escorial Asturiano’, tal y como se conoce al Parador de Corias, o en el monasterio benedictino de San Pedro de Villanueva, hoy convertido en el de Cangas de Onís.

Volvemos a Chinchón para descubrir las dependencias del monasterio. Descubrimos unos amplios jardines entre los que aparece ante nosotros una huerta que hoy acoge multitud de árboles frutales. Un rincón único en el que desconectar y relajarse. En lo que en su día fueron los establos hoy se asienta una piscina en la que aplacar los calores veraniegos y, para los más peliculeros, un claustro acristalado en el que admirar una interesante colección de arte religioso.

Con algo más de una treintena de habitaciones, el Parador de Chinchón ofrece hasta 5 categorías diferentes de alojamiento para que cada viajero elija la que más se adapte a sus gustos y necesidades. Desde las más sencillas (Doble Estándar, Doble Accesible y Doble Superior) hasta las más lujosas, como la Junior Suite o la Suite, que se sitúa en lo que fue la Capilla de Felipe V y destaca por un precioso papel pintado a mano que recrea los Jardines de Aranjuez.

Curiosidades del Parador menos conocido de Madrid

Ya hemos hablado de algunos detalles que hacen de este Parador una auténtica joya. Y seguimos desvelando curiosidades, como que el suelo del claustro está formado por trozos de tinajas de barro, mientras que otros suelos llevan piedras de la cantera de Colmenar de Oreja. Los jardines ocupan más de 10.000 metros cuadrados rodeando un edificio que también fue en su día telar, alcoholera, juzgado y cárcel.

Cocina madrileña en Chinchón

Y, como siempre que hablamos de la Red de Paradores, no podemos dejar de mencionar su cocina. El Parador de Chinchón cuenta con dos espacios gastronómicos diferenciados. Por un lado, tenemos el restaurante El Convento del Parador y, por otro, El Bodegón, un espacio temático abovedado donde se ofrece exclusivamente el cocido completo de taba, uno de los más singulares de Madrid.

Volvemos a El Convento para echar un vistazo a su carta, que ofrece una interesante representación de la cocina madrileña renovada, con el ajo y el anís como protagonistas de excepción. Asados, sopas y guisos de cuchara, carnes de caza y de corral o productos de casquería son algunas de las especialidades del Restaurante del Parador. Y, como fin de fiesta, nada mejor que acabar el festín con los postres caseros y dulces típicos del Parador menos conocido de Madrid, una joya en el antiguo monasterio de Nuestra Señora del Paraíso.