El hotel de Perú repleto de ruinas preincas y habitaciones con oxígeno para la altitud

En el JW Marriott El Convento Cusco, la historia de la antigua capital del imperio inca se aprecia en cada piedra.

JW Marriott El Convento Cusco.
JW Marriott El Convento Cusco. / Marriott

A 3.400 metros sobre el nivel del mar se encuentra uno de los hoteles más especiales de la ciudad peruana de Cusco, Patrimonio de la Humanidad, el JW Marriott El Convento Cusco. De ahí que cada una de las 153 habitaciones con las que cuenta tengan un sistema de oxígeno complementario para ayudar a los huéspedes a aclimatarse de una mejor manera a la altitud de la ciudad, 3.399 metros sobre el nivel del mar, y evitar el mal de altura. Es el primer hotel de la cadena a nivel mundial que cuenta con oxígeno en todas las habitaciones.

JW Marriott El Convento Cusco.

JW Marriott El Convento Cusco.

/ Marriott

Dicho hotel podría actuar también a modo de museo arqueológico, ya que cuenta con dos salas de exposición (una de 300 m2) llenas de restos de los periodos preinca, inca, colonial, republicado y contemporáneo.

Recepción con pieza de arte que representa a Inti, el dios del sol.

Recepción con pieza de arte que representa a Inti, dios del sol.

/ Marriott.

El JW Marriott El Convento Cusco recibe su nombre por estar ubicado en un antiguo convento, el Convento Colonial de San Agustín, que data del siglo XVI y ha sido declarado Patrimonio Cultural por el gobierno peruano. Hay algunas partes originales que aún se conservan de este (como la arquería del claustro o las piedras de de canto rodado dispuestas en arabescos que decoran el patio) y que se pueden ver en un recorrido por el convento que se hace con un monje. El convento empezó a ser restaurado en 2009 y acabó reabriendo como hotel de cinco estrellas en 2012.

Restos arqueológicos en el JW Marriott El Convento Cusco.

Restos arqueológicos en el JW Marriott El Convento Cusco.

/ Marriott

Respecto a los restos arqueológicos, el hotel ofrece diariamente un tour histórico para que los visitantes puedan admirar algunas joyas de la civilización Killke, que floreció en la región de Cusco antes que los incas, hacia el 800 d. C. Es decir, los incas no se asentaron en una zona deshabitada cuando eligieron Cusco en el siglo XII, sino sobre restos de culturas anteriores que asimilaron. Los restos de la cultura Killke hablan directamente de los orígenes de la ciudad antes de convertirse en capital del imperio inca. Entre esos restos hay hasta un entierro de carácter ceremonial.

Habitación del JW Marriott El Convento Cusco.

Habitación del JW Marriott El Convento Cusco.

/ Marriott

Situado a unos 400 metros de la actual Plaza de Armas cusqueña (visible desde tres habitaciones del nivel superior), el visitante que se interna el el JW Marriott El Convento Cusco lo hace a través de lo que fue la portería del viejo convento agustino. Ahí empieza su viaje a la historia, que continúa al entrar en el patio tipo claustro en el que se han conservado y restaurado tres sectores de arcos, cada uno con nueve arcos de medio punto.

Plaza de Armas de Cuzco.

Plaza de Armas de Cuzco.

/ Istock / ArtMarie/iStock

En las habitaciones, de nuevo un encuentro con la historia, ya que algunas estancias cuentan con fragmentos de auténticos muros de piedra incas protegidos por un cristal, como la suite Inca Wall.

JW Marriott El Convento Cusco.

JW Marriott El Convento Cusco.

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Por cierto, en el patio del hotel, donde también se celebran bodas, se encuentra Panchita, una alpaca bebé que hace las delicias de todos los visitantes y que les conecta con los Andes peruanos.

Ceviche en el JW Marriott El Convento Cusco.

Ceviche en el JW Marriott El Convento Cusco.

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Y en el apartado gastronómico, el restaurante y bar Qespi también busca esa conexión con la tierra andina al ofrecer propuestas peruanas basadas en productos que crecen en la zona.

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