El pueblo más sorprendente de León: hogar de pallozas y en un paisaje único

La provincia de León cuenta con numerosos rincones de gran popularidad como Astorga, Ponferrada o la propia capital, pero hay otros que no son tan conocidos y que tienen una increíble belleza. Recorrer los pueblos de esta provincia es la escapada perfecta para los amantes de la naturaleza y de la buena gastronomía. 

Cada uno de sus rincones es el hogar de un enclave natural único y pasear por ellos es una experiencia mágica. Pero hay un pueblo que no todo el mundo conoce y que ha enamorado a todo el que lo descubre. Sus peculiares edificaciones y sus encantos han convertido a este municipio en un destino increíble que no querrás perderte. 

Balboa, el sorprendente pueblo de León

Enclavado en la comarca del Bierzo, en León, nos encontramos con un curioso pueblo de 270 habitantes aproximadamente y que es una auténtica maravilla. Hablamos de Balboa, un municipio que a pesar de tener un tamaño reducido, se ha consagrado como una verdadera joya natural resguardada en las montañas de la Sierra de Ancares. 

Lo cierto es que esta zona abarca actualmente 17 pueblos que se reparten por todo el Valle de Balboa donde cada rincón respira encanto y paz y en todos ellos se dejan ver las huellas ancestrales que se han cuidado durante años manteniendo la tradición, el esfuerzo y la hospitalidad de sus habitantes. 

Pero lo más sorprendente de este bello pueblo de pocos habitantes es su rico patrimonio natural y la preservación de su arquitectura singular. Y es que, Balboa, comparte una peculiaridad arquitectónica e histórica con sus vecinos gallegos, una estructura muy peculiar que decora las calles del municipio. 

Las famosas pallozas

Se trata de las pallozas, una edificación circular tradicional de la zona noroeste de España. Están compuestas de paredes de piedra y sus techos están hechos de elementos vegetales con forma de cono como maderas o ramas. Las pallozas se han convertido en todo un icono del pueblo y cada año cientos de personas viajan hasta allí para descubrir su belleza. 

En Balboa, se pueden encontrar dos pallozas en pleno núcleo urbano, junto al ayuntamiento y al centro cívico de la localidad. Si paseas por el pueblo descubrirás muchas más, de hecho, una de ellas alberga un restaurante, completamente equipado y con platos típicos de la región.

Su singular decoración incluye una chimenea que brinda calidez durante los largos inviernos, y hasta un pequeño escenario donde ocasionalmente se celebran eventos. Este pueblo alberga la mayor concentración de pallozas en la sierra de los Ancares y es todo un lugar de cuento de hadas donde el castellano y el gallego se entrelazan en una única lengua.

Ideal para los amantes de la naturaleza

Pasear por este sorprendente pueblo de León es adentrarse en otra dimensión donde el tiempo parece haberse detenido y donde los preciosos árboles y montañas decoran un paisaje en el que destacan las pallozas y los preciosos edificios de Balboa. 

Si eres un amante de la naturaleza te encantará visitar lo que ellos conocen como la pequeña playa fluvial, un entorno ideal para darse un chapuzón y refrescarse del calor tras una visita por el pueblo ubicado en el Parque de Balboa. Pero Balboa aún guarda más encantos por descubrir. 

Al pasear por sus calles descubrirás un peculiar edificio situado en lo alto de la montaña, es el antiguo castillo de Balboa. Con cientos de años de historia, esta fortaleza vigila los hogares y pallozas del pueblo y crea una postal única. 

Además, si continuas el recorrido, podrás descubrir un peculiar puente de madera que cruza el río hasta llegar a la zona del embalse donde jóvenes y mayores pasan horas refrescándose en verano. 

Si quieres saber un poco más sobre este sorprendente pueblo de León, deberás hacerlo tú mismo. Visitar Balboa es adentrarse en un lugar en el que el tiempo se detiene y las estaciones pintan el paisaje con una gama de colores espectacular. Recorrer sus calles es como viajar en el tiempo y sus famosas pallozas son una prueba viva de la belleza e historia del lugar.