El pueblo más pequeño de Pontevedra: 1 habitante, infinitos encantos
Nos trasladamos hasta Pontevedra para descubrir no uno, sino varios pueblos que cuentan con tan solo un habitante.
Disfrutamos recorriendo la geografía española en busca de los pueblos más pequeños de cada provincia como una manera de rendir homenaje a esa España Vaciada que ve como las zonas rurales sufren un éxodo masivo y corren el riesgo de convertirse en pueblos fantasma con el paso de los años.
Y ese viaje hoy nos lleva a un destino muy especial, hasta la bella Pontevedra. Antes de descubrir el pueblo más pequeño (que ya os avisamos que os vais a llevar una sorpresa) conviene saber que la provincia cuenta con 61 municipios, siendo el de Dozón el que cuenta con menor número de habitantes. 1017 concretamente según los últimos datos que se pueden consultar en el IGE (Instituto Gallego de Estadística).
Tan solo en la provincia se pueden descubrir casi unas 500 parroquias despobladas a lo largo de los 61 concejos. Enclaves Y, ojo, porque puede parecer una cifra desorbitada, pero no llegan, ni de largo, a las más de 800 que acumula la vecina provincia de Lugo.
Pueblos con un solo habitante
Antes de meternos en faena y descubrir el pueblo con menos habitantes, debemos saber que cada concello o municipio lo forman diferentes parroquias o pequeños núcleos poblacionales dispersos a lo largo de toda la provincia. Y, aquí viene la sorpresa, ya que son unos cuantos (casi medio centenar) los que sobreviven con un solo vecino.
No podemos, por tanto, hablar de un único pueblo, ya que estaríamos faltando a la verdad. Y, como de lo que se trata, es de rendirle homenaje a aquellos que luchan porque los lugares que los han visto nacer (en algunos casos hace más de un siglo) no se acaben borrando del mapa, hoy no hablamos de un lugar en concreto.
Despoblación en Pontevedra
Muchas de estas pequeñas parroquias cuentan con un solo morador. La vida no es fácil y si bien la paz y la tranquilidad están aseguradas, otros servicios brillan por su ausencia. No hay comercios y hacerse con una simple hogaza de pan se convierte en ocasiones en una misión imposible. El panadero visita estos lugares un par de días en semana, así como algunas furgonetas de vendedores que llevan productos de primera necesidad. Y, los moradores que no disponen de vehículo propio, lo tienen aún más complicado. Además, hay que tener en cuenta que la media de edad de los pueblos que cuentan con un solo habitante no suele bajar de los 70/80 años.
La cosa cambia los fines de semana y durante el periodo estival, ya que mucha gente vuelve a estas pequeñas aldeas para disfrutar y desconectar, devolviendo el esplendor de antaño a sus lugares de origen. Y es que la falta de oportunidades laborales, la emigración causada por la búsqueda de formación y las comodidades que ofrecen las ciudades han ido arañando vecinos a estas parroquias.
Volvamos al municipio de Dozón para descubrir que tiene 8 parroquias, siendo la más despoblada la de As Maceiras, ya que cuenta con tan solo tres núcleos poblacionales: Maceiras, Parada y Carballeira. Por su situación geográfica, en un paisaje dominado por montes, hace que los escasos vecinos que allí viven puedan disfrutar a diario de lugares con un encanto único, como la Iglesia Parroquial de San Breixo, rodeada de bosques, en una elevación en medio de un robledal.
Igual panorama tienen en el municipio de Rodeiro, que cuenta con bastantes aldeas con tan solo 3 o 4 viviendas. Es el caso, por citar solo un ejemplo, de Villarabid, que cuenta también con tan solo un habitante.
En definitiva, el pueblo más pequeño de Pontevedra no es uno, sino casi medio centenar que sobreviven gracias al tesón y el arraigo del único vecino que los habita. Y, ojalá, que así sea durante mucho tiempo. ¡Larga vida a los pueblos!
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