El pueblo español que nadie conoce: alucinarás con su muralla medieval
Todo el pueblo se articula en el interior de la muralla medieval que lo convierte en uno de los pueblos más bonitos y escondidos de Cataluña.
Algunos rincones de España parecen haberse detenido en el tiempo, concretamente en la Edad Media. Mucho más allá de los pueblos clásicos de Besalú en Girona, Albarracín en Teruel o Pedraza en Segovia, el país cuenta con una rica variedad de municipios desconocidos para prácticamente todo el mundo, a excepción de sus habitantes y alguna persona más que se haya topado con ellos por diversos motivos.
Muchos de ellos cuentan o han contado con murallas milenarias -la más antigua está en Tarragona- pero pocos la conservan de la manera que lo hace Montfalcó Murallat, una villa medieval del municipio de Les Oluges en Lleida. Lo curioso de este lugar es que es literalmente un pueblo en el interior de una fortaleza. No se ha construido ninguna extensión por fuera de la muralla y sus 18 vecinos habitan en su interior como se hacía en la lejana época feudal.
En torno a una única calle
Su casco antiguo, construido con sillería, data del siglo XIII y rodea las 15 casas que lo conforman. Las murallas también son de ese mismo periodo, aunque su origen se remonta al siglo XI, durante la Reconquista. Su nombre original era Mons Falconis, que significa 'Monte del Halcón' y que acabó derivando en Mons Murallat haciendo referencia a su muralla defensiva que se construyó para la defensa contra las incursiones musulmanas.
Muchas de las casas permanecen adosadas a la piedra de la muralla, por lo que podría decirse que es esta la estructura base del pueblo. Una única calle recorre todo el municipio, que desemboca en la plaza central donde todavía se conserva una antigua cisterna y un horno de pan comunitario. Hay también una iglesia románica aunque muy reformada en honor a Sant Pere que aprovechaba la torre circular de defensa.
Su entrada principal se realiza a través de un arco de medio punto y alguna de sus casas de origen medieval se han reformado en los últimos años para convertirlas en alojamientos rurales. La conservación del patrimonio y la cultura se percibe en cada rincón, aunque también en las fiestas y actividades que se celebran como mercados medievales o recreaciones históricas.
Tradición en los alrededores
En los alrededores se puede visitar también el pueblo de Les Oluges, que mantiene intacto su castillo de Oluja en la parte más alta. Se cree que la fortificación se erigió en el siglo XI, pero tras sus modificaciones actualmente aparenta ser una casa señorial en lugar de un castillo. Esta población, así como toda la comarca de la Segarra, cuenta con una oferta gastronómica tradicional catalana en la que destacan productos locales como aceite de oliva o ambutidos.
Montfalcó Murallat permanece escondido tras la muralla y en secreto para muchos, pero su atmósfera y belleza antigua hacen de él un destino imprescindible para aquellos que disfruten de pasearse por la historia. Un entorno medieval perfecto para perderse, esconderse o desconectaren el interior de una muralla única en España.
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