El pueblo más bonito al que viajar en junio está en Teruel

Un pueblo donde vivieron celtíberos, romanos, musulmanes.

Un pueblo que merece la pena visitar en junio.
Un pueblo que merece la pena visitar en junio. / Istock / StockPhotoAstur

En la provincia de Teruel, a unos 1200 metros de altura, un pueblito presume de su encanto, sobre todo en esta época del año. El protagonista es Albarracín, que es bonito desde su nombre. Historia, patrimonio, cultura y una situación perfecta en el medio de la península. Aquí desgranamos las que creemos que son sus principales características.

La catedral y la inmensa muralla

La catedral y la inmensa muralla

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La historia de Albarracín

La historia de Albarracín se remonta a los tiempos de los celtíberos, quienes eran conocidos por su habilidad en la ganadería, metalurgia y agricultura. Vivían en poblados fortificados en cerros estratégicos y fueron reconocidos por los romanos como grandes guerreros, como guerreros temibles. La conquista romana, que culminó con la toma de Numancia en 133 a.C., dejó un legado cultural duradero, hasta nuestros días.

Durante el dominio romano, se construyó un impresionante acueducto de más de 18 kilómetros que conectaba Albarracín con Cella. Este acueducto, que podría haber sido construido en aproximadamente un año por 600 obreros, servía para mover molinos capaces de moler grandes cantidades de trigo, suficientes para abastecer a una ciudad de 5,500 personas.

Patrimonio y cultura: sus pilares

La Catedral de Albarracín, diócesis desde 1172, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. La construcción actual, iniciada en 1532 por el obispo Gaspar Jofre de Borja, incluye capillas familiares, un órgano barroco y monumentos funerarios.

Destacan la capilla de la Virgen del Pilar y la capilla de Santa María Magdalena, con su retablo renacentista de San Pedro. Otro punto de interés es el castillo o alcazaba, erigido sobre un peñasco triangular. Este núcleo defensivo, que data del siglo X, incluye torres, aljibes y restos de lujosas viviendas palaciegas, reflejando la opulencia de la corte de la época.

La cultura de Albarracín se ve reflejada en sus tradiciones y festividades. La indumentaria tradicional, muy influenciada por el clima riguroso de la sierra, utilizaba materiales gruesos y suelas de madera. San Antón, patrón de los animales, es una celebración destacada, donde se bendicen animales y se encienden hogueras en los barrios. Estas hogueras, que reúnen a la comunidad para asar alimentos y compartir vino, son una muestra perfecta de la hospitalidad local.

Siempre es un buen momento para viajar, y muchos destinos son buenos y agradables, sin embargo, no podemos dejar de recomendar una visita a la provincia de Teruel: tan injustamente olvidada. 

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