Ourense: la 'ciudad del agua' más infravalorada de Galicia
La comunidad gallega esconde un gran número de atractivos tanto naturales como rurales y urbanos, pero Ourense sorprende a todo el que la visita.
Como muchas otras ciudades europeas y españolas, Ourense encuentra sus orígenes en la época romana. En aquellos tiempos era literalmente una mina de oro y, aunque hoy el oro brilla por su ausencia, son las aguas termales las que gozan del mayor protagonismo. Ser la 'ciudad del agua' tiene un precio -que no es para nada negativo- y es tener ocho puentes que cruzan el río Miño, que, además, facilitan el agradable paseo por esta ciudad gallega tan infravalorada.
No es casualidad que Ourense sea la provincia española que más centenarios alberga y una de las Zonas Azules del planeta, pues el aura de la urbe transmite una tranquilidad de la que pocos sitios gozan. Poco más de 100.000 personas habitan la capital orensana. Quizá sea la falta de costa lo que provoca que no sea tan conocida, pero recorrerla caminando los cinco kilómetros de orilla del Miño y descubrir su casco histórico es suficiente para darse de cuenta de que no le hace falta.
De plaza en plaza
La Praza Maior es su punto central, el más importante y uno de los más curiosos, pues su suelo está inclinado y es irregular. Las terrazas que se asoman a la plaza son los elementos más emblemáticos, que dan al lugar donde sucede la vida orensana. Todas esas calles, Os Viños, que desembocan en la Praza Maior se unen por otro extremo en la Praza do Ferro, la ubicación por excelencia para disfrutar de unas tapas típicas gallegas como pulpo, oreja con pimentón o pastel de cabracho.
Pero cuando se habla de templos, el más relevante es la catedral tardorrománica de San Martiño, que esconde uno de los secretos mejor guardados de la urbe: el Pórtico del Paraíso, del siglo XIII y destacado por su policromía y excelente calidad escultórica. El Claustro de San Francisco, una joya gótica, tampoco se queda atrás. Este recinto monumental conserva más de 60 arcos coronados por capiteles esculpidos en la piedra y alberga otros edificios como la capilla de la Venerable Orden, el cementerio de San Francisco o el Auditorio Municipal.
La ciudad de las aguas
Eso que hoy supone uno de los mayores atractivos de Ourense, el Miño, suponía un obstáculo para los antiguos habitantes. Pronto se construyeron algunos puentes para conectar sendas orillas, siendo el más popular el Viejo o Puente Romano, erigido en el siglo I -aunque reconstruido más adelante-. Goza también de una gran popularidad el Puente Nuevo, diseñado por el arquitecto Álvaro Varela de Ugarte en 2001 y que llama la atención por la pasarela que lo rodea en forma de anillo.
Una vez sorteado el obstáculo, los orensanos no tardaron en percatarse del potencial de sus aguas más allá de los ríos. Ourense no es nada sin su agua. Sus ríos, sus fuentes termales y su lluvia suponen la esencia de la ciudad, que incluye aguas termales de uso gratuito en pleno centro histórico. El de As Burgas se distribuye en tres manatiales, la Burga de Abaixo, la central y la Burga de Arriba. A los lados del Miño también se puede disfrutar de la experiencia en instalaciones como A Chavasqueira u O Tinteiro.
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