Empieza la floración de los cerezos del Valle del Jerte: el espectáculo más bonito del año
La comarca cacereña se cubre de flores blancas que en un mes se convierten en las cerezas más deliciosas de España.
La naturaleza es puntual como un reloj suizo, aunque marca su propio ritmo. Tan imperturbable como bella, hace pasar una estación tras otra sin fallar. Las copas de los árboles van cambiando en color y forma, desde la floración hasta la caída de sus hojas los que las mudan. La tan esperada primavera está a punto de aterrizar en España. El sol, las lluvias esporádicas, las flores multicolores y los largos días . Reflejo de ello es el Valle del Jerte, que ya ha empezado a celebrar su Fiesta del Cerezo en Flor.
La floración ha comenzado en las zonas baja y media del valle. Este fenómeno se repite año tras año en la comarca cacereña donde el agua dulce y estos árboles florales son los protagonistas. La primavera da la bienvenida al despertar de la vida, el deshielo en las cumbres, el sonido del agua en las gargantas, cascadas y torrenteras y el verdor del paisaje. En este contexto se organiza un programa de actividades bajo el nombre 'Primavera y Cerezo en Flor en el Valle del Jerte'. Poco a poco, el valle se convierte en un manto blanco.
Los árboles no florecen todos a la vez, los primeros son los de las zonas más cálidas, culminando en el Puerto de Tornavacas, la zona más fría, con la llamada 'Lluvia de Pétalos'. Supone el paso del invierno a la primavera. Las flores desaparecen de las copas dando paso al verde primaveral que se tornará en rojo en poco más de un mes. El espectáculo de la floración es breve -dura entre 10 y 15 días-, pero de mayo a julio se recolectan las cerezas que las flores generan ahora. Solo en esa comarca hay 200 variedades del fruto, aunque la Picota del Jerte es la que cuenta con Denominación de Origen Protegida.
El Valle del Jerte
Esta mancomunidad formada por 11 pueblos divididos entre ribereños y serranos (Barrado, Cabezuela del Valle, Cabrero, Casas del Castañar, Jerte, Navaconcejo, Piornal, Rebollar, Tornavacas, El Torno y Valdastillas) fue declarada Bien de Interés Cultural en 1973. No solo los cerezos son lo atractivo del territorio. La orografía es impresionante, con algunos accidentes geográficos como la Garganta de los Papúos o la de los Infiernos, ubicada en la Reserva Natural homónima, el lugar más emblemático del valle.
Las rutas de senderismo son múltiples y su calidad, superior. Entre los pueblos destaca Cabezuela del Valle, Conjunto Histórico-Artístico desde 1998, que alberga el Museo de la Cereza. En El Torno se ubica el Mirador de la Memoria, desde donde las vistas son mucho más impactantes de lo que ya eran. El distrito es digno de visitar en cualquier época del año, pero más aún ahora, en estos 10 días en los que el blanco cubre lo largo y ancho del paisaje. Siempre, eso sí, respetando el entorno.
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