Descubriendo Antequera: de la ciudad de las iglesias a la cúpula más antigua de la humanidad

Este destino malagueño ha sido siempre un cruce estratégico situado entre las capitales más importantes de Andalucía, punto clave en el comercio de esta región.

Recorremos Antequera a través de las historias de sus vecinos
Recorremos Antequera a través de las historias de sus vecinos / Josefina Blanco

"Que salga el sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera”, dice el popular refrán sobre esta histórica ciudad, todo un auténtico cruce de caminos entre Sevilla, Granada, Málaga y Córdoba que le ha permitido ser considerada el corazón geográfico de Andalucía. Esa famosa frase fue pronunciada por el infante don Fernando, abuelo de Fernando II el Rey Católico, el 16 de septiembre de 1410 antes de proclamar la conquista de Antequera, para muchos la batalla decisiva antes de la toma de Granada 82 años después.

Cuesta de San Judas, Antequera.

Cuesta de San Judas, Antequera.

/ Josefina Blanco

Desde ese momento la ciudad se convirtió en punto clave en la frontera entre los territorios islámicos y cristianos y pasó a ser la novena ciudad de España durante el Siglo de Oro por su población y su actividad comercial con 17.000 habitantes y un puñado de fábricas de hilados, curtidos y otros productos derivados de los cereales. Ese esplendor atrajo a numerosas órdenes religiosas que se asentaron en un Antequera que empezó a ser reconocida como “la ciudad de las iglesias”, sobrenombre que todavía hoy se mantiene pues en pleno siglo XXI quedan 33 templos religiosos activos, el mayor número de iglesias y conventos de la península ibérica en una ciudad por su número de habitantes.

Detalle de la fachada de la Iglesia de San José, Antequera.

Detalle de la fachada de la Iglesia de San José, Antequera.

/ Josefina Blanco

Antequera sigue hoy siendo una ciudad muy viva con sus 41.000 habitantes que duermen a la sombra de su magnífica Alcazaba, históricamente la segunda barrera defensiva más inexpugnable en el sur de Andalucía tras la de Gibraltar. A diario su centro queda paralizado y cortado en tramos cuando los niños acuden al colegio y los visitantes comienzan a llegar para descubrirla, mucho más ahora que este destino cuenta con dos estaciones del tren de alta velocidad, Antequera-Santa Ana y Antequera AV, un hecho insólito que está permitiendo que las nuevas conexiones ferroviarias incrementen las inversiones de este municipio que fue testigo en 1978 de la firma del pacto de la preautonomía andaluza.

Vista general de Antequera.

Vista general de Antequera.

/ Josefina Blanco

Patrimonio de la Humanidad

Muchos son los reclamos turísticos que propone Antequera a sus visitantes, pero el primero de ellos desde 2016 está encabezado por el Sitio de los Dólmenes de Antequera, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Este conjunto muestra tres monumentos megalíticos —los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral— y dos naturales, las formaciones montañosas de la Peña de los Enamorados y El Torcal.

Todo un primer complejo megalítico español reconocido por la Unesco que se creó hace hace más de 6.000 años con una singular orientación ya que mientras la mayor parte de los monumentos megalíticos suelen alinearse para marcar la salida y la puesta del sol en los solsticios de invierno y verano, el Dolmen de Menga, catalogado como “la catedral del Neolítico”, se orienta hacia la Peña de los Enamorados y el tholos de El Romeral, que muestra la cúpula más antigua de la humanidad, se dirige hacia el paisaje kárstico de El Torcal. Solo el de Viera, descubierto en 1903, está enfocado al sol a lo largo de casi 22 metros dentro de la cavidad.

Tornillo del Torcal de Antequera.

Tornillo del Torcal de Antequera.

/ Josefina Blanco

Ese alineamiento misterioso culmina por un lado en la Peña de los Enamorados. Hablamos de una enorme roca caliza con un perfil que se asemeja a los rasgos de un rostro humano mirando hacia el cielo. Esa silueta, para muchos una deidad, alcanzó fama en todo el mundo por la leyenda morisca del Abencerraje y la hermosa princesa mora Jarifa, quienes se precipitaron al vacío desde la cima al comprobar que su historia de amor no podía llegar a buen fin.

Por otro lado, a 13 kilómetros en dirección hacia Málaga y el mar, El Torcal sorprende por su reducida extensión, unos 11,7 kilómetros cuadrados, con uno de los paisajes más espectaculares de Europa. Está constituido por rocas calizas, algunas de un sorprendente color rojizo, que tuvieron su origen en el fondo marino hace aproximadamente 150 millones de años.

Flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra.

Flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra.

/ Josefina Blanco

En este paraje se pueden recorrer dos itinerarios, la ruta verde (sencilla, de 1.400 metros de longitud, una hora de duración) y la ruta amarilla (de 2.750 m., dos horas y dificultad media), que trasladan a un lugar mágico con rocas que hacen volar la imaginación gracias a sus formas fantásticas como el Tornillo, declarado Monumento Natural.

Por todo el laberinto de senderos —es mejor no desviarse de las dos rutas señalizadas— se esconde mucha vida animal visible con algunos ejemplares de cabras montesas, zorros, ginetas, tejones, meloncillos, jabalíes, murciélagos, seis variedades de lagartos y dos de serpientes con la amenazante víbora hocicuda por su veneno. También existen más de 660 plantas y árboles, desde arces a encinas pasando por helechos, orquídeas salvajes, gamones y una extensa variedad de musgos y líquenes en cavidades y cuevas que fueron utilizadas como refugio durante la Guerra Civil.

Primera iglesia del prerrenacimiento andaluz

De vuelta a Antequera desde El Torcal, la ciudad alta queda a mano atravesando la encantadora plaza del Portichuelo con la llamativa Capilla Tribuna Virgen del Socorro (1715), punto clave del antiguo itinerario procesional de la conocida como Cofradía de Arriba y alcanzando finalmente la Plaza de Santa María y su Real Colegiata, que recuerda a la catedral de Granada por su autor, Diego de Siloé.

Palacio de Nájera (sede del actual Museo de la Ciudad).

Palacio de Nájera (sede del actual Museo de la Ciudad).

/ Josefina Blanco

Las obras del templo comenzaron en 1514 y culminaron 36 años después. En 1692 sus pertenencias pasaron a la Iglesia de San Sebastián y los oficios, a la Iglesia del Carmen por lo que su nave quedó vacía y el templo permaneció en el olvido a pesar de que en sus muros se desarrolló su célebre Cátedra de Gramática, de la mano del poeta Pedro Espinosa, que atrajo a la ciudad a algunos de sus amigos como Góngora, Lope de Vega y la poetisa Cristobalina Fernández de Alarcón, una de las primeras mujeres que pudo firmar sus libros con su propio nombre.

Hoy esta primera iglesia del prerrenacimiento andaluz es un centro cultural utilizado por el Ayuntamiento y la Diputación para todo tipo de actividades. Una de ellas, por ejemplo, fue el rodaje de La Monja Guerrera, durante cuatro meses en la primavera de 2019 para Netflix. También se organizan en la Colegiata visitas teatralizadas con los personajes históricos vinculados a Antequera, como el infante don Fernando o la pareja de enamorados de la Peña, sesiones de yoga o de escape room, un juego cada vez más de moda en el que los participantes deben adivinar una serie de acertijos para abandonar la Colegiata, y una cena sensorial exclusiva para 20 comensales, conocida como Paladares de Andalucía, para disfrutar de todos los sentidos menos de la vista.

El bello retablo de la Iglesia del Carmen

Saliendo por el Arco de los Gigantes y la calle Colegio y dejando a la derecha el Mirador de Michael Hoskin, se llega a la Iglesia del Carmen, Monumento Nacional gracias a su retablo mayor hecho de pino rojo de México con 52 imágenes que constituye una de las obras más bellas y significativas del barroco andaluz del siglo XVIII.

Recinto de la Alcazaba.

Recinto de la Alcazaba.

/ Josefina Blanco

Destacan también dos capillas, la del Santísimo y la de la Soledad, está ultima con un Cristo Yacente en color verdoso, una magnífica talla de la Virgen de la Soledad y una pequeña Virgen del Socorro del siglo XV, elaborada con pasta vegetal, regalo de los Reyes Católicos, que está encerrada en una hornacina. En esta iglesia no se celebran oficios religiosos, pero sí bodas de muchas parejas antequeranas.

El paseo por Antequera debe concluir en el barrio bajo de la ciudad repleto de encantadoras plazas, como la del Coso Viejo con el Palacio de Nájera y su excelente torre-mirador, la de San Sebastián o la de las Descalzas, descubriendo también los numerosos palacios que levantaron las familias nobles llegadas a Antequera en el siglo XVIII. El remate final, tras pasar por el Ayuntamiento y la Iglesia de San Juan de Dios, debe ser la plaza de toros, que rivalizó durante muchos años con el famoso coso de Ronda. 

Vecinos de Antequera

Kiko Vegas, propietario del restaurante Bienmesabe Santa María

Kiko Vegas, propietario del restaurante Bienmesabe Santa María.

Kiko Vegas, propietario del restaurante Bienmesabe Santa María.

/ Josefina Blanco

Los miembros de la familia Vegas son antequeranos, pero vivieron su primera experiencia profesional gastronómica en Málaga capital hasta que en febrero de 2019 decidieron abrir un restaurante en su ciudad natal. Kiko Vegas y su padre Juanma Vegas eligieron quizás el lugar más histórico y hermoso de la ciudad: frente a la Real Colegiata de Santa María la Mayor. No se equivocaron y hoy su restaurante es uno de los locales preferidos por antequeranos y visitantes gracias a su variada carta. Según Kiko, no hay que dejar de probar la porra antequerana, “nuestro plato estrella, a la espalda del salmorejo, pero para mi gusto mejor que este”.

José Escalante, director del Museo de la Ciudad

José Escalante, director del Museo de la Ciudad.

José Escalante, director del Museo de la Ciudad.

/ Josefina Blanco

Desde enero de 2023, José es director del Museo de la Ciudad. Antes ostentaba la dirección de Archivo Histórico Municipal de Antequera, cargo que aún mantiene, y por eso es uno de los hombres que mejor conocen el alma de este destino malagueño. El Museo de la Ciudad, ubicado en el Palacio de Nájera presidiendo la Plaza del Coso Viejo, es un espejo de este destino rico en obras de arte y arquitectura desde la antigüedad hasta el siglo XXI. Don José destaca dos piezas: El Efebo, “una obra de arte de la Hispania romana única”, y el San Francisco de Asís de Pedro de Mena.

Censi Sevilla, dueña de la única tienda de mantillas en España

Ascensión Sevilla, Censi para los antequeranos, nació en un taller del pueblo donde trabajaba su madre de bordadora, una faena que realizaba por su devoción a la Semana Santa. De ahí que Censi siempre se sintiera atraída por este trabajo artesanal para las mujeres.

Primero abrió una tienda de moda femenina que le dio sus primeros beneficios y en 2011 tomó la decisión de inaugurar la primera tienda de mantillas en España. “Ese producto no existía en el mercado —comenta la propietaria de Mi Mantilla en el número 20 de la calle Duranes— y nadie se atrevía a emprenderlo de una manera industrializada con una firma de moda exclusiva.”  

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