La revolución del 'todo incluido' llega a España: la versión caribeña mejorada

No sabíamos que lo necesitábamos pero ahora que Iberostar ha traído a España su concepto de 'todo incluido' mejorado (y sostenibilizado) y lo hemos conocido, soñamos con viajar hasta Mallorca en nuestras vacaciones de verano para vivir esa experiencia completa en la que todo está pensado para disfrutar. Más maravilloso que en la canción, si cabe.

Para empezar, una idea global: cuando hablamos de Iberostar Selection Albufera Park hablamos de un hotel donde las familias son bienvenidas (y bien halladas) y de un 'todo incluido' sorprendente (del que te contamos pequeños spoilers sin desvelar por completo para que no pierdas el efecto WOW). No estás en una masía olvidándote del mundo: hemos venido a divertirnos y estamos en el mejor lugar para ello.

Piscinas de todo tipo y un hotel sin límites con la playa

¿Qué sería de un 'todo incluido' sin la combinación perfecta de piscina, tumbona, toalla, cóctel en mano y paseo por la playa? El centro del complejo demuestra que el agua es clave: se trata de una gran piscina dividida en varias secciones, con miniparque acuático incluido, espectacular, muy divertida (y nada abarrotada) pero que no es, ni mucho menos, el único atractivo de este hotel. Ni la única piscina, si vamos al caso, pero eso hay que ir descubriéndolo poco a poco porque son de esos pequeños detalles que merecen el recorrido in situ.

Restaurantes buffet de cercanía: el éxito de lo local

A simple vista (y gusto) empiezan las diferencias, incluso cuando pruebas sus comidas en el ya clásico buffet (estrella en estos alojamientos): en el complejo contamos con una preciosa heladería pink estilo retro, un puesto con snacks 24 horas y, sí, tres restaurantes estilo buffet (de amplia calidad, no hay más que catar sus arroces, sus pescados sostenibles de cercanía o pasar por Tamarindos, su beach grill) en los que, por cierto, se repite un milagro que llama la atención durante toda la estancia, nunca sientes que haya demasiada gente (y nuestra visita se produce estando a un 80% de su capacidad).

Martinete, Nopal y Kynos: la oferta culinaria extra nunca vista en un 'todo incluido'

La seña de la casa, en cambio, son Martinete, Nopal y Kyknos, un restaurante de tapas, un mexicano y un griego, respectivamente, que abren en el turno de cena bajo reserva para ofrecer esa experiencia premium diferente, internacional y tematizada que sí hay en America pero aquí es novedad total. En todos la comida es deliciosa, cuidada y la experiencia puede contar con musica en vivo, ya sea flamenco, una tuna o una arpista amenizando la velada. Todo, todo incluido. Especialmente los margaritas.

Para disfrutar de ellos, los clientes solo tienen que acceder a la aplicación del hotel y reservar con antelación porque, eso sí, las plazas son limitadas, con aforo reducido para ofrecer a quien consiga una preciada mesa, la mejor velada.

Pero es que hay más: quien ha visitado un hotel de este tipo sabe que la diversión puede pecar de extremos, ser poco interesante o forzada e incluso notarse la poca calidad; en este caso, el equipo (amplio, porque el volumen de personal resulta incluso apabullante) se esfuerza por ofrecer actividades constantes, variadas y cuidadas. ¿Y si estás tomando el sol a media tarde y aparece un equipo con cócteles bañados con helado? ¿Y si la azotea, con su maravillosa piscina infinita, da también para una noche en blanco?

Por cierto, un tip: esa piscina infinita en las alturas, con vistas a la Playa de Muro (parte imprescindible del hotel, pues no hay fronteras y su arena llega hasta una de las entradas del mismo), es la mejor piscina para ver el atardecer y todavía es tan secreta que a ratos es prácticamente privada. Las mejores vistas y, por supuesto, las mejores fotos, que son el recuerdo casi imborrable de un gran viaje.

Un 'todo incluido' mejorado que apuesta por la sostenibilidad

El concepto 'todo incluido', como avanzábamos, llega mejorado (y mejorando los presentes). En cualquier rincón encuentras un guiño a Mallorca o la zona de la Albufera, el parque natural protegido que rodea el espacio: ya sea en la decoración de las habitaciones, de verde cálido y con murales de lo pájaros autóctonos si dan hacia el interior o azules con peces si tienen vista mar. Porque claro, el mar está muy presente teniendo en cuenta que la Playa de Muro baña una de las zonas del hotel.

Tal es la unión que en Iberostar Selection Albufera Playa (la versión más tranquila, con spa y diferentes espacios y piscinas pensados para el relax, dentro del mismo complejo) hay una hilera de habitaciones con piscina privada y vistas a ese maravilloso paraje que es el Parque de la Albufera. Otra estancia diferente y top.

Y para rizar el rizo, buscando la absoluta modenrización del término, Iberostar ha apostado aquí por lo auténticamente sostenible y autosuficiente: con placas solares y equipos de cocina inteligentes, el hotel produce toda la energía que consume (nada más y sobre todo, nada menos).

Por último, un apunte personal: tras pasar por muchos tipos de hoteles, sufrir algunos en los que el 'todo incluido' supone perder calidad por todos los poros del servicio, en este complejo se consigue lo improbable: disfrutar y descansar al mismo tiempo. Rodeados de familias pero sorprendentemente sin el bullicio y caos que eso suele suponer y en un ambiente donde la familiaridad se convierte en un punto a favor. Merece la pena disfrutarlo y descubrir la versión españolizada y mejorada del modelo.