8 viajes que marcarán tu vida para siempre: de los ritos del Ganges al Mardi Gras de Nueva Orleans
Hay destinos que marcan la vida de los viajeros, que les transforman de tal manera que cuando vuelven a sus lugares de origen, ya no son los mismos. Y hoy hablamos precisamente de 8 destinos que son capaces de poner del revés los esquemas mentales de cualquier explorador.
Mientras que Instagram se llena de sitios típicos y tópicos, el viajero mas genuino pretende descubrir enclaves que le zarandeen, que le hagan conectar con su yo más profundo, con la parte más irracional del subconsciente… Y si bien es cierto que algunos de estos 8 destinos forman parte de esos viajes que hay que hacer una vez en la vida, ofrecen una experiencia que trasciende más allá, ya que conseguirán que cambie nuestra percepción del mundo.
Cualquier viaje nos cambia de una manera u otra. El Camino de Santiago, por ejemplo, lo tenemos aquí, a tiro de piedra, y ejerce un poder transformador en todo aquel que lo recorre. Y lo mismo pasa si visitamos la costa amalfitana que parece generada por IA, Nueva Orleans y su Mardi Gras, o nos dejamos sorprender por el poder de la naturaleza en Tanzania. Y estos son solo un ejemplo de los 8 viajes que marcarán tu vida para siempre.
Contemplar el amanecer en el río Ganges (India)
India es un país de contrastes, tanto es así que el viajero (y volvemos a los tópicos) no experimentará sensaciones moderadas. La pobreza, la riqueza, el misticismo, su concepción de la muerte, la purificación en el Ganges… provocarán una sensación única de conexión con el Universo o, por el contrario, una sensación de rechazo absoluto e indignación ante las desigualdades contempladas.
La ribera del Ganges, a su paso por Varanasi, ofrece una estampa que hemos visto hasta la saciedad. Ahora bien, contemplar el amanecer in situ, con una población entregada a la espiritualidad y el olor que desprenden las piras funerarias es una experiencia que, se mire por donde se mire, transformará al viajero.
Sentirte en comunión con la naturaleza en Ngorogoro (Tanzania)
De la India viajamos hasta Tanzania para contemplar Ngorogoro, un cráter en el que se dan cita los Big Five: elefantes, leones, leopardos, búfalos y rinocerontes. Además, una vez al año, multitud de ñus y cebras atraviesan en manada las llanuras para emigrar y se puede contemplar cómo el ganado de las tribus masái pasta junto a los animales salvajes.
Tan solo son necesarios 20 kilómetros de diámetro para poder hacernos una idea de la grandiosidad de África. Y es que Ngorogoro es una de las mayores calderas volcánicas del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, además de cuna de los primeros humanos. Su visita, en definitiva, proporcionará al explorador una sensación de comunión con la naturaleza única e inexplicable.
Disfrutar del carnaval Mardi Gras (Nueva Orleans)
Los amantes de la cultura tienen en Nueva Orleans su edén soñado. Y es que esta ciudad situada en el estado de Luisiana, es conocida por su historia, su curiosa arquitectura distintiva y una mezcla de culturas francesa, española y africana. El Barrio Francés, con sus balcones adornados de hierro forjado, nos abre una ventana al pasado colonial de la ciudad. La música jazz resuena en cada esquina, y la cocina local nos acerca a sabores únicos como el gumbo, una sopa de mariscos sazonada con infinidad de especias.
La mejor época para visitar Nueva Orleans es durante la celebración de su carnaval, conocido como Mardi Gras, ya que la ciudad se llena de música, color y alegría, creando una atmósfera festiva que ablandaría el corazón del mismísimo Mr. Scrooge. Desfiles con carrozas recorren las calles, lanzando collares multicolores y juguetes al público, mientras que locales y viajeros lucen disfraces extravagantes y una sensación de hermanamiento difícil de describir.
Espiritualidad en Chiang Mai (Tailandia)
Si se quiere conocer un destino espiritual, Chiang Mai, al norte de Tailandia, puede ser una fantástica elección, ya que alberga numerosos templos budistas, envueltos en una atmósfera tranquila y rodeados de bellos paisajes montañosos. Los viajeros pueden participar en retiros de meditación en templos como Wat Umong y Wat Suan Dok, donde se pueden aprender técnicas de meditación gracias a las enseñanzas de los monjes residentes.
La espiritualidad en Chiang Mai no solo se limita a la práctica religiosa, sino que también está presente en el día a día y en la vida cotidiana. Y es que los tailandeses valoran la paz, el respeto y la simplicidad, cualidades que muchos de nosotros perdemos debido al ritmo frenético que nos invade en nuestro día a día. Parar, respirar profundo y agradecer son cosas muy simples que nos cambiarán si tenemos la oportunidad de visitar Chiang Mai. Y si ya hacemos que nuestro viaje coincida con el Festival de las Linternas o el Festival de las Flores podremos descubrir, además, la rica herencia cultural de la región.
Romanticisco en la Costa Amalfitana (Italia)
La impresionante belleza de la Costa Amalfitana, con sus acantilados escarpados, aguas cristalinas y exuberantes terrazas de limoneros, nos provoca unos sentimientos únicos que nos permiten alcanzar una comunión total con el entorno. A esto se suma la hospitalidad de los lugareños, que combinada con su fascinante historia y las diversas tradiciones culturales nos permitirá admirar con otros ojos las cosas simples y auténticas.
La Costa Amalfitana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se extiende a lo largo del mar Tirreno y está salpicada de pintorescos pueblos que parecen escenarios de películas Disney. Amalfi, Positano y Ravello son solo algunas de las joyas que adornan esta costa, salpicada de pueblos con estrechas calles empedradas, coloridas casas y unas vistas panorámicas que nos permiten disfrutar de la dolce vita italiana.
Contrastes únicos en Seúl (Corea del Sur)
Seúl, capital de Corea del Sur, es una ciudad de contrastes fascinantes que combina a la perfección modernidad con herencia histórica. Por ello, es posible pasar rápidamente de los rascacielos futuristas y los centros comerciales mastodónticos a los tranquilos palacios y templos antiguos. La armoniosa convivencia entre lo antiguo y lo nuevo permite al local no dar la espalda a su pasado mientras avanza hacia el futuro.
La calidez y la hospitalidad de los coreanos permite a los viajeros experimentar un sentido de conexión y pertenencia único. Resulta sobrecogedor participar en alguna ceremonia del té tradicional, explorar alguno de los mercados nocturnos, como el de Dongdaemun y, como contrapunto, dejarse seducir por las nuevas tecnologías en Hongdae o Myeongdong. Y, precisamente estos contrastes son los que se quedarán para siempre en la mente del explorador.
El futuro que nos espera: Dubái (Emiratos Árabes Unidos)
Y de Seúl viajamos hasta Dubái, que también ofrece al viajero una experiencia única gracias a su capacidad para integrar lo antiguo y lo moderno de manera armoniosa. La ciudad ofrece multitud de experiencias, desde recorrer los lujosos centros comerciales como el Dubai Mall y observar la majestuosidad del Burj Khalifa, hasta explorar los antiguos zocos de Deira o disfrutar de su imponente desierto.
Dubái ofrece un lujo desmedido que contrasta fuertemente con la llamada a la oración, que se escucha cinco veces al día, y resuena por toda la ciudad recordando la importancia de la fe islámica en la vida cotidiana. Un destino que va ganando adeptos a pasos agigantados y que tiene pinta de colarse entre los más demandados a nivel mundial en los próximos años.
Experiencia transformadora: el camino de Santiago (España)
Ponemos punto y final a estos 8 viajes que marcarán tu vida para siempre con un destino que tenemos en España. Y sí, hablamos del Camino de Santiago, ya que supone una experiencia que transforma a todo aquel viajero que tiene la suerte de recorrerlo. Las largas caminatas son perfectas para admirar un paisaje único, pero, sobre todo, para reflexionar sobre la vida, las metas y alcanzar un beneficioso estado de calma mental.
Además, el Camino permite fomentar las conexiones humanas gracias a los peregrinos que llegan desde todas las partes del mundo. La solidaridad y la camaradería se alzan por encima de diferencias culturales. Y es que la empatía se convierte en la mejor carta de presentación a la hora de afrontar un viaje que deja una huella imborrable en el corazón de cualquier ser humano.
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