Todo lo que debes saber si vas a hacer el Camino de Santiago en verano

El Camino de Santiago es una experiencia que todo el mundo debería vivir al menos una vez en la vida. Se trata de una de las rutas de peregrinación más antiguas de Europa que honra la hazaña del apóstol Santiago que viajó desde Israel hasta España con la finalidad de predicar el Evangelio. Tras su muerte fue enterrado en nuestro país y los peregrinos comenzaron a visitar su tumba en el siglo IX. Desde ese momento comenzó la peregrinación a la ciudad de Santiago que creció sobre el féretro del apóstol para el que construyeron una catedral. En la actualidad muchas personas realizan el Camino de Santiago por motivos religiosos, pero hay quien lo hace por el amor al senderismo y la fama que tiene la peregrinación. Pero no es tan fácil como ponerse a andar, hay algunas cosas que debes saber antes de empezar El Camino y sobre todo si vas a hacerlo en verano.

No todo vale, para realizar el Camino de Santiago es muy importante tener una credencial de peregrino ya que sino el camino no será oficial. Este documento servirá como identificación peregrina para que durante el recorrido puedas acceder a menús y alojamientos con precios especiales y será el lugar en el que recolectar los sellos que confirman los logros del camino. Una vez llegues a la meta, la Catedral de Santiago, utilizarás la credencial para recibir la Compostela que certifica que oficialmente has hecho el Camino de Santiago. También debes saber que para conseguir este certificado has de recorrer un mínimo de kilómetros dependiendo de cuál de los 7 caminos que llegan hasta el objetivo final escojas para tu ruta. 

La ruta más popular y la más realizada por los peregrinos es el Camino francés que recorre 780 kilómetros por todo el norte de nuestro país hasta llegar a Santiago. Por el otro país vecino comienza el Camino portugués que empieza en Lisboa y tiene una duración de 610 kilómetros. Realmente el Camino de Santiago puede hacerse desde casi cualquier parte del mundo siguiendo las indicaciones marcadas por conchas amarillas, pero sin duda la más frecuentada y realizada por principiantes es aquella que comienza en Sarria, dentro de la propia Galicia y que abarca los últimos 100 kilómetros del Camino francés que son lo mínimo que hay que recorrer para recibir la Compostela. Pero mucho ojo, los kilómetros mínimos para completar el camino cambian si lo realizas en bicicleta o a caballo.

Antes de comenzar el viaje es importante una buena organización, debes saber que caminarás unos 20 kilómetros cada día y lo ideal es comenzar antes de que salga el sol para evitar las altas temperaturas. Lo primordial es preparar una mochila que seas capaz de cargar durante muchas horas y en la que incluyas los elementos fundamentales para el camino. Las zapatillas de montaña, la ropa cómoda, los esenciales de aseo, la crema de sol, la documentación y el agua serán tus mejores amigos durante el trayecto. Además, es imprescindible una buena condición física y practicar largas caminatas antes del inicio de la andada. Pero si vas a realizar el Camino de Santiago en verano es recomendable ir bien preparado. 

Consejos si vas a realizar el Camino de Santiago en verano

Son muchos los que prefieren hacer esta peregrinación en el periodo estival ya que coincide con las vacaciones, los días son más largos, puedes refrescarte en piscinas, coincide con muchas fiestas patronales, la ropa de verano pesa menos y cargas menos equipaje en la mochila y llueve menos. Pero también tiene su parte mala, hace más calor, hay más aglomeración de gente y los albergues y restaurantes suelen estar llenos. No obstante, siempre es buena idea hacer el Camino de Santiago en verano siempre y cuando tengas en cuenta estos algunos consejos.

La hidratación es un factor muy importante cuando se practica un deporte, pero sobre todo en verano ya que el calor provoca una deshidratación más rápida y no debes descuidar la ingesta de agua. El cuerpo suda mucho debido al camino y al peso de la mochila y requiere de mucho líquido para recuperarse. No es posible cargar con una gran garrafa de agua, pero durante todo el trayecto encontrarás fuentes y botellas de agua ofrecidas por los vecinos para aquellos peregrinos que necesitan refrescarse. 

Pese a que lo ideal es caminar de madrugada para evitar las horas en las que el sol calienta más, es imprescindible utilizar protector solar en todo el cuerpo para evitar quemarse. En el Camino de Santiago se pasan muchas horas al sol por lo que la crema será tu mejor aliado. No sólo hay que proteger el cuerpo, también la cabeza y por ello es muy importante llevar gafas de sol y gorra. También es buena idea llevar un pequeño ventilador de mano y un pulverizador de agua con el que refrescarse. 

La ruta tradicional que recorre los últimos 100 kilómetros suele estar muy aglomerada y además es una de las más calurosas. Pero hay una ruta que es muy recomendable evitar en verano, la Vía de la Plata. Este trayecto recorre el sur de España hasta Galicia y es el tramo más caluroso del Camino de Santiago. También hay que tener en cuenta que algunas partes del Camino francés que atraviesan Castilla y León son amplias llanuras sin sombra y puede resultar complicado recorrerlo en verano.

En verano es normal utilizar ropa más fresca para evadir el calor, pero si realizas el Camino de Santiago en el periodo estival, este tipo de vestimenta será muy importante. Pese a que las zapatillas pueden dar mucho calor porque deben ser cómodas para caminar y no es recomendable hacerlo en sandalias o chanclas, hay otro tipo de prendas que pueden ayudar a rebajar la temperatura corporal. A parte de la ya mencionada gorra, es ideal utilizar pantalones cortos y camisetas que transpiren pero siempre buscando la comodidad y evitando rozaduras provocadas por las largas caminatas. Si sigues este consejo, el camino será mucho más fácil.

Todas estas indicaciones harán de tu viaje al Camino de Santiago en verano una experiencia única que no podrás olvidar jamás. Además, la organización debe ser el pilar fundamental de tu preparación, es muy importante dividir la ruta por días estimando los kilómetros aproximados que realizarás cada jornada, seleccionar los albergues, hostales, hoteles o monasterios en los que pasarás la noche, preparar la mochila a conciencia sabiendo que cargarás con ella durante todo el camino, pero lo más importante son las ganas y la motivación de vivir esta aventura reconfortante que seguro querrás repetir en el futuro.