Un tesoro budista escondido entre las rocas: un lugar que nadie conoce de India
Un hallazgo asombroso: las cuevas de Ajanta.
En abril de 1819, un grupo de oficiales de la Compañía Británica de las Indias Orientales, en plena maniobra en los montes Sahyadri de Maharashtra, decidió emprender una cacería de tigres cerca del pueblo de Ajanta. Guiados por un joven local, se aventuraron hasta un promontorio que dominaba una profunda garganta en forma de herradura. Durante la expedición, uno de los soldados, John Smith, se apartó del grupo y, al mover unas ramas, se encontró de frente con una enorme estatua de Buda tallada en la roca, ofreciendo una silenciosa bendición. Asombrado, llamó a sus compañeros, quienes descubrieron que junto a la estatua había una oscura entrada que penetraba en la montaña. Sin saberlo, habían redescubierto las antiguas cuevas de Ajanta, ocultas durante más de mil años.
Historia y significado
Las cuevas de Ajanta comenzaron a excavarse en el siglo II a.C., coincidiendo con el auge del budismo en India. El trabajo en estas cuevas continuó hasta el siglo VII d.C., cuando la religión budista empezó a declinar en la región. Su época de mayor esplendor ocurrió bajo el patrocinio de los emperadores Gupta y la dinastía Vakataka. Situado a 800 metros de altura y en el centro de rutas comerciales, Ajanta se convirtió en un importante santuario budista, enriquecido con las donaciones de peregrinos. A partir del siglo VI d.C., solo una pequeña comunidad de monjes habitó el lugar hasta su abandono en el siglo VIII d.C.
Un conjunto de cuevas únicas
Ajanta cuenta con 29 cuevas excavadas en la roca volcánica cerca de Jalgaon, Maharashtra. Estas cuevas albergan esculturas y pinturas que datan desde el siglo II a.C. hasta el siglo V d.C., y son consideradas uno de los mejores ejemplos de arte budista religioso. Las cuevas de Ajanta son exclusivamente budistas, a diferencia de Ellora, también famosas, que alberga también arte hindú y jainista.
Hoy en día, las cuevas de Ajanta son una de las atracciones más impresionantes de India. Situadas en el distrito de Aurangabad, estas cuevas talladas en roca volcánica incluyen una rica colección de pinturas y esculturas que reflejan la maestría de antiguos artistas indios. La UNESCO destaca estas cuevas como una de las mejores muestras del arte religioso budista.
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