Silk Stocking Milk Tea, la bebida tradicional que causa furor entre los modernos de Hong Kong

Un local con más de 70 años de vida ha puesto de moda entre los jóvenes hongkoneses el té filtrado con medias de seda.

Trabajadores del mercado cercano y jóvenes modernos coinciden en el Lang Fong Yuen.
Trabajadores del mercado cercano y jóvenes modernos coinciden en el Lang Fong Yuen. / Pablo Fernández

La escena es, cuanto menos, pintoresca. En un callejón en cuesta, los camiones de mercancías descargan productos frescos. Junto a los empleados del mercado, jóvenes ataviados con los últimos modelos de smartphone esperan en la interminable cola de un tradicional restaurante hongkonés llamado Lang Fong Yuen.  

En realidad, llamarlo restaurante es ser muy benévolo. Se trata, más bien, de un puesto callejero que, debido a su éxito, ha habilitado un pequeño salón con mesas bajas. Para hacerse una idea, basta con consultar en Instagram, donde los cientos de jóvenes que cada día acuden al local suben sus imágenes. Es curioso ver en la puerta como posan frente a la fachada, adoptando las típicas posturas copiadas de los influencers de turno. 

En el local Lang Fong Yuen, de Hong Kong, emplean medias de seda como filtro del té

En el local Lang Fong Yuen, de Hong Kong, emplean medias de seda como filtro del té

/ Jonathan Wong

El cuento de la lechera 

La pregunta obvia es: ¿por qué tanto éxito? La respuesta no es tan clara. Lang Fong Yuen nació en 1952 como un modesto local del céntrico barrio de Central, en la isla de Hong Kong. Su producto estrella es el Silk Stocking Milk Tea, infusión realizada en leche y filtrada con medias de seda, lo que, según los propietarios, le da una cremosidad añadida a la bebida. El que esto subscribe lo ha aprobado. Está buena, lo puedo asegurar. Pero si me preguntan acerca de la “cremosidad añadida”, solicitaré la presencia de mi abogado. 

Para acompañar al te, Lang Fong Yuen ofrece una pequeña oferta de comida. Lo más popular es el bolo bao, un panecillo caliente con una considerable rebanada mantequilla en su interior. Bolo bao significa, literalmente, panecillo de piña. Pero no hay rastro de la piña por ningún lado. El origen del nombre no está muy claro, pero lo que sí es seguro es que se trata de pan con mantequilla. De toda la vida. 

En el barrio de Central se encuentra numerosos locales tradicionales, como este herbolario, que sirve té de ginseng para llevar.

En el barrio de Central se encuentra numerosos locales tradicionales, como este herbolario, que sirve té de ginseng para llevar.

/ Pablo Fernández

Conexión europea

Aunque, a priori, usar una media de seda para filtrar una infusión pueda parecer exótico, no lo es. Cualquiera que haya escuchado historias de la postguerra española sabrá que, debido a la carestía, era habitual emplear calcetines para filtrar el café. El Silk Stocking Milk Tea es exactamente eso. Aunque con las redes sociales de su lado. 

Central, el barrio donde se encuentra Lang Fong Yuen, es una de las visitas imprescindibles de Hong Kong. Se trata de un bullicioso barrio en el que conviven rascacielos de grandes corporaciones con locales tradicionales que logran resistir a la presión urbanística. A la vuelta de la esquina se puede encontrar, por ejemplo, otra delicia de la gastronomía local: el egg tart. Que se trata, ni más ni menos, que un pastelillo de Belém de toda la vida. No hay que olvidar que Hong Kong fue colonia británica durante casi siglo y medio. Sí, pero los pastelillos de Belém son de Portugal, me dirán. Es cierto. La vecina Macao, a una hora en ferry, estuvo gobernada por los portugueses desde 1557 a 1999, cuando se convirtió en una región administrativa especial de China, igual que Hong Kong.

La oferta gastronómica de Hong Kong es abrumadora: 78 restaurantes con estrella Michelín

La oferta gastronómica de Hong Kong es abrumadora: 78 restaurantes con estrella Michelín

/ Pablo Fernández

Además de estas curiosidades gastronómicas, Hong Kong dispone de una abrumadora oferta culinaria. La ciudad cuenta con 78 restaurantes con estrellas Michelín: 7 de tres estrellas; 13 de dos estrellas; y 58 de 1 estrella. Madrid es la ciudad española con mayor número de restaurantes “estrellados”, con 23. Y solo uno con tres estrellas. Así que conviene tener prudencia cuando uno está de viaje y alardea de la gastronomía española.  

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