Road trip por Cerdeña: así es la isla italiana detenida en el tiempo
Sorprendentes sitios arqueológicos, playas infinitas bañadas por aguas turquesas, mucha naturaleza y una deliciosa gastronomía. ¡Este tesoro mediterráneo lo tiene todo!
Cerdeña aún encierra grandes secretos, especialmente en su litoral sur, donde las vibrantes calles de Cagliari son solo el aperitivo para descubrir la historia de la segunda isla más grande del Mediterráneo. Desde la capital sarda, los yacimientos arqueológicos se suceden por el sur y el interior, descubriendo apasionantes mundos secretos. Entre ellos destacan los nuraghis. Propios de la civilización nurágica, son construcciones de piedra en forma cónica que cumplían con distintas finalidades. Explorarlos entre pueblos que exprimen la esencia italiana y playas bañadas por infinidad de turquesas, nos sumergirá en la más pura calma.
Además de ser la capital de Cerdeña, Cagliari es la puerta de entrada a la isla. El mejor punto de partida para comenzar a mezclarnos con su pasado, que combina armoniosamente con su presente. Desde las callejuelas del amurallado barrio de Castello, pasando por la Catedral de Santa María, el Bastión de San Remo o las torres medievales dell´Elefante y San Pancracio, hasta la preciosa playa urbana de Poetto. Como testigo de otros tiempos, Cagliari también guarda un magnífico anfiteatro romano.
A unos 32 kilómetros, las ruinas de la antigua ciudad fenicio-púnica de Nora, nos harán seguir descubriendo la rica antigüedad que aún reina en Cerdeña. Pero antes, ¿qué tal si nos damos un baño en una de sus playas más bonitas?
Las playas de Cerdeña son verdaderos paraísos intactos
Hemos llegado a Villasimius, un pueblo costero conocido por sus paradisiacas calas desde las que contemplar la Torre de Porto Giunco, una atalaya del siglo XVI levantada para defender ataques piratas.
Las playas vírgenes continúan desplegándose en Costa Rei. Entre ellas destacan las de Santa Giusta, Monte Nai y Cala Sinzias con sus azules profundos y arenas doradas. En esta zona también es posible visitar zonas arqueológicas como Cuili Piras, un complejo formado por cincuenta menhires que recuerdan a Stonehenge
Los arenales de San Teodoro, hogar de flamencos rosados, son de una belleza inigualable. La Cinta, Cala Brandinchi o Cala Ginepro son algunos de ellos.
Acercándonos al norte, Olbia da acceso a la popular Costa Esmeralda. Esta ciudad portuaria cuenta con un animado ambiente y es perfecta para degustar la gastronomía local. ¡Por algo su nombre se traduce como "feliz"!
Descubre todos los secretos de esta ruta en la guía de Noleggiare
Al norte de la isla se extiende una pequeña península, de extrañas formaciones rocosas y pequeñas calas, que parece conducir al fin del mundo. Nos encontramos en Capo Testa, llamada así por su peculiar forma que recuerda a una cabeza. A ambos lados, dos playas se asoman a las Bocas de Bonifacio, el estrecho que separa Cerdeña de Córcega.
En el extremo noroccidental es el pueblo de Stintino el que parece anunciar el final de Cerdeña. El verdadero encanto de esta localidad pesquera reside en su costa, un trozo de tierra entre dos mares. Aquí, la preciosa playa de La Pelosa da nombre al paraíso sardo. Una invitación para explorar el cercano Parque Nacional de Asinara.
Cerdeña inesperada
Para seguir viajando a otros mundos habrá que sumergirse en la Gruta de Neptuno, una espectacular cueva formada por la erosión del mar. A ella se accede por el agua o subiendo los 654 escalones de la Escala del Cabirol. Una vez en el interior hay que admirar la gran sala y el lago La Marmora.
Considerada "la pequeña Barcelona "debido a su fuerte influencia catalana, Alghero será la siguiente parada de nuestra ruta. Esta ciudad fortificada es una de las pocas que conservan sus murallas defensivas. Entre sus visitas no debemos perdernos la Catedral de Santa María y el Museo del Coral, que descubre la estrecha relación del mundo submarino, y en concreto del coral rojo, con la ciudad.
A orillas del río Temo, el único navegable de Cerdeña, Bosa embelesa dominado por el castillo de Serravalle, el cual sobresale entre sus hipnóticos edificios de colores. En las inmediaciones, la extraordinaria playa de Piscinas se despliega junto al desierto más grande de Europa, con dunas de hasta 60 metros de altura, declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Varias teorías dan nombre a Iglesias, nuestro siguiente destino. Unas sugieren que se debe a la cantidad de templos religiosos que había en la ciudad y otras a la influencia del poder eclesiástico en la región. Muy cerca se encuentran tres visitas imprescindibles. La primera será el solemne templo romano-cartaginés de Antas. Con Porto Flavia, un impactante puerto encajonado en mitad de un acantilado, alcanzamos la segunda. La tercera será la cueva de Su Mannau y sus cinco kilómetros de galerías formadas por los ríos Plácido y Rápido.
En la costa suroccidental nos maravillamos con Isola di Sant´Antioco, una islita unida al resto de Cerdeña por un istmo. En esta pequeña Cerdeña tampoco faltan playas blancas, yacimientos arqueológicos y un importante patrimonio entre el que resalta la Basílica de Sant´Antioco. Por encima de ella, la isla de San Pietro resplandece con su naturaleza protagonizada por calas rocosas, acantilados, riscos y el Capo sándalo presidido por un faro de 1864. Y es en este lugar donde nos damos cuenta de que en Cerdeña, el Mediterráneo italiano alcanza su máxima plenitud.