La Riviera de Turquía, ese sueño desconocido

Playas paradisíacas y un paisaje natural idílico protagonizan este destino poco masificado al que debes ir al menos una vez en la vida.

Playa de Turquía: Antalya Konyaalti

La playa de Antalya Konyaalti es un sueño cercano: en la riviera turca.

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Cuando pensamos en playas paradisíacas de aguas cristalinas y arenas doradas automáticamente nuestra mente viaja hasta Baleares, el Caribe o Bahamas, pero no son las únicas con estas características, el mundo está lleno de lugares increíbles que hay que visitar al menos una vez en la vida. Si hablamos de Turquía nos transportamos a Estambul o Éfeso, ciudades antiguas llenas de monumentos y edificios históricos, pero este país esconde un secreto que asombra a todos aquellos que lo descubren.

Hablamos de la Riviera turca, una espectacular costa que abarca playas y calas bañadas por el Mediterráneo y el Egeo, entre las provincias de Cesme y Alanya. Este precioso paraje natural recorre el suroeste de Turquía decorado con playas soleadas y lugares con historias mágicas que no creerás hasta que las veas con tus propios ojos. 

Los golfos de Antalya y Fethiye protagonizan paisajes idílicos en la Riviera turca por sus atracciones culturales, playas paradisíacas y costas de ensueño. Este mágico lugar que parece sacado de una película sobre las vacaciones ideales es el destino favorito de los viajeros que buscan sol, mar y relax. 

Riviera turca

La Riviera turca y su impresionante playa y el parque Konyaalti en Antalya

/ efired | Istock

La playa de Öludeniz, una joya de la Costa Turquesa

Una característica muy especial y conocida de la Riviera de Turquía, también conocida como la Costa Turquesa, es la gran cantidad de días soleados que tiene. Nada más y nada menos que 3.000 horas de sol al año iluminan las playas de arena dorada en las que relajarse y disfrutar del paisaje. Sus numerosos kilómetros de costa hacen de este lugar un espectáculo donde la playa es la protagonista. Una de las más famosas, y que sin duda no puedes perderte, es la playa de Öludeniz. Se trata de una especie de laguna escondida en un parque natural que cuenta con grandes acantilados y vistas a la espectacular isla de Rodas.

Öludeniz se encuentra en el parque natural de la Laguna Azul y sus aguas son consideradas las más claras de todo el Mediterráneo e ideales para practicar actividades acuáticas como el buceo. Además, toda la zona costera cuenta con numerosos restos arqueológicos e históricos de edificios o naufragios dotando al lugar de un incentivo turístico basado en la cultura.

Por si fuera poco, la Riviera turca es perfecta para los amantes de los animales, ya que en sus orillas se produce el nacimiento de tortugas que salen de sus huevos y se desplazan hasta el mar. 

Laguna Azul Turquía

La Laguna Azul es uno de los paisajes más impresionantes de la Riviera turca

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Un baño en la ciudad sumergida de Simena

No puede faltar una visita a Kekova, una isla ubicada en una impresionante bahía y cercana al pueblo pesquero de Ucagiz. Allí se encuentra la famosa ciudad sumergida de Simena, una población que quedó hundida bajo el mar tras los terremotos que tuvieron lugar aproximadamente en el siglo II.

A día de hoy Simena es un gran atractivo turístico para aquellos que quieren bañarse entre edificios antiguos. Además, Kekova cuenta con la fortaleza de los caballeros de San Juan, en cuyo interior está el teatro más pequeño del mundo antiguo con paredes talladas en la roca. Pero eso no es todo, esta isla también es hogar de las ruinas de templos y baños públicos milenarios que son la prueba viva del esplendor que un día tuvo la zona. 

Ciudad sumergida Simena

Ciudad sumergida de Simena, en Kekova

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Para conocer su apasionante historia existen numerosas caminatas y senderos que recorren la costa visitando los emplazamientos más importantes del destino.

La revista The Times calificó uno de los senderos de la Costa Turquesa como "una de las más bellas caminatas del planeta". Es el camino de Licia que pese a su extenso recorrido, ofrece vistas que no creerás que existen como templos griegos, anfiteatros o el templo de Apolo y el Gran Ágora Imperial reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No puedes marcharte de la Riviera turca sin hacer senderismo por sus rutas y sin probar delicias gastronómicas como los mezze, los börek o el köfte. Sin duda es un paraíso aún desconocido para muchos y que con sus playas, historia, gastronomía y paisajes enamora a todo el que la visita. 

Cómo llegar a la Costa Turquesa o la Riviera Turca

Por lo general, el trayecto se suele hacer en avión hasta Estambul (hay numerosos y muy económicos vuelos a Turquía desde España), y después o bien en vuelo interno hasta Antalya y Dalaman o viaje en autobús. Aunque lo recomendable al llegar es alquilar un coche para recorrer todos esos enclaves únicos.

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