El rincón más portugués de Portugal: una aldea construida alrededor de una gran roca

Alejado de la dinámica de Lisboa y de otras ciudades como la pintoresca Oporto se encuentra un pequeño pueblo que, aunque pueda pasar casi desapercibido, alberga una historia natural y social digna de ser conocida.

Monsanto, situado en el municipio de Idanha-a-Nova en el distrito de Castelo Branco, es una localidad cercana a la frontera de España que fue construida sobre roca granítica. En 1801, contaba con 2139 habitantes; sin embargo, debido a su condición de pueblo rural y la escasez de oportunidades laborales, hoy en día tiene una población de 829 habitantes.

Historia de Monsanto

Monsanto posee una de las cronologías más antiguas y multiculturales de todo Portugal. Según los datos históricos, diversas comunidades ocuparon esta aldea a lo largo del tiempo, dejando una huella que influyó en el diseño urbanístico, las tradiciones y la sociedad.

Desde el periodo paleolítico, la presencia humana en la zona se registra con evidencias arqueológicas, como el castro lusitano y la ocupación romana en el denominado campo de S. Lourenço, situado al pie del monte. Además, se han hallado vestigios de la ocupación visigoda y árabe.

En 1165, las tierras fueron tomadas por la Orden de los Templarios, reconocida como una de las órdenes monásticas-militares católicas más poderosas de la Edad Media. Bajo las directrices de Gualdim Pais, el grupo emprendió la construcción del Castillo de Monsanto y la preparación de las tierras para la creación de una aldea. Así, el pueblo se convirtió en un municipio de gran envergadura que permaneció sin cambios significativos hasta 1801, año en el que contaba con 2.139 habitantes.

El pueblo más portugués de Portugal

Monsanto tiene el título de ser el pueblo más representativo de todo su país. El concepto remite a una vieja idea que data de la época del Estado Novo -régimen dictatorial que gobernó desde 1933 a 1974- que establecía que la vida rural en los pueblos fomentaba la producción agrícola. 

Para fomentar esta idea, el gobierno seleccionó 12 estados del país, entre los cuales estaba Monsanto, que fue el que ganó. Como premio, se le regaló un gallo de Barcelos de plata, que es el símbolo de Portugal y que este pueblo lo alza con orgullo en la Torre de Lucano. 

Qué ver en Monsanto

Además de pasear por el centro del pueblo y contemplar su emblemática arquitectura medieval, en las proximidades de este punto se encuentran otros monumentos que merece la pena visitar y que son representativos de este municipio.

• Castelo de Monsanto

Se trata de una imponente fortaleza que se remonta al siglo XII. Construida en piedra, se sitúa en una ladera rocosa a escasos kilómetros de la aldea de Monsanto. Desde este enclave, las vistas se extienden hasta España al Este y la presa Barragem de Indanha al Suroeste.

• Ruinas de la iglesia de Sao Miguel

Justo antes de llegar al castillo de Monsanto, se encuentra esta capilla románica de los siglos XII-XIII, de la cual solo han perdurado los cimientos y las paredes. Asimismo, en los alrededores de la iglesia, se aprecian diversas tumbas antropomorfas excavadas en las rocas adyacentes.

• Miradouro do Forno

Desde este mirador, se puede admirar el restaurante Petiscos & Granitos, donde la roca enclavada captura la atención.