Praga, la ciudad del amor al arte: 10 paradas imprescindibles
Vibrante, cosmopolita e histórica. Nos perdemos por las sinuosas e intrincadas calles de Praga, considerada una de las ciudades más bonitas del mundo.
Un laberinto de calles adoquinadas y fachadas barrocas, un castillo de cuento de hadas y cientos de agujas que apuntan al cielo. Una historia de Kafka en cada una de sus esquinas, amenizada con una cerveza Pilsner. Una enciclopedia de la arquitectura y el arte dividida por el río Moldava, que separa el majestuoso Castillo y el barrio de Malá Strana de un lado, y la Ciudad Vieja y el Barrio Judío del otro.
También sus noches, en las que sus sinuosas calles se transforman en centelleantes luces aderezadas por locales en los que apetece quedarse. Una vuelta al hotel de madrugada en la que reimaginar sus antiguas calles medievales, por las que transitaban los reyes y dónde todavía se puede respirar una atmósfera que ha inspirado, y sigue inspirando, a artistas.
Praga, una de las capitales más codiciadas del Viejo Continente, es una declaración de intenciones: belleza cosmopolita, reticencias históricas y edificios elegantes en uno de los lugares que debería enmarcar los deseos de cualquier viajero que se precie. Vuelve a amanecer en La Ciudad de las Cien Torres y, con el alivio de un nuevo sol que se refleja en sus coloridas fachadas, las ganas de perderse por un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1992. Aunque es imposible condensar todos sus atractivos en una sola visita, he aquí 10 imprescindibles para perderte por Praga... y no perderte nada.
Torre de la Pólvora
Situada en el corazón del casco antiguo de la ciudad, esta majestuosa estructura medieval se alza como testigo silencioso de siglos de historia. Construida en el siglo XV como parte de las fortificaciones de la ciudad, la Torre de la Pólvora no solo servía como defensa estratégica, sino que también ha presenciado los vaivenes de la historia europea.
Este ejemplo de la brillante arquitectura del gótico tardío en Praga servía de entrada monumental a la Ciudad Vieja, por la que pasaba el cortejo de la coronación de los reyes checos. Una localización estratégica, utilizada como almacén militar en el que se guardaba la pólvora, a la que le debe el nombre. Ahora, además de uno de los imprescindibles históricos de la ciudad, también sirve como un mirador a 44 metros de altura.
Teatro de los Estamentos
Construido en el 1783 en estilo clasicista, este es uno de los grandes templos de la lírica, la ópera, el ballet y la música clásica de Praga. Un espacio con una historia estrechamente ligada al talento de Wolfgang Amadeus Mozart, por ser el lugar donde se inauguró su célebre ópera ‘Don Giovanni’.
La Praga de Kafka
Pasear por Praga es hacerlo, indudablemente, por algunos de los relatos de Kafka. Su ciudad natal le sirvió como inspiración, pero también como una de sus más grandes pesadillas. Quedó reflejado en sus libros, hoy venerados como algunas de las obras que deben leerse, al menos, una vez en la vida. En la ciudad hay diferentes puntos donde hacerse eco de su historia, pero dos de los más importantes son la ‘Casa del Minuto’ y el Museo Franz Kafka.
La Casa del Minuto, que forma parte del complejo del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, además de ser el lugar en el que vivió Kafka entre 1889 y 1896, es también un típico ejemplo de la arquitectura urbana renacentista checa.
El Museo de Franz Kafka, ubicado en las instalaciones de la antigua fábrica de ladrillos Herget, en las lindes de Malá Strana y del río Moldava, es el lugar dónde empaparse de una de las exposiciones más amplias sobre el autor. Aquí podrás navegar entre la mayoría de sus primeras ediciones: cartas, diarios, manuscritos, fotografías, dibujos y obras.
Reloj Astronómico y Plaza de la Ciudad Vieja
Plantarse en el centro de la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga, asistir a un festival de estilos arquitectónicos: fachadas góticas, renacentistas, neoclásicas y rococó presiden una colorida plaza con algunos de los reclamos más importantes de la ciudad.
Esta plaza que surgió en el siglo XII y fiel testigo de algunos de los acontecimientos más importantes y cruciales de la ciudad sirve como el escenario perfecto para el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, la Iglesia de Týn, la iglesia barroca de San Nicolás, el Palacio Rococó de los Kinsky, la Casa de la Campana de Piedra o el grandioso monumento a Jan Hus. Un crisol de monumentos y lugares de interés que hacen de esta una de las plazas más interesantes del Viejo Continente, donde además también podrás contemplar el meridiano de Praga.
La Torre del Ayuntamiento alberga el mayor reclamo de la ciudad: el Reloj Astronómico, el único reloj medieval que sigue funcionando y el tercero más antiguo del mundo. Las horas en punto celebra su especial momento de protagonismo: cuando un esqueleto toca la campana mientras los apóstoles se dejan ver desde unas pequeñas ventanas.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga es una de las grandes citas con la historia de la ciudad, por albergar en su recinto (uno de los complejos castillescos más grandes del mundo) algunas de las joyas más preciadas de Praga. Pasear por sus patios es hacerlo a la historia: imprescindibles son el Antiguo Palacio Real, la Catedral de San Vito, Venceslao o San Adalberto. También la Basílica de San Jorge o el Pintoresco Callejón del Oro, una de las vistas más sublimes de todo el complejo junto con el Palacio de la Reina Ana, también conocido como Belveder.
Un paseo por la historia del estado checo desde hace más de un milenio, en un recinto que merecerá varias horas para ser disfrutado y que fue la residencia de los reyes checos y, posteriormente, de los presidentes.
Jardines Wallenstein
Muy cerca del castillo y a escasos metros de la milla de oro de Praga te toparás con unos jardines poco conocidos, pero tremendamente curiosos y bellos. Este jardín barroco, con un diseño estríctamente geométrico, se creó en paralelo con la construcción del Palacio Wallenstein en el siglo XVII.
Pasear por él es hacerlo por un laberinto de arbustos, por grandes fuentes repletas de peces a las que acompañan decenas de pavos reales y grandes pabellones que marcaron precedentes por su magno tamaño. En verano también sirve como sede de conciertos y representaciones teatrales en un ambiente distendido.
Pero, sin duda, una de las cosas que te dejará con la boca abierta es la conocida como “La Gruta”. Esta emula una cueva repleta de estalactitas en una panorámica que, aunque artificial, te dejará con la boca abierta por su gran tamaño.
Puente de Carlos
Es la postal más icónica de la ciudad de Praga, con una longitud de 500 metros de largo y 10 de ancho que une la Ciudad Vieja (Staré Mesto), con la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Este recibe el nombre de su creador, Carlos IV, que puso la primera piedra en 1357 para sustituir el Puente de Judit, destruido por una inundación.
Esta panorámica, que surca el río Moldava, cuenta con más de 30 estatuas situadas a ambos lados. Pero hay una que debes tener en el punto de mira: la de su perro. Se dice que, si quieres volver a Praga, deberás tocarla para que tu sueño se haga realidad. También deberás dirigirte hasta la estatua de San Juan Nepomuceno, el lugar exacto desde el que se dice que fue arrojado al agua. Se dice que quien pida un deseo poniendo la mano izquierda en la representación de su martirio, este le será concedido.
La Casa Danzante
Es uno de los pilares de la arquitectura moderna praguense. Un edificio que hace “bailar” a la ciudad desde 1996. Este proyecto, de los arquitectos Vlado Milunic y Frank O. Gehry, está inspirado en un conocido pase de baile que popularizaron Fred Astair, simbolizado por la torre de piedra; y Ginger Rogers, simbolizada por la estructura con vidrieras.
Este epicentro turístico, además de ser uno de los más cotizado para las fotos, es también perfecto para tener una vista de Praga de 360º desde su rooftop o para pasar una tarde de lo más artística gracias a sus galerías de arte.
El arte de David Černý
No puedes irte de Praga sin maravillarte con alguna de las obras de David Černý, uno de los escultores más famosos del panorama nacional en Chequia. Y, lo cierto, es que Praga está repleto de sus esculturas que pretenden asombrar al público con una intención clara: una clara controversia con respecto al escenario político checo.
Una de sus obras más conocidas y visitadas no es otra que la Cabeza de Kafka, en el patrio central del centro comercial Quadrio. Instalada en 2014, es una estatua giratoria de 10 metros de altura que pesa cerca de 39 toneladas. Representa la cabeza del famoso escritor checo, haciendo un hipnótico movimiento con sus barras de acero horizontales de forma autónoma y continua. Pero no es la única.
También encontrarás su obra Caballo Invertido en la Plaza de Wencelsao; El Colgado, que muestra a Sigmund Freud colgando de una viga que sobresale del techo de un edificio, entre la Calle Husova y la Betlemske; Los Niños de Bronce, en el Museo Kampa en Malá Stana; o los Hombres Meando, una de sus obras más extravagantes y divertidas, ubicada frente al Museo Franz Kafka.
Torre de observación de Petrín
La Torre de Observación de Petrín es uno de los monumentos que dibujan el skyline de la ciudad de Praga. Esta, que se construyó con motivo de la Exposición del año 1981 como una copia libre de la Torre Eifffel, aunque a una proporción de 1:5 respecto a la parisina. Lo curioso es que su cúspide se encuentra a la misma altura sobre el nivel del mar que la del icono francés por excelencia.
Pero no solo es su torre: también el lugar en el que se enclava: el Monte Petrín. Este es uno de los lugares de esparcimiento más queridos de Praga en el que encontrarás jardines, antiguos viñedos y un lugar de entretenimiento como el Laberinto de los Espejos, también fabricado durante la Exposición de Praga.
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