Linz, una mirada al futuro desde la orilla del Danubio

Situada a orillas del Danubio, la capital de la Alta Austria se ha mutado en una urbe futurista con su propia milla cultural, en la que relucen el emblemático Museo Lentos de Arte Moderno y el innovador Centro de Arte Electrónico. Para la capitalidad cultural europea ha preparado un vasto programa de eventos con el que atender a los visitantes que se sumen a los ya fieles seguidores del Festival Ars Electronica y a los melómanos amantes de la música de Bruckner.

Linz, una mirada al futuro desde la orilla del Danubio
Linz, una mirada al futuro desde la orilla del Danubio

Fue centro de la industria bélica en la época del nacionalsocialismo -tras la anexión de Austria en 1938-, cuando era la ciudad preferida de Adolf Hitler. Tantos años después, es el principal centro siderúrgico del país. La transformación del hierro y el acero se materializa ahora en otros componentes muy diferentes para el progreso: los raíles de los trenes de alta velocidad como el TGV francés o el AVE español. Culturalmente, Linz ha pasado de la barbarie del campo de concentración de Mauthausen, a tan sólo 15 kilómetros al este de la ciudad, a la vanguardia del arte electrónico mundial. "Linz cambia" ("Linz verändert", en idioma alemán) es el lema de su capitalidad cultural, y vaya sí que ha cambiado indudablemente para bien.

Efectivamente, visitando el Museo Lentos de Arte Moderno o el renovado y reluciente Ars Electronica Center, el museo del Futuro consagrado al universo multimedia y al arte electrónico como su nombre indica, percibes que los moradores de la tercera ciudad de Austria en población (190.000 habitantes) y la primera en importancia industrial ya han cambiado el chip. Ya no se trata de vivir para trabajar sino de trabajar para vivir y disfrutar con una oferta cultural y de entretenimiento que ya querrían para sí otras ciudades más grandes y pobladas.

Milla cultural y futurista

El símbolo de esta transformación es la milla cultural a orillas del Danubio, que abarca el Museo del Castillo de Arte Regional, los ya mencionados Museo Lentos de Arte Moderno y Ars Electronica Center, así como el propio Parque del Danubio, en cuya orilla derecha se exponen diversas esculturas metálicas. En la misma margen se sitúa la sala de conciertos denominada Brucknerhaus en honor del compositor más insigne de la Alta Austria, Anton Bruckner. Este auditorio es el principal escenario del prestigioso Festival Bruckner, que se celebra todos los años a mediados del mes de septiembre.

El edificio más vanguardista de Linz no es otro que el que alberga el Museo Lentos de Arte Moderno (www.lentos.at), con la particularidad de que toda su fachada cambia de color (malva, azul o naranja) durante la noche, en una original y cromática mutación luminosa. Su colección permanente cuenta con obras de conocidos pintores como Schiele, Kokoschka y el cotizado Klimt. El nombre del museo recuerda a los primeros pobladores de Linz hace unos 2.500 años, los celtas, en cuyo lenguaje Lentos significaba curvado, en alusión a la curva que aquí hace el Danubio, que no llega a formar un meandro. En época romana el campamento pasó a llamarse Lentia y de ahí, sucesivamente, deriva el nombre de Linz.

En la orilla de enfrente se sitúa el otro museo emblemático de la capital: el Ars Electronica Center (www.aec.at). El también conocido como Museo del Futuro por su dedicación a las nuevas tecnologías multimedia, ha sido ampliado con 6.500 metros cuadrados. Ahora decora la margen izquierda del Danubio como una construcción de cristal iluminada con diodos que se integra con armonía en la nueva imagen futurista de la ciudad. En él se puede emular a Superman sobrevolando Linz, o descubrir cómo sería nuestra cara al añadirla rasgos de otro rostro del mismo o diferente sexo...

Una prueba palpable de que en Linz se ha concedido prioridad a los proyectos multimedia es otro museo como el OK-Offenes Kulturhaus (www.ok-centrum.at, nombrado fonéticamente por sus iniciales: "O Ka"), dedicado a temas críticos, sobre todo de artistas internacionales. Situado en la OK Platz, se llega a él tras atravesar la galería comercial Arkade, a la que se accede desde la Landstrasse, la gran arteria comercial de la ciudad.

Impuesto para ventanas

Una vez conocidos los vanguardistas museos de la capital de Alta Austria en los que se concentrarán algunos de los eventos más importantes de Linz 2009, conviene empezar la visita del remozado casco antiguo en la Hauptplatz, la barroca Plaza Mayor, verdadero corazón de Linz. Se trata de una de las plazas más grandes de Austria, cuya dimensión actual data de 1260. Debido a las ferias que tenían lugar dos veces al año, requería acoger al mayor número posible de comerciantes para que se instalaran en Linz, introduciendo el llamado "impuesto de las tres ventanas" para las casas. Si alguien quería más ventanas tenía que pagar más impuestos, por lo que los mercaderes construían casas con mucha profundidad, a veces hasta 80 metros de largo. Un ejemplo es la Casa Feichtinger, en el número 18, con un pintoresco patio renacentista. En esta plaza siguen celebrándose mercados típicos como el de los agricultores (que tiene lugar los viernes) y un rastro (los sábados) donde se puede comprar hasta un oso pardo disecado.

En el vetusto edificio del Altes Rathaus (antiguo Ayuntamiento, construido en 1514) se halla ahora la Oficina de Turismo abierta al público, en cuyo pasillo de entrada se pueden apreciar los retratos del emperador Federico III, del astrónomo Johannes Kepler y del compositor Anton Bruckner. Es interesante visitar el Museo Génesis situado al fondo del patio interior, aunque sólo sea para conocer las salas dedicadas a las glorias locales. A propósito de Bruckner, atravesando la Domgasse desde Hauptplatz se puede descubrir su perfil esculpido en la fachada de la actual Iglesia de los Jesuitas (Jesuitenkirche), la antigua catedral en la que fue organista. También Mozart compuso su sinfonía Linz aquí, en el número 20 de Klosterstrasse (con entrada por el número 17 de Altstadt).

Desde la Alter Markt se asciende al Castillo de Linz, mandado construir por Federico III en 1477, que se está remozando con otra futurista construcción no exenta de polémica por su edificación en una de sus alas (su inauguración está prevista de cara al verano) y donde nos aguarda el Schlossmuseum, uno de los museos más importantes de Austria gracias a sus tres ricas, colecciones de arte y de historia. Llegados a este punto, hay que recordar que el nombre medieval de la ciudad fue nombrado por primera vez en un documento de Carlomagno del año 799, en el que regala la pequeña Capilla San Martín "cerca de la fortaleza Linze" a su hermano político. La Martinskirche es la iglesia más antigua de Linz y recomendamos su visita aunque sólo sea por el fresco del siglo XV del Volto Santo de Lucca, una representación de Cristo muy conocida en Italia.

No hay que abandonar la capital de la región de la Alta Austria sin subir a la colina de Pöstlingberg para observar la ciudad a vista de pájaro, preferentemente al atardecer o mejor con el ocaso. Desde este promontorio es donde mejor se aprecia la curva del Danubio que dio lugar a la denominación celta de la ciudad y su carácter industrial al otearse las chimeneas de las factorías de la siderúrgica Voest, pero también la multicolor luminosidad fosforescente del Museo Lentos pasando del malva al naranja o al azul eléctrico. Definitivamente, Linz ha posado su mirada en la cultura futurista y en la vanguardia electrónica.

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