La bella localidad de Innsbruck resguardada por las montañas
La bella localidad de Innsbruck resguardada por las montañas / Istock / KenWiedemann

¿Por qué Innsbruck es la capital de invierno?

En el corazón de los Alpes, la animada ciudad austriaca combina grandes dosis de historia y cultura con los deportes blancos.

Circundadas por altas montañas que superan los mil metros de altura, las callejuelas del centro histórico de Innsbruck ofrecen un viaje al siglo XVI, cuando el emperador Maximiliano I decidió establecer aquí la capital de su imperio debido a su pasión por el paisaje alpino, llenando así la villa de un rico patrimonio. 

Las altas montañas custodian las calles de Innsbruck

Las altas montañas custodian las calles de Innsbruck

/ Istock / serts

Un buen punto de partida es la calle María Teresa, repleta de restaurantes, centros comerciales y otras tiendas que ocupan las antiguas viviendas medievales. Bajo el ayuntamiento se encuentra la Galería Rathaus, con paredes y techos de cristal proporcionando mucha luz a este moderno espacio dedicado al ocio. A un lado de la calle se levanta el Arco de Triunfo, mandado construir por la emperatriz María Teresa en el siglo XVIII. Al otro, el casco antiguo guía hacia la catedral de Santiago, de estilo barroco; la Iglesia de la Corte y sus 28 impresionantes estatuas de bronce y el Palacio Imperial, residencia de los archiduques de Austria. 

Otro de los puntos que merece la pena visitar es el mirador de la Torre de la Ciudad, Stradtturm. Ascender sus 133 escalones recompensará con bonitas panorámicas como la del Tejadillo de Oro, símbolo de la ciudad. Un llamativo edificio en el que destaca un balcón renacentista cubierto por 2.657 tejas de cobre dorado. 

Descubre Innsbruck junto a Club VIAJAR

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El caudaloso río Eno, en alemán Inn, corre enérgico al otro lado del casco histórico, especialmente en primavera, tras el deshielo. Este afluente del Danubio da nombre a la ciudad, que viene a traducirse como "puente sobre el río Inn". Los tejados de las coloridas casitas que marcan el margen del río parecen simular los picos de las montañas de Nordkette que se alzan detrás de ellas. A unos pasos es posible subir en el funicular con las botas de esquí puestas para deslizarse por sus pistas. Un pequeño trayecto más en teleférico llevará hasta Top of Innsbruck, otro tejado de la ciudad desde el que contemplarla a vista de pájaro. Situado a 2.256 metros, permite ensimismarse con los valles de Alemania e Italia, allá a lo lejos.

Las calles de Innsbruck conservan su aire histórico

Las calles de Innsbruck conservan su aire histórico

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Esquiar, lanzarse en trineo, caminar con raquetas de nieve y disfrutar de paisajes impresionantes también es toda una aventura en Küthai. Este pueblo ubicado a 2.000 metros de altitud garantiza nieve hasta bien entrada la primavera. 

Otro testigo de que estamos en la capital de invierno por excelencia es el Trampolín Olímpico, localizado al sur de Innsbruck y rediseñado por la arquitecta Zaha Hadid en 2001. 

La cultura de Innsbruck 

Junto al Trampolín de salto encontramos el moderno museo Tirol Panorama, que alberga una de las pinturas más grandes del mundo, demostrando la gran variedad de experiencias que ofrece esta urbe con estilo alpino, además de la práctica de deportes de nieve. Y es que Innsbruck es la segunda ciudad de Austria con más museos después de Viena, con otras fabulosas opciones como el Museo Swarovski o el Palacio de Ambras, que expone la curiosa colección de arte y maravillas del archiduque Fernando II, entre las que se encuentran objetos de Asia y un retrato de Vlad III El Empalador.

Descubre Innsbruck junto a Club VIAJAR

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VENTE DE VIAJE

En invierno, la capital del Tirol ofrece también una amplia agenda cultural repleta de eventos, exposiciones y espectáculos como Lágrimas Negras, dirigido por el célebre bailarín Enrique Gasa.

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