Qué ver en Fuerteventura en 3 días: el paraíso de los colores volcánicos
Paisajes áridos que quedan grabados a fuego en la memoria, un clima privilegiado que invita a la calma y aguas cristalinas que enmudecen. El paraíso de las Islas Canarias tiene nombre propio y se llama Fuerteventura.

La segunda isla más grande de las Islas Canarias tiene motivos más que suficientes para colgarse la medalla de ‘paraíso’. Lo es por tener algunas de las mejores playas del mundo, como la de Cofete que fue elegida en 2021 entre una de las mejores del todo el planeta, pero también por ser el lugar donde el bienestar y la relajación se dan la mano en una experiencia única.
Una porción del paraíso bañada en colores volcánicos que goza de unas temperaturas veraniegas durante prácticamente todo el año, dejando que sus impresionantes playas de arena dorada y sus impresionantes aguas cristalinas sean accesibles durante los 365 días del año.

De hecho, el paraíso de las Canarias, atrae cada año a los fanáticos de los deportes acuáticos que encuentran en la más antigua de las Islas Canarias el lugar perfecto para disfrutar del buceo, el windsurf o el paddle surf. Aunque el turismo activo se hace patente con lugares que parecen sacados de una película, como su extenso Parque Natural de Corralejo que alberga algunos de los paisajes más sublimes de toda la isla.
Sobre aguas cristalinas
Llegar a la Isla de Lobos es quedarse perplejo con algunas de las aguas más cristalinas de todo el globo terráqueo. No es para menos en este Parque Natural protegido por la Red Natura 2000 y en el que, hace miles de años, campaban a sus anchas los lobos marinos a los que debe su nombre.

La mejor forma de llegar hasta ella es hacerlo en catamarán, ya que te permite disfrutar de un paseo más relajado y tranquilo mientras te quedas embelesado con sus poco profundas aguas que permiten que la claridad sea absoluta. Hay varias empresas que se encargan de ofrecer esta experiencia, como Barracuda Perdomo Excursiones, en la que se incluyen bebidas, una visita guiada a la isla y un delicioso arroz a bordo rodeado de peces que emergen de sus aguas.

El interior de la Isla de Lobos nos deja un paraje único: un pequeño pueblo en el que aún quedan algunas casas que dieron vida a esta isla hace décadas así como un pequeño restaurante que hace homenaje a Antoñito El Farero, la última persona que se encargó de guiar a los marineros desde la hermana pequeña de Fuerteventura. De hecho el faro de Martiño, en el interior de la isla, se ha convertido en uno de los grandes reclamos para visitarla.
El Cotillo: entre acantilados y miradores
Un pequeño pueblo de tradición marinera que se ha abierto al turismo en los últimos años con una propuesta única: disfrutar de sus escarpados acantilados en los que admirar algunas de las puestas de sol más increíbles que hayan podido presenciar tus ojos.

Pero la magia de este lugar reside en que ha sabido conservar su encanto tradicional y su característica tranquilidad sin llegar a tener el impacto que se ha tenido en otras zonas como Corralejo o Morro Jable, dos de los lugares más codiciados de la isla.
Pero si algo tiene de mágico El Cotillo es la tranquilidad de sus playas. De hecho, sus habitantes cuentan que es extraño estar en la playa rodeado de gente. Para ello, cada uno tiene seleccionado un punto estratégico de la costa que bordea esta zona de Fuerteventura y que la tiene marcada como ‘su lugar de paz’. Un espacio para admirar, en silencio, la portentosa bravura o tranquilidad del mar. Y es que nada puede definir más a Fuerteventura que esa sensación.

El viajero, además de tranquilas playas, debe visitar el Faro del Tostón, que tuvo una gran importancia como puerto y que, ahora, se ha convertido en todo un símbolo para el pueblo acogiendo el Museo de la Pesca Tradicional, donde se detalla la estrecha relación de El Cotillo con la pesca.

La importancia de su puerto propició la construcción del Castillo de El Tostón, construido en el siglo XV para defender la isla de los ataques del norte del continente africano, que con el tiempo se ha convertido en una referencia histórica, arquitectónica y cultural de la localidad.
Con vistas al mar
Frente a las apetecibles aguas de la Playa Caleta de Fuste encontramos un remanso de paz expresamente preparado para encontrar la verdadera tranquilidad, en forma de un elegante resort de 5 estrellas en el que las vistas al mar son la panorámica que marcan todo su espacio. Hablamos del Hotel Barceló Fuerteventura Beach Resort, ubicado alrededor de una larga bahía de 800 metros de longitud con una fina arena dorada y cristalinas aguas.

El resort, un perfecto todo incluido, cuenta con 964 habitaciones repartidas en varias zonas que mantienen una esencia única y distintiva entre ellas. Es por eso que nos encontramos con varios espacios como el Royal Level Adults Only, pensado para los que buscan un espacio sin niños o el Royal Level Family Club, en el que encontrar todo el lujo y la tranquilidad con un montón de animación para los más pequeños.

La oferta se completa con varias piscinas, espacios de juego para los más pequeños (y los más mayores también), más de 14 restaurantes y bares repartidos por todo el resort con vistas al mar y un apetecible salón de spa con tratamientos relajantes y purificantes, que se complementan a la perfección con sus piscinas con chorros. Sus habitaciones también puede presumir de ser un auténtico escándalo, como las que se pueden disfrutar en su zona 'Solo Adultos', formadas por varios apartamentos con terraza, una cama doble en la que dormir como dioses, un amplio salón y un baño digno de la realeza.
El paraíso está muy cerca
A pesar de que el paraíso se encuentra a 2.000 kilómetros en línea recta desde España, podríamos decir que está más cerca que nunca. Lo está por la apuesta que se está haciendo desde aerolíneas como Iberia Express, que ofrece 13 vuelos semanales entre Madrid y Fuerteventura de noviembre a marzo.

Y lo hacen con una flota de 24 aviones, de los cuales seis son A321 Neo, el modelo más moderno y eficiente de la flota de Airbus de corto y medio radio. Estos aviones cuentan con nuevos motores que suponen una reducción del 20% de las emisiones de CO2. Su apuesta por la sostenibilidad se materializa con ‘Zero Cabin Waste’, un proyecto en el que reciclar a bordo, así como en la implantación de nuevos materiales sostenibles en su menaje a bordo.
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