Fermont, el pueblo de Canadá que se esconde del viento con un muro digno de Juego de Tronos

El invierno siempre está llegando... aunque ahora mismo estemos sudando la gota gorda.

Fermont, ofrece un paisaje que parece sacado de Juego de Tronos y recuerda también a Islandia.
Fermont, ofrece un paisaje que parece sacado de Juego de Tronos y recuerda también a Islandia. / Istock / Eloi_Omella

Lo primero es que quizá un lugar tan ventoso no debería estar habitado. Teniendo costas calentitas y agradables cómo tenemos, qué nos forzaría a establecernos en la hostilidad del invierno eterno canadiense, en un lugar donde los vientos se descargan con la furia de mil dioses. Bueno, el motivo, evidente, claro, es el dinero. En Fermont hay una mina, y mineros bien pagados, y una minera que está desbordándose en billetes. Dado el motivo de peso, las medidas a tomar son puras transacciones, y todo es posible. En esta ocasión, se ha construido un muro habitable para protegerse del viento y, en otras ocasiones, podríamos secar un mar o construir un paraguas gigante para cubrir una ciudad, o bueno, en fin, cualquier invento es bienvenido cuando se trata de facturar.

Las minas y sus dificultades de trabajo

Las minas y sus dificultades de trabajo

/ Istock / shaunl

El muro habitado

La decepción es compartida, amante de Juego de Tronos, el muro de Fermont no es un muro de hielo con guardianes y magias. Es una construcción de viviendas, bien sólidas, firmes y pegaditas, con todo lo necesario para vivir en su interior: más que un muro, se diría que es un refugio. Los empleados de la minera, pueden pasar todo el invierno ahí dentro sin necesidad de salir, salvo a trabajar. Todo lo que puedan necesitar lo encuentran en esas paredes. No sé, eso sí, cómo ventilarán sus casas. Habría que ir a comprobarlo de primera mano, pero con el calorcito que tenemos aquí ahora, no apetece demasiado.

¿Qué hay dentro?

Bueno, en el interior te encontrarás unas 440 familias, que no es poca gente. Y para que esta gente pueda vivir hay supermercados, colegios, bares y casas para todos ellos. También hay una pequeña cárcel con tres celdas, que espero que esté vacía: si 440 familias no pueden convivir, qué le depara a la humanidad. El clima es parecido al de Siberia o Alaska, y las temperaturas bajan a -40 grados.

Cuando llega el invierno solo queda protegerse

Cuando llega el invierno solo queda protegerse

/ Istock / Steven_Kriemadis

El pueblo es uno de los más fríos y uno de los más ricos: el patrimonio aquí es de los más altos de Canadá. Supongo que compensa vivir dentro de un muro para poder ahorrar unos años. Aunque quizá, después de esa experiencia, ya no tengas ni siquiera ganas o energías para disfrutar el dinero. En fin, qué vidas más diversas hay en este pequeño planeta Tierra

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