La guía definitiva de Viena para los amantes de Sissí: todos los lugares que marcaron su vida
Si eres amante de la emperatriz Sissí y quieres conocer todos los lugares por los que transcurrió su vida en Viena, está es la guía definitiva para visitarlos todos y no dejarte ni uno.
La emperatriz Isabel de Baviera es uno de los grandes iconos de Viena y el mayor recurso turístico que utiliza esta ciudad para atraer a curiosos de todo el mundo. La figura de Isabel siempre ha estado muy presente en mi vida, por lo cual cuando planee mi viaje a Viena tuve muy claro que quería descubrir todos los sitios posibles por los que ella había pasado sus días como emperatriz de Austria. La historia de Sissí es lo que más me atrae de su persona. Nació en Múnich, pero se crio en el castillo de Possenhofen, un lugar rodeado de naturaleza en el que descubrió su pasión por los caballos ajena al título que ostentaban sus padres y que decidiría su futuro: el duque Maximiliano de Baviera y la princesa real Ludovica de Baviera. Odiaba todo lo relacionado con la educación y las artes musicales, aptitudes que su hermana Elena (Nene) aprendía a la perfección. Por eso cuando la madre del emperador de Austria, la archiduquesa Sofía, hermana de la madre de Sissí, quiso buscarle esposa pensó que la mejor opción era Nene, prima del emperador Francisco Jose.
Sin embargo, al momento de presentarles, Francisco se encaprichó al instante de Sissí y decidió que la querría a ella como esposa. Y con apenas 16 años Isabel fue escogida para ser la emperatriz del imperio austriaco, casándose con su primo el emperador Francisco José. Siguiendo la estela de su pasado, me recorrí Viena en tres días disfrutando de todos los caprichos que estuvieran catalogados como "Sissí" sin apenas remordimiento. Y ahora, te traigo la guía definitiva por si estás planeando un viaje parecido y no quieres pederte ningún detalle sobre la vida de esta icónica mujer.
El primer día de aclimatación en la capital, algo parecido a lo que vivió Sissí
Cuando llegas a una ciudad nueva lo primero que haces es pasar por sus sitios más "turísticos". Viena es el centro del imperialismo austríaco, y como tal hace despliegue de ello en cada rincón de la ciudad. Sus edificios mezclan estilos arquitectónicos que van desde el románico hasta el gótico, todos ellos con una clara influencia de la tradición austriaca. El centro histórico de Viena es impresionante, y es que habiendo sido uno de los imperios más grandes del mundo tiene sentido que sus edificios hagan despliegue de ello. Si vas a desplazarte por la capital lo más recomendado es el metro, que conecta casi todas las estaciones del centro en cuestión de minutos y es mucho más cómodo. Sissí no se desplazó en metro por Viena, pero cuando llegó aquí para su casamiento en 1854 casi la primerísima parada que hizo fue la misma que vamos a hacer nosotros: la Iglesia de los Agustinos donde se casó con Francisco Jose. Esta iglesia gótica ubicada en Josefsplatz ha sido testigo de muchas de las bodas de la realeza Austriaca, aunque pasaron por aquí otras figuras históricas como el emperador Napoleón Bonaparte para casarse con la archiduquesa María Luisa.
La siguiente parada que haremos y que sería el recorrido perfecto para seguir la estela de Sissi es el Palacio Imperial de Hofburg. Este Palacio era la residencia de invierno de los emperadores, y fue el sitio donde se realizaron todas las celebraciones tras la boda. Dando un paseo de apenas cinco minutos podrás recrear hasta el viaje de su carroza hasta el palacio. Y te sentirás un poco como ella, abrumado por el "imperio" que se desplegaba a lo largo de las calles de Viena. Una vez que llegues al Hofburg, y te asombre la inmensidad del palacio, de sus jardines... Dentro te estará esperando el museo oficial de Sissi, donde podrás recorrer algunas habitaciones de las 2.600 estancias que hay. Para mí el principio de la exposición fue un poco decepcionante, había mucha gente y las primeras estancias estaban reformadas lo que le quito bastante encanto al recorrido, pero la perseverancia todo lo alcanza, y tras estos pasillos se esconden las estancias reales, unos lugares absolutamente impresionantes.
Aquí podrás ver donde dormía Sissí, donde Francisco trabajaba como emperador, e incluso el baño que mandó construir la emperatriz para darse baños diarios, algo muy alejado a la realidad higiénica de aquella época. Sissí se preocupaba tremendamente de su imagen, y fue un tema obsesivo durante sus 60 años de vida. Nadie tenía la melena que tenía la emperatriz, icónica por sus recogidos con trenza nunca antes vistos, aunque en la intimidad llevaba el cabello suelto, algo que Francisco hizo retratar en diversos cuadros que podemos encontrar en su despacho. Rompiendo con más estándares también mandó implantar en sus estancias un gimnasio propio, algo fuera de lo común y que sumado a todo lo anterior hacía que la corte hablase sobre Sissi más de la cuenta. Este gimnasio puede verse en la visita a las estancias de la emperatriz, junto al baño y demás objetos personales. Si no vas muy informado no te preocupes, con tu entrada dispondrás de una audioguía que te servirá para recorrer todo el tour sin perderte.
El segundo día, ya te sentirás "como un vienes más"
Seguimos cogiendo el metro, esta vez hacía el siguiente punto importante del día, nos alejamos de Viena, y llegamos al Palacio de Schönbrunn. Esta es la residencia de verano de los emperadores y la favorita de Sissí. Como ya hemos comentado antes, la emperatriz se crio en la naturaleza y el Palacio de Schönbrunn tiene hectáreas y hectáreas de parque y patios en comparación con el edificio donde residían como tal. Por tener tiene hasta un Zoo. Este tour no está tan centrado en Sissí como a mí me hubiese gustado, pero sí que tiene partes dedicadas a la emperatriz. En concreto y de nuevo: sus aposentos donde dedicaban horas y horas a lavar su pelo. Este palacio fue reformado en mayor parte por María Teresa I de Austria, la primera y única mujer que gobernó el imperio, por lo que muchas de las salas hablan únicamente de ella, pero hay algunos datos curiosos sobre Sissí que merecen la pena la visita. Lo que más asombra de este palacio es la inmensidad de sus jardines, donde Sissí pasó horas y horas caminando incansable.
Recorrer todo te llevará un buen rato, y cuando el hambre apriete te recomiendo que acudas al Restaurante Sokace, un lugar a muy pocos minutos del palacio, donde podrás probar los platos típicos vieneses a muy buen precio y para sumarle más puntos: el ambiente es fantástico.
Por la tarde, y después de haber descansado un poco es hora de hacer una "turistada" muy típica en Viena: ir a tomar una tarta Sacher y ver una ópera. Ambos sitios están uno enfrente de otro, así que no hay perdida. Aunque esto se sale un poco del recorrido, sí que es cierto que Sissi acudió a ver bastantes óperas y dicen que la visita a la ópera de Viena es indispensable en un viaje a la capital. Aunque si escoges la opción barata y vas al "gallinero", prepárate para estar tres horas de pie junto a cincuenta personas más. Entre la visita a café Sacher y la ópera, yo me quedo con la tarta, que sin duda estaba buenísma.
El último día, visitando a Sissí
El último día del recorrido yo quise reservarlo a hacer dos cosas esenciales: ver la Cripta Imperial y visitar el Museum Forniture de Viena. La cripta imperial es el principal lugar de sepultura para los Habsburgo austríacos, por lo tanto, se encuentra la tumba de Sissí. Hacer este viaje en honor a ella y no pasar por aquí a mí me parecía que era hacer un viaje inacabado. Así que recorrí toda la cripta en busca de su tumba, y cuando la encontré me sorprendí bastante: la tumba de Sissí estaba llena de regalos de otras personas que como yo habían hecho el viaje para acabar ahí y no resultaba un acto triste aunque fuese su tumba. Además, hubo algo que le quito bastante tensión al momento, un español ya había pasado por aquí y había dejado en ella un cromo de Iniesta. Esto hizo que fuese algo más bien liviano y curioso, no me pareció oscuro ni tétrico dada la situación. Esta experiencia es algo que tenía que hacer sí o sí en mi viaje a Viena.
Una vez hecha esta parada, el tour de Sissi era necesario cerrarlo con el Museum Forniture de Viena, un museo donde estan expuestos todos los decorados de las películas de Sissí. Estas películas tan conocidas en las que Romy Schneider interpreta a la emperatriz fueron las que dieron bastante fama al personaje, que no tiene nada que ver con vida real de Sissí. Gracias a ella empezó a picarme el gusanillo de Sissí, y tras investigar y leer sus biografias me dí cuenta de que la ficción y la realidad están muy separadas. A pesar de ello en este museo hay multitud de reliquias del imperio austro-húngaro que pertenecieron realmente a Sissí y que fueron cedidas para hacer las películas, pero que ahora se guardan aquí para su correcta conservación. Esta parada es indispensable para completar el círculo de tu visita a Viena junto a Sissí. Antes de ir es muy importante que compres el "Sissí Pass", que te incluirá todas estas actividades (menos la cripta imperial) y que merece la pena si quieres aprovechar al máximo estos tres días en Viena.
La visita a Viena para un amante de Sissí es un antes y un después en la vida. La vida de la emperatriz no fue como estaba retratada en las películas: todo amor y lujo. Sissí fue una persona normal, odiaba todo lo relacionado con la corte y amaba viajar, por ello cuando hagas los tours no debe sorprenderte que no tengan muy buena imagen de ella, ya que apenas pisaba Viena si podía evitarlo. Aunque esta visita está completamente dedicada a Sissi, necesitarás otro viaje a Viena para descubrirla a fondo, esta también es la casa de Mozart, Sigmund Freud, Johann Strauss u Otto Wagner entre muchos otros.
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