Kaiservilla en Bad Ischl, el palacio donde Francisco José I se enamoró de Sissí

El casamiento no ilusionó a la emperatriz, pero encontró en la Villa un lugar de retiro feliz

La Kaiservilla es el lugar donde se cerró el acuerdo de matrimonio y donde se firmó la declaración de guerra a Serbia
La Kaiservilla es el lugar donde se cerró el acuerdo de matrimonio y donde se firmó la declaración de guerra a Serbia / ©Cross Media Redaktion/Stefan Nink/Österreich Werbung

Corría el año 1853 cuando la vida de Isabel de Baviera (Sissí) dio un vuelco inesperado para ella. Fue a la Kaiservilla en Bad Ischl, del Austria imperial, junto con su madre, la princesa Ludovica, y su hermana, Elena de Baviera, para pasar el verano con su tía y su primo, el emperador Francisco José. Con 16 años de vida, casarse no entraba en sus planes, y menos aún convertirse en emperatriz. Había vivido rodeada de naturaleza y con una libertad sin precedentes, sin ningún tipo de educación cortesana. Su primo, de 23 años, cayó prendido en cuanto la vio, pues la última vez que estuvieron juntos ella era todavía una niña. Pese a los esfuerzos de su madre, Francisco José no quiso renunciar a ella, a la que consideraba de una belleza excepcional. En abril del año siguiente se casaron. Una boda conservadora que sumió a la libertaria Sissí en una profunda tristeza.

La fachada de la Kaiservilla

La fachada de la Kaiservilla

/ ©Österreich Werbung/Antoine Bonin

La ciudad austríaca de Bad Ischl -próxima Capital Europea de la Cultura en 2024 junto a Tartu en Estonia y Bodo en Noruega- era el lugar vacacional preferido de la monarquía austrohúngara. La Villa fue un regalo de bodas de su madre, la archiduquesa Sofía de Baviera, y para Francisco José era "el paraíso en la Tierra". Esta ciudad imperial fue ejemplo para otras monarquías, la alta nobleza, los ricos barones industriales y las clases medias, que instauraron sus propias ciudades vacacionales. La Kaiservilla fue diseñada como un lugar donde relajarse y alejarse del bullicio de las urbes, donde no se recibían invitados y se celebraban escasos eventos y recepciones.

Detalle de los objetos históricos del emperador Francisco José

Detalle de los objetos históricos del emperador Francisco José

/ ©Österreich Werbung/Antoine Bonin

El presente de la Kaiservilla

En esta ciudad se forjaron artistas de renombre, que se retiraban allí para crear sus obras antes de que la vida intelectual y cultural emigrara a Viena por el año 1900. Hoy habitan 14.000 personas, manteniendo la esencia y apariencia de cuando los emperadores de Austria se casaron. Con la llegada del verano, los moradores pueden disfrutar de lo que un día fue la piscina privada de Sissí, bajo las ventanas de la Villa imperial. Cafés, restaurantes, hoteles de lujo... Y, coronando toda la urbanización, la Kaiservilla, situada a una distancia prudencial de todo lo demás para conservar ese aura de misterio y soledad con la que se ideó.

Un salón de la Kaiservilla

Un salón de la Kaiservilla

/ ©Österreich Werbung/Christoph Oberschneider

Cada 18 de agosto se sigue celebrando el cumpleaños de Francisco José I, con la Misa Mayor Imperial en al antigua iglesia de la corte de San Nicolás y en presencia de los miembros de la familia Habsburgo. Al final, todos los asistentes entonan el Himno Kaiser, con música de Haydn, del mismo modo que se hizo cuando los recién casados salieron de la iglesia en 1854. La monarquía aquí sigue siendo un punto clave de la comunidad, formando parte de la Historia viva del lugar. Aunque parezca que vivan anclados en el pasado, en una especie de museo viviente, no se acerca a la realidad. La realidad es que viven entre los resquicios de una historia que protegen y hacen perdurar gracias a la tradición.

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