Estos destinos son mejores en marzo que en febrero: anótalos

Llega la primavera viajera y, con ella, algunos de los destinos más apetecibles del año.

Las carreteras de la costa de Amalfi atrapan a los viajeros
Las carreteras de la costa de Amalfi atrapan a los viajeros / Istock / alxpin

En el rincón del calendario donde el invierno cede su abrazo gélido y la primavera comienza a despertar, marzo se presenta como un mes de transición, un puente entre la fría resignación de febrero y la promesa floreciente de los días que están por venir. En este delicado equilibrio temporal, ciertos destinos revelan sus encantos de manera más vívida y seductora en marzo que en su predecesor.

Amalfi, Italia

Uno de esos lugares que despliega su esplendor en marzo es la costa de Amalfi, en Italia. El mediterráneo, que durante febrero guarda sus secretos entre las olas invernales, en marzo se transforma en un lienzo de azules infinitos y acantilados que se abrazan con la serenidad de la primavera. Las callejuelas de Positano se llenan de vida, sus fachadas de colores reverberan con la luz que regresa, y las mesas de los cafés se visten con la promesa de días cálidos. La Amalfi de marzo es como un sueño que despierta de su letargo invernal.

¿No os apetece un viaje a Positano?

¿No os apetece un viaje a Positano?

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DESCUBRE LA COSTA AMALFITANA EN 8 DÍAS

Kyoto, Japón

Otro destino que despierta a la vida en marzo es Japón, específicamente Kyoto. En este rincón del mundo, la llegada de la primavera se celebra con la floración de los cerezos, un espectáculo efímero que pinta de rosa los jardines y parques de la ciudad. Las geishas pasean entre los árboles florecidos, los templos antiguos se visten de gala, y el aire se llena de la delicada fragancia de las flores. Kyoto en marzo es un poema visual que se escribe con pétalos de sakura.

Namib, Namibia

En el corazón de África, Namibia se revela como un destino de elección en marzo. El desierto del Namib, que en febrero mantiene su misterio bajo capas de calor y polvo, en marzo revela una belleza más sutil. Las dunas, que durante el día adquieren tonalidades doradas, en el crepúsculo se pintan con pinceladas rosadas y púrpuras, creando un espectáculo de colores que desafía la lógica de los desiertos áridos. Namibia en marzo es un lienzo cambiante, una obra maestra de la naturaleza en constante evolución.

Un desierto en el corazón de Namibia

Un desierto en el corazón de Namibia

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Islandia

Yendo hacia el norte, en Islandia, marzo despierta la tierra de hielo y fuego de su letargo invernal. Los glaciares comienzan a ceder ante el avance de la primavera, revelando paisajes surrealistas de cascadas que se deslizan entre bloques de hielo. Las luces del norte, que durante febrero bailan tímidamente en el firmamento, en marzo se despliegan en un deslumbrante ballet de colores que ilumina la oscuridad de la noche islandesa. Islandia en marzo es un cuento de hadas contemporáneo, donde la naturaleza es la narradora de una historia que se despliega en cada rincón del país.

Islandia, tierra de contrastes

Islandia, tierra de contrastes

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8 DÍAS DESCUBRIENDO ISLANDIA

Así, mientras febrero se despide con susurros de invierno, marzo se presenta como un mes de promesas cumplidas, de destinos que despiertan con la gracia de la primavera y se revelan en su esplendor único. Estos lugares, lejos de lugares comunes y repeticiones, ofrecen experiencias únicas que invitan a explorar el mundo de una manera nueva y fascinante.

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