Sumergidos en MUSAN, el museo submarino más fotogénico el mundo

Viajamos hasta Chipre para descubrir en su costa sudeste Ayia Napa, localidad conocida principalmente por ser un punto de referencia viajero gracias a sus impresionantes playas, su deliciosa gastronomía o su monasterio que data de la época veneciana. Eso sí, hoy nos ponemos un traje de neopreno porque vamos a conocer esta zona desde otra perspectiva: bajo el agua. Bienvenidos a MUSAN, el museo submarino más fotogénico el mundo.

A unos 200 metros de la costa, en los fondos marinos de unas aguas claras y seguras nos encontramos con MUSAN, el Museum of Underwater Sculpture Ayia Napa, un bosque submarino y una verdadera joya oculta bajo el agua. Y, como bien habrá supuesto el lector, el viajero deberá llegar practicando tanto submarinismo como snorkel. Lo bueno es que no reviste gran dificultad para los submarinistas primerizos.

El artífice del MUSAN

‘Los museos son lugares de conservación, educación y protección de algo sagrado. Necesitamos asignar esos mismos valores a nuestros océanos’. Con esta premisa, el escultor, ambientalista y fotógrafo submarino Jason deCaires Taylor ha llevado a cabo la instalación de este museo bajo el agua.

Casi un centenar de obras de arte reposan en los lechos marinos de Ayia Napa, dentro de un área marina protegida. Las esculturas se han llevado a cabo con unos materiales de pH neutro para atraer mayor variedad de fauna y flora marina. Y el objetivo es que, con el paso del tiempo, estas piezas interactúen con la naturaleza, contribuyendo al desarrollo de la biodiversidad de la zona.

Arte bajo el agua

Jason deCaires Taylor lleva creando museos submarinos y parques de esculturas bajo las olas desde hace casi veinte años y, en este periodo, ya ha sumergido más de 1200 obras de arte vivas en todos los océanos y mares del mundo.

Sus instalaciones tratan temas como la emergencia climática, el activismo ambiental o los atributos regenerativos de la naturaleza y todo gracias al hábitat creado por sus obras, que ilustran la fragilidad de la humanidad y su relación con el mundo marino.

El submarinista que visite el MUSAN va a descubrir figuras de niños y adultos entre los árboles que crean una atmósfera de lo más onírica. Niños que simbolizan el futuro de la Humanidad apuntando con pistolas a unos adultos que no han sido capaces de poner freno a la emergencia climática. También infantes que se echan las manos a la cara y lloran lágrimas de mar ante un futuro incierto.

No todo es crítica medioambiental, ya que entre las esculturas también descubrimos que hay lugar para la esperanza. La ayuda entre iguales también está presente en las esculturas de Jason deCaires Taylor. Y es que este museo bajo el agua, además de ser el más fotogénico del mundo, es un canto a la libertad, a la solidaridad y, cómo no, un homenaje a la naturaleza en su estado más puro.