Cinco ciudades con canales que son un sueño viajero (y ninguna es Venecia)

Las ciudades con canales suelen ejercer una influencia mágica en el visitante. Hipnotizan, embrujan y suponen una alternativa fantástica para conocer la ciudad desde el agua. Ya sabemos que Venecia se lleva la palma y, precisamente por eso, el nivel de masificación es tal que a veces un paseo en góndola resulta menos íntimo que acudir a un macroconcierto.

Para aquellos que quieran descubrir ciudades desde el agua, existen alternativas a lo largo del globo terráqueo, desde América, hasta Rusia, pasando por la vieja Europa. ¿Nos acompañas en este recorrido?

Arrancamos en Europa, más concretamente en la ciudad alemana de Hamburgo. Y, así, de aperitivo, podemos señalar que tiene más de 2.400 puentes; es decir, más que Ámsterdam y Venecia juntos. Su puerto, situado en una bahía de aguas profundas sobre el río Elba, es uno de los más grandes del mundo.

Justo en el centro de la ciudad, los canales convergen en el lago Alster, un espectáculo visual que ofrece al visitante una panorámica sin igual de la ciudad. Y, aunque nos centremos en sus canales, no podemos dejar de mencionar su barrio de almacenes (conocido como Speicherstadt) y el Distrito Kontorhaus (con el emblemático edificio de oficinas Chilehaus), que le han servido para entrar a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el 2015.

Para descubrir los canales de la ciudad, basta con acercarse a la zona del puerto frente al Ayuntamiento; desde allí, se pueden coger diferentes embarcaciones para disfrutar de un recorrido acuático sin igual. Además, en unos de sus laterales se abre uno de los canales más bonitos, el Kleine Alster. 

El viajero podrá escoger entre un paseo nocturno para descubrir la iluminación de la ciudad a bordo de un barco moderno. Otra opción es decantarse por las barcazas tradicionales que recorren los canales o, incluso, por un velero que navegue por el lago Alster. Diferentes opciones que ofrecerán una perspectiva de la ciudad de lo más interesantes.

De la vieja Europa nos trasladamos hasta San Petersburgo, ciudad fundada por el zar Pedro el Grande en 1703 con el objetivo de convertirla en la puerta de Rusia a Occidente.

Sobre el Golfo de Finlandia se crearon islas artificiales para poder llevar a cabo los planes del zar y, en la actualidad, la ciudad cuenta con más de 40 islas, en torno a 60 canales y una inmensa cantidad de puentes.

La zona de mayor concentración de canales es la conocida como Nueva Holanda y puede ser un perfecto punto de partida para recorrer la ciudad imperial a bordo de diferentes barcos.

Si se navega por el río Neva se pueden admirar el Palacio de Invierno, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo o el Monasterio Alejandro Nevski. El río Moika nos ofrece una perspectiva muy diferente, con sus puentes de colores. Además, en su recorrido se sitúan el Museo Pushkin, la casa de la Princesa Volkonskaya, el Palacio Yusupov o el Palacio Stroganov.

Si hay una estampa que distingue los canales de San Petersburgo de los del resto del mundo, es la imagen invernal, con las aguas completamente congeladas. Entonces, en algunos tramos, la gente puede caminar sobre el hielo. Un espectáculo único.

Es habitual que todas las ciudades con canales luchen por ser “la Venecia de…”. Y en el caso de la ciudad de Suzhou, se ha apropiado el sobrenombre de la Venecia Oriental. Hay quien dice que esta distinción viene del mismísimo Marco Polo. Méritos no le faltan, gracias a un centro histórico lleno de canales y puentes de piedra que reflejan su impronta oriental.

A poco más de una hora de Shanghái, esta ciudad que fue lugar de paso habitual durante la ruta de la seda, se ha convertido en un referente turístico mundial gracias a sus canales. Eso sí, no conviene olvidar que este entramado fue, durante siglos, el principal medio para el transporte de mercancías.

Suzhou, además de sus pintorescos canales, destaca por sus exuberantes jardines; de hecho, están considerados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1997 gracias a la perfecta unión de rocas, agua, pabellones y plantas.

Si el explorador quiere navegar por los canales, deberá acercarse al puerto, cerca del Puente Renmin. Allí salen pequeñas embarcaciones que ofrecerán una interesante perspectiva de cómo era la ciudad hace siglos. Casitas de piedra, pagodas y puentes que nos trasladan al pasado. En los canales más estrechos se puede ver el interior de algunas viviendas que hoy se presentan decadentes, pero hace siglos pertenecieron a la clase noble.

Venice Beach es sinónimo de playa, de esos gimnasios al aire libre en los que ponerse en forma, de artistas callejeros y negocios pintorescos. Pero no hay que olvidar sus canales. No son los más largos, ni los más espectaculares, pero sí podemos afirmar que actualmente son de los más exclusivos del mundo.

Esta Venecia americana fue fundada por el millonario Abbot Kinney a comienzos del siglo XX como una ciudad turística de playa. Los canales se crearon para drenar los pantanos de las zonas residenciales.

Años más tarde, con el auge del automóvil, la mayoría de canales fueron pavimentados y tan solo quedaron seis: Carroll, Linnie, Howland, Sherman, Este y Grand Canal. Llegó un periodo decadente para la zona, nadie quería comprar esas casas situadas a orillas de los canales a precios irrisorios. En la década de los 90, tras una intensa remodelación y drenaje, algunos artistas empezaron a interesarse por esas casitas y hoy en día sus precios son astronómicos.

Puedes descubrir estos canales a bordo de alguna barca privada, pero si esto no es posible (ya que no todo el mundo conoce a algún multimillonario de la zona que le preste su embarcación), se puede alquilar una bicicleta eléctrica para recorrer la zona desde la parte pavimentada. No es lo mismo, pero se pueden apreciar, de igual manera, las impresionantes casas que hacen de este vecindario uno de los más pintorescos de Los Ángeles.

¿Sabías que en España tenemos nuestra Venecia particular? La Marina de Empuriabrava, rodeada por el parque natural de las Marismas del Ampurdán, nos ofrece un entramado de canales navegables de más de 30 kilómetros y 5.000 amarres en una zona residencial que también cuenta con una amplia oferta gastronómica y de ocio.

Si te animas a visitar los canales de Empuriabrava te recomendamos que alquiles tu propia barquita. No es necesario ningún título náutico y podrás recorrer la zona a tu aire. Si no te animas con esta opción, siempre podrás contratar un paseo en barca para concentrarte tan solo en disfrutar del paisaje.

Las majestuosas casas con amplios jardines son la seña de identidad de esta zona de Humedales del Empordá que se erigió en la década de los 60 y que actualmente supone un referente turístico para la zona.

En definitiva, hay infinidad de ciudades con canales que ofrecen una perspectiva desde el agua de lo más interesante. Y, la mayoría, cuentan con una afluencia de público mucho menor que la archiconocida Venecia.