El castillo de Sammezzano: el parque más grande de secuoyas en Europa y un interior de cuento
Si tienes pensado visitar Florencia próximamente, deberías dedicar una mañana a descubrir el castillo de Sammezzano, una joya a menos de una hora de la cuna del Renacimiento.
A tan solo 40 kilómetros de la bella Florencia descubrimos un castillo de cuento que se ubica en un entorno único: el parque de secuoyas más grande de Europa. Y, aunque actualmente Sammezzano se encuentra cerrado al público, sí es posible pasear por los alrededores y descubrir su imponente fachada.
Sería interesante que el viajero que tenga pensado visitar Florencia dedique media jornada a descubrir los alrededores de Leccio y el castillo de Sammezzano, uno de los más bellos de Italia. Y, más vale pronto que tarde, ya que este edificio ha aparecido en varias ocasiones en el listado anual que publica Europa Nostra con los monumentos y lugares del patrimonio europeo más amenazados.
Un paseo por la historia de Sammezzano
Debemos remontarnos al año 780, cuando Carlomagno, que por aquellos entonces era el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, en su regreso a Roma, decidió que el Papa bautizará en Sammezzano a uno de sus 18 vástagos. Por aquellos entonces no había castillo, pero sí un inmenso parque de secuoyas que, a día de hoy, se ha convertido en el más grande de Europa, gracias, entre otros, a los 57 ejemplares que miden más de 35 metros. (Si quieres ver bosques de secuoyas, debes saber que en España tenemos unos cuantos).
Saltamos ahora al siglo XVII cuando la familia de los Altovití mandó construir una granja en los Apeninos toscanos. Comienza aquí la historia de un castillo que ha pertenecido a importantes familias, desde Giovanni Jacopo de Medici, hasta Ferdinando Panciatichi Ximenes de Aragón, que fue el encargado de transformar la finca en la joya que hoy podemos admirar.
Triunfo del orientalismo
Si hay algo que llama poderosamente la atención del castillo de Sammezzano es su eclecticismo, así como el gran ejemplo de palacio orientalista. Y es que, precisamente en los albores del siglo XIX, esta corriente cultural invade Europa, siendo Florencia y sus alrededores un entorno clave para el desarrollo de dicha tendencia.
Como su nombre indica, este movimiento pretendía instaurar el arte y estilo oriental en el Viejo Continente y en Sammezzano podemos apreciarlo. Más de 70 habitaciones fueron decoradas por los mejores artistas de la época, creando estancias tan grandiosas como el salón de los pavos reales, el salón blanco de mosaico marroquí con suelos de baldosas y candelabros de hierro forjado que cuelgan de los techos, la Gran Rotonda Blanca, la galería entre la sala de los Espejos y la sala de Fumadores, la de los Lirios, y también una pequeña capilla.
Orientalismo y eclecticismo se pueden apreciar en Sammezzano; de hecho, no hace falta tener mucha imaginación para descubrir, por ejemplo, que este castillo posee ciertas semejanzas con el Taj Mahal o, incluso, con la Alhambra de Granada.
Las paredes de la estructura exterior fueron levantadas con ladrillo de arcilla roja y piedra, mientras que en el interior han sido decoradas con estucos pintados en vivos colores, con aplicaciones de mármoles y cerámicas esmaltadas, piezas labradas de terracota, piedra y metal. Muchos de los techos cuentan con un magnífico artesonado, mientras que si miramos al suelo podemos descubrir baldosas moriscas y venecianas, formando dibujos geométricos.
El castillo de Sammezzano hoy
Y ahora vienen las malas noticias, que son varias. Por un lado, el castillo está cerrado de forma temporal y no se puede visitar. Es cierto que, de vez en cuando, se organizan visitas guiadas, pero no son muy frecuentes y el cupo de visitantes se llena enseguida. Y, por otro lado, esta joya corre el riesgo de desaparecer, según el listado anual que publica Europa Nostra con los monumentos y lugares del patrimonio europeo más amenazados.
También hay que tener en cuenta que durante la guerra fue objeto de numerosos saqueos y, años más tarde, se convirtió en un hotel de lujo que estuvo abierto hasta 2015. En la actualidad ha salido a subasta en varias ocasiones sin que ningún comprador se haya interesado de forma fehaciente.
Y ya, para poner fin a esta visita y si nos hemos quedado con ganas de más, siempre podremos organizar una sesión de cine y descubrir las innumerables películas (italianas, sobre todo) que se han filmado en el mejor escenario posible: el castillo de Sammezzano. ¿Quieres un par de referencias? 'Las mil y una noches' de Pier Paolo Pasolini y 'Sono un fenomeno paranormale' del actor y cineasta Alberto Sordi.
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