Bernkastel-Kues, la ciudad que es un cuento de Navidad

Un capricho alemán que ejemplifica a la perfección la magia de la Navidad.

Bernkastel-Kues, Alemania

Una preciosa plaza en el Bernkastel-Kues, en Alemania

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A medio camino entre las populares y turísticas poblaciones de Tréveris y Cochem, en el estado alemán de Renania-Palatinado, y situada en un meandro del río Mosela, afluente del Rin, encontramos la localidad de Bernkastel-Kues, un lugar imprescindible enclavado en una de las zonas vitivinícolas más importantes del país germano, cuya encantadora atmósfera medieval es el escenario perfecto que cualquiera pudiéramos imaginar para un cuento de Navidad.

Bernkastel-Kues, Alemania

Plaza en Bernkastel-Kues, Alemania

/ hsvrs / ISTOCK

Un punto del valle del Mosela sorprendentemente poco conocido pero que quienes lo han visitado no dudan en afirmar que se trata de una de las poblaciones más románticas y bonitas de Alemania.

El “Centro del Medio Mosela”

El valle del Mosela aglutina en su parte alemana toda una serie de localidades cargadas de historia, patrimonio y paisajes irresistibles. Hasta veinticuatro paradas que conforman la ruta oficial que recorre este tramo que discurre por el oeste del país hasta toparse, a la altura de Coblenza, con el importante río Rin.

Bernkastel-Kues, Alemania

Una de las calles de Bernkastel-Kues, Alemania

/ Borisb17 / ISTOCK

Una de estas paradas es la pequeña ciudad de Bernkastel-Kues, considerada por muchos un pueblo de gran entidad, enclavada en una de las zonas más antiguas de Alemania dedicadas a la viticultura, en la que los viñedos forman parte indisoluble del panorama que circunda los núcleos urbanos.

No es extraño, por tanto, ver a Bernkastel-Kues como referencia internacional de la vid y el vino, tal y como da buena cuenta el Festival vinícola del Mosela Central, una gran celebración de cinco días de duración en el mes de septiembre, en la que se lleva a cabo un gran homenaje a los vinos blancos tan típicos de esta región, con la variedad Riesling a la cabeza.

En efecto, tal y como nos indica el nombre de este importante festival, nos encontramos en el tramo del Mosela Central, y Bernkastel-Kues no es sino el “Centro del Medio Mosela”, como se encargan de señalarnos los promotores del turismo de la población.

Bernkastel-Kues, Alemania

El pueblo de Bernkastel-Kues se encuentra rodeado de viñedos

/ jacquesvandinteren / ISTOCK

En cualquier caso, no cabe duda de que, además de la posición privilegiada de este enclave, existen muchos más factores que han cautivado a quienes lo han visitado hasta el momento.

El ideal casco histórico de Bernkastel – la ciudad se formó gracias a la unión de los pueblos de Bernkastel y Kues -, es una verdadera joya medieval de calles empedradas, casas de entramados y rincones llenos de romanticismo.

Con más de setecientos años a sus espaldas, a pesar de los remotos vestigios celtas del distrito de Kues, la actual localidad es un reclamo turístico incuestionable que, además, aumenta su capacidad de seducirnos durante la época navideña.

Valle Mosel en Bernkastel-Kues, Alemania

Valle Mosel en Bernkastel-Kues, Alemania

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El escenario que siempre hemos imaginado

Si hiciéramos el ejercicio de recordar los escenarios que se nos han venido a la cabeza al pensar en un pueblo típico de cuento de Navidad, Bernkastel-Kues aparecería seguramente entre nuestras imágenes.

Y así lo han debido considerar también en esta localidad, pues durante estas fechas no dejan pasar la oportunidad de ensalzar todo el encanto que tiene su casco histórico.

Casco antiguo de Bernkastel-Kues

Casco antiguo de Bernkastel-Kues

/ Elisabeth Schittenhelm / ISTOCK

El punto central, como no podía ser de otra manera, es la plaza del Mercado, un lugar mágico con sus casas de entramados, el edificio renacentista del ayuntamiento y la fuente de San Miguel. Una plaza con un encanto embriagador que parece un decorado, en la que destaca la casa de entramado de la farmacia Adler, que en estas fechas muestra un curioso calendario de Adviento en sus ventanas, que se van abriendo a medida que van pasando los días, descubriendo una nueva imagen en cada uno de los veinticuatro días que dura. Una apertura que va acompañada de actuaciones en directo.

No falta en la plaza tampoco el típico mercado navideño, con sus tradicionales puestos de dulces, salchichas y vino caliente, como tampoco echaremos de menos los puestos navideños con todo tipo de objetos, ubicados en otras calles de la población, o las decenas de escaparates o fachadas decoradas que crean un ambiente realmente especial. Quizás el mejor ejemplo lo encontremos en la conocida Spitzhäuschen, una estrechísima y llamativa casa del siglo XV – es uno de los iconos de la ciudad -, que en esta época se engalana con luces y decoraciones navideñas.

Pero además de la parte antigua, no podemos olvidar que el río Mosela es una arteria fundamental de Bernkastel-Kues y, como tal, también participa de las celebraciones en este periodo. Una experiencia muy interesante es un paseo en barco, amenizado con vino caliente y galletas navideñas aromáticas, pudiendo incluso disfrutar, durante el trayecto, de fuegos artificiales lanzados junto al río. Un plan excelente para entender, desde otra perspectiva, el motivo por el que este punto del oeste alemán debe estar en cualquier agenda turística.

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