7 cosas que debes saber para no pecar de turista primerizo en Berlín

Berlín no es una ciudad que se pueda visitar sin más. No es una capital que tachar en la lista de lugares imprescindibles que hay que visitar una vez en la vida, no. Es mucho más. Berlín se siente, se vive, se disfruta y se recuerda. Y si ya has visitado la ciudad, puedes comprobarlo por ti mismo. ¿Qué recuerdas de ese viaje? Empiezo yo con tres apuntes: hay que darle siempre una oportunidad al codillo, en las cafeterías se suele trabajar muy a gusto y es la ciudad en la que empecé a disfrutar del sabor de la cerveza… con 27 años.

Tras estas confesiones llega el momento de poner sobre la mesa (o sobre la pantalla de tu móvil) las 7 cosas que debes saber para no pecar de turista primerizo en Berlín. Y es que, aunque la vibrante capital de Alemania suele ser amable con el viajero, no está de más que lleves interiorizados unos cuantos detalles para sentirte como pez en el agua. Y, antes de entrar en faena, aquí te dejamos, por una parte, 5 paradas imprescindibles de Berlín y, por otra, 5 rincones más desconocidos, pero que cualquier viajero debería visitar.

El clima de Berlín es continental y, por tanto, se caracteriza por inviernos muy fríos y veranos cálidos. La temperatura media anual es de 12 grados. Con esta información te puedes imaginar que los meses que son más agradables para poder pasear por Berlín son junio, julio y agosto. Es entonces, además, cuando hay menos probabilidad de lluvias.

Ahora bien, si no te importa pasar frío, visitar la ciudad en pleno invierno te permitirá conseguir precios muy económicos tanto en vuelos (descubre aquí cuándo es el mejor día y hora para reservarlos) como en alojamiento.

Berlín ofrece una red de transporte público extensa y eficiente, que facilita la movilidad por toda la ciudad. Los trenes (tanto el metro U-Bahn, como el suburbano S-Bahn), conectan los principales puntos de interés y la mayoría de barrios. También encontramos autobuses y tranvías, que operan principalmente en el este de Berlín.

Ahora bien, si lo que quieres es disfrutar Berlín como un local, deberías alquilar una bici. Con más de 600 kilómetros de carriles bici, es, sin duda, una de las ciudades más ‘bike friendly’ del mundo. Además, al ser prácticamente llana, no se te irá la vida pedaleando si no montas en bici con asiduidad. Y, ojo, porque los conductores son bastante respetuosos con los ciclistas, por lo que no sentirás la agresividad que se respira con los ciclistas en otras ciudades europeas.

Dice el refrán que donde fueres, haz lo que vieres. Y en Berlín eso es sinónimo de cerveza, salchichas, pretzels, codillo, chucrut y un sinfín de especialidades que te harán la boca agua. La gastronomía alemana es contundente y muy especiada. Debes ir preparado para descubrir sabores fuertes y, sobre todo, dejarte seducir por sus especialidades más famosas.

En Berlín la oferta gastronómica es muy extensa. Desde puestos callejeros en los que tomar una Currywurst, hasta locales de moda o restaurantes más exclusivos. También las cervecerías son lugares de reunión en torno a una buena Pilsner. Y, si visitas la ciudad con buen tiempo, cualquier terraza es un puesto de observación exclusivo para tomarle el pulso a la ciudad.

Llega la hora de pensar en el mejor souvenir de Berlín para llevar a nuestros familiares. Siempre se puede elegir entre los clásicos artículos de recuerdo con el nombre o los elementos más representativos de la ciudad: camisetas, llaveros, bolsos, platos, vasos… Si prefieres algo más ‘auténtico’ puedes decantarte por cualquier objeto en el que aparezca ‘Ampelmann’ (esa figurita de los semáforos de la Alemania Oriental).

Ahora bien, lo que desde luego es un regalazo para los amantes de la historia, es un trozo del Muro de Berlín. Hay lugares que venden trozos de muro en urnas y con su propio certificado de autenticidad, postales con fragmentos de piedra y un sinfín de objetos relacionados. Y sentimos ser aguafiestas, pero no te recomendamos que pagues por ellos, ya que en un porcentaje bastante elevado son productos falsos. 

Berlín en verano se llena de viajeros y, generalmente, todos quieren visitar los mismos lugares. La previsión es clave si no quieres perder mucho tiempo haciendo colas o correr el riesgo de quedarte sin ver tu atracción favorita.

Es importante que reserves en sitios como la Torre de la Televisión, el Neues Museum (o cualquier que se encuentre en la Isla de los Museos), la Catedral de Berlín (la visita a su cúpula), el Parlamento (es gratuito, pero hay que llevar entrada reservada), o el campo de concentración de Sachsenhausen, situado a 40 kilómetros del centro de la ciudad. 

El distrito central es el Mitte, que está lleno de lugares de interés turístico. El centro está rodeado por la línea ferroviaria del Ring y rodeando el Mitte, descubrimos otros distritos como Charlottenburg, bastante elegante gracias a su avenida comercial Kurfürstendamm Friedrichshain-Kreuzberg (considerado por muchos el barrio hípster), o Prenzlauer Berg, más residencial y family friendly.

Si viajas con un presupuesto limitado o estás en modo low cost, el barrio de Kreuzberg es perfecto, ya que ofrece alojamiento a muy buen precio. Y si viajas con amigos y quieres estar en todo el meollo para exprimir la noche berlinesa, te recomendamos Friedrichshain-Kreuzberg. 

Si visitas Berlín merece la pena que estés al tanto de los descuentos y abonos existentes, porque te permitirán ahorrarte unos cuantos euros. Los estudiantes, por ejemplo, tienen un descuento de hasta el 50 % en la mayoría de puntos de interés si llevan encima su credencial estudiantil.

También puede ser buena opción comprar una tarjeta turística, como la Berlín World Card, que ofrece interesantes descuentos y uso del transporte ilimitado. Y si vas a moverte en transporte público, valorar la opción de adquirir un abono no es mala idea. Los hay de un día individuales, semanales, de grupo para un día o billetes con 4 viajes.

En definitiva, Berlín siempre acoge al viajero con los brazos abiertos. La mayoría de berlineses están dispuestos a echarte una mano, pero si, además, llevas estudiadas estas 7 cosas, puedes viajar tranquilo, ya que no pecarás de turista primerizo en Berlín. Entonces, tu única misión será disfrutar y, quizá, dedicarte a buscar el lugar en el que sacar las mejores fotos de la ciudad.