
Los 6 lugares imprescindibles para poder decir que has recorrido el desierto de Atacama
Lagunas salinas, baños termales, volcanes dormidos... imponentes fuerzas de la naturaleza que gobiernan el norte de Chile.
Con casi 6.000 metros de altura, el volcán Lincancabur y el Cerro Toco vigilan parsimoniosos la inmensidad del desierto de Atacama. 3.000 metros más abajo, las carreteras y caminos zigzaguean bajo su imperante presencia entre valles, pueblos y lagunas. La aridez de las tierras, las segundas del mundo con esta característica, no le impiden desplegar una diversidad de paisajes.

Hemos llegado a uno de los lugares más especiales de Chile, en la provincia de Antofagasta, fronteriza con Argentina y Bolivia, y nos disponemos a recorrer la inmensidad atacameña.
San Pedro de Atacama
Todos los turistas pasarán por este pequeño pueblo en su viaje por Atacama. Con un diminuto casco colonial y la animada calle Caracoles, repleta de tiendas de recuerdos y sabrosos restaurantes, es la mejor base de operaciones para explorar todo el área. Varias casitas bajas de adobe levantadas sobre calles de tierra encarnan la imagen de cualquier aldea del desierto anclada al pasado.

Además de una antigua capilla del siglo XVII, en San Pedro de Atacama se puede visitar el museo arqueológico Gustavo le Paige, con curiosas reliquias entre las que se incluyen objetos alucinógenos que eran utilizados para consumir alucinógenos.
El salar de Atacama
Con 3.000 km2, el Salar de Atacama es el tercero más grande del planeta. Se sitúa a unos 60 kilómetros de San Pedro . El salar lo complementan algunas lagunas como Tebenquiche o Chaxa. En esta última chapotean tres de las cinco especies de flamencos que habitan en Atacama y otras fascinantes aves autóctonas.

Las otras lagunas del desierto
El desierto de Atacama cuenta con muchas más lagunas que alimentan sus suelos. La alta salinidad de la Laguna Cejar nos hará flotar en sus aguas. A mayor altitud veremos las lagunas Altiplánicas. Miñique, Piedras Rojas, Miscanti se sitúan a 4.000 metros de altura dejando algunas de las estampas más insólitas del desierto.

Se formaron cuando, tras la erupción del volcán Miñiques, las aguas que fluían por las laderas de las montañas se quedaron estancadas en el altiplano. Conduciendo hasta ellas, pasaremos por el Trópico de Capricornio, donde nos resultará inevitable parar para sacarnos una foto ante el cartel que indica las coordenadas en las que nos encontramos.
Las termas de Puritama
Las aguas del río Puritama riegan otro de los maravillosos baños termales de Atacama. Ocho pozas escalonadas y encajonadas entre acantilados a 3.950 metros de altitud que cuenta con propiedades medicinales. La temperatura de cada una de ellas oscila entre los 25 y 30 grados.
Los valles de Atacama
Los valles de Atacama esconden algunos de los lugares más arcanos del desierto. Las profundas formaciones del rojizo Valle de Marte, más propias de aquel planeta, los infinitos colores del Valle del Arcoíris, formado por 250 tipos de minerales distintos o el sobrecogedor Valle de la Luna.

Todas ejercen de excelentes miradores desde los que contemplar el firmamento, porque recordemos que nos encontramos en uno de los mejores observatorios del mundo.
Géiseres del tatio
La altitud se hace más sensible en el campo de géiseres y fumarolas del Tatio, ubicado nada menos que a 4.280 metros. "El abuelo que llora", como viene a traducirse el nombre del tercer campo geotérmico del planeta, derrama lágrimas muy temprano, por lo que conviene llegar con las bajas temperaturas de la noche para apreciar el vapor que brota de su suelo formando varias columnas de humo. Junto a los géiseres se encuentra una piscina geotérmica en la que relajarse tras recorrer la zona.

Ahora la revista VIAJAR, junto a Club VIAJAR, te acerca hasta esta maravilla de la naturaleza que cautiva a todos los viajeros que llegan hasta sus desérticas fronteras. Un motivo más para conocer el hermoso país americano. ¡Únete a esta aventura!