5 experiencias inolvidables para descubrir Jordania
Entre los deslumbrantes paisajes desérticos de Jordania emergen pequeños oasis para desatar maravillosas propuestas.
Desde los vestigios de Petra hasta las aguas del Mar Muerto o las del Mar Rojo, donde flotar o bucear en sus fondos marinos, el país de Oriente Medio es una amalgama de historia, cultura y paisajes en tonos rosados repletos de aventura.
Sentirse Indiana Jones en Petra
La belleza natural de Jordania y su rica historia muestran todo su esplendor en Petra. La capital del reino nabateo nació hace más de dos mil años como parada obligatoria de las rutas comerciales y cuenta con importantes templos y tumbas excavadas en sus rocas. El lugar permaneció oculto entre leyendas hasta que, en el año 1812, fue descubierto por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt.
Para llegar hasta su imagen más emblemática, El Tesoro, hay que caminar entre las paredes de un estrecho desfiladero conocido como Siq. En la parte alta de Petra también es posible ver el Monasterio, algo menos concurrido. Un itinerario de aproximadamente 12 kilómetros algo exigentes, comunica Petra con la Pequeña Petra siguiendo solitarios paisajes de ensueño. Además de ser Patrimonio de la Humanidad, Petra es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Explorar una antigua ciudad romana
Al norte del país se encuentra Jerash, una de las grandes ciudades de la decápolis romana, fundada en el año 63 a. C. A pesar de haber sufrido terremotos y guerras, es una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo gracias a la arena que la mantuvo a salvo hasta que fue descubierta en el siglo XIX.
Los visitantes podrán hacerse una idea de cómo era la vida en ella paseando entre el Arco de Adriano, la plaza ovalada, los templos de Artemisa y Zeus, el teatro o la avenida de las columnas que componen el Cardo Máximo.
Flotar en el Mar Muerto
El punto geográfico más bajo del planeta lo marca el Mar Muerto, a 430 bajo el nivel del mar, pero en realidad éste no es un mar, sino un lago nutrido por el río Jordán. Sus aguas contienen una salinidad nueve veces mayor a la de cualquier océano y están compuestas por minerales con grandes propiedades, entre los que destacan el potasio, el magnesio o el calcio.
Flotar en ellas será toda una relajante experiencia después de haberse impregnado con barros en la playa. Recuerda no meter la cabeza dentro y tener cuidado con posibles cortes o heridas, pues al ponerlos en contacto con el agua salada, pueden llegar a escocer bastante.
Cielo estrellado del desierto
Al sur de Petra, las dunas y rocas del desierto de Wadi Rum cambian de color al ritmo de las horas. Sus tierras rojizas sirvieron de escondite para Lawrence de Arabia y, posterior, como escenario para la película sobre su vida. Hacer recorridos en camello y todoterreno es indispensable para llevarse un recuerdo mágico del país, aunque también es posible realizar escalada, senderismo o rappel.
El momento más especial será durante la noche, cuando el cielo oscuro se ilumina con infinidad de estrellas que podremos contemplar y maravillarnos de la inmensidad del cosmos.
Bucear en el Mar Rojo
Entre tanto desierto, la ciudad turística de Aqaba es un oasis de tranquilas playas bañadas por el Mar Rojo en las que descansar después de un intenso recorrido por Jordania. De hecho, este punto es la única salida al mar del país. Sus fondos marinos gozan de muy buena visibilidad, y están llenas de vida marina e interesantes pecios, por lo que es un lugar estupendo para la práctica de buceo o esnórquel.
Un completo recorrido por la Jordania de la Revista VIAJAR, visitando castillos con más de 14 siglos de antigüedad o descubriendo la imponente ciudad de Petra. Club VIAJAR te propone este circuito para vivir una experiencia inolvidable. ¡No te lo pierdas!