3 pueblos de la Toscana en los que nos quedaríamos a vivir

Aquellas personas que viven en grandes ciudades y están acostumbradas al ritmo frenético, los atascos y el aire contaminado soñamos con poder huir a enclaves únicos en los que la calidad de vida sea mucho mayor gracias a su forma de vida relajada gracias al contacto con la naturaleza y el aire puro. Hoy os ofrecemos 3 pueblos de la Toscana que son auténticos paraísos en los que nos estableceríamos de forma permanente. ¿Nos acompañas?

Hoy en día gracias al teletrabajo es posible instalarse en cualquier parte del mundo si se dispone de un ordenador portátil y una buena conexión a Internet. En alguna ocasión ya hemos hablado de los destinos perfectos para trabajar como nómada digital por el mundo, pero esta vez vamos a soñar con instalarnos en tres pueblos de la Toscana que parecen sacados de un cuento.

Cualquier viajero que conozca mínimamente la Toscana sabe que San Gimignano es uno de los pueblos más bellos de la zona. Aparece en todos los rankings como el más bonito y lo cierto es que cualquier halago se queda corto cuando hablamos del Nueva York toscano. Y es que este encantador pueblo medieval es conocido por sus imponentes torres que se elevan sobre el horizonte. Estas torres, que alguna vez fueron más de setenta, fueron construidas por familias adineradas durante el siglo XIV. Hoy en día, estas torres son un símbolo icónico de este pueblo toscano en el que nos quedaríamos a vivir y proporcionan una vista espectacular del paisaje desde lo alto. Además de sus impresionantes torres, San Gimignano también cuenta con una arquitectura medieval bien conservada, con calles empedradas, plazas pintorescas y antiguas iglesias que suponen una ventana al pasado de la región.

El pueblo también es famoso por su producción de vino blanco Vernaccia, considerado uno de los mejores blancos de Italia. Los viajeros (tanto si visitan San Gimignano para una escapada como si deciden instalarse aquí de forma permanente) pueden disfrutar de catas de vino en las bodegas locales y degustar la deliciosa cocina toscana en algunos de los restaurantes tradicionales que se encuentran en el pueblo. Cultura, historia, gastronomía y paisajes espectaculares hacen de este bello pueblo un edén en el que la calidad de vida está garantizada.

Borgo a Mozzano cautiva a locales y viajeros gracias a su encanto medieval y su impresionante entorno natural. Conocido por el famoso ‘Ponte del Diavolo’ (con sus arcos asimétricos y una intrigante leyenda), esta obra maestra arquitectónica del siglo XIV que se extiende sobre el río Serchio constituye una de las imágenes más icónicas de este precioso pueblo toscano.

Además de su puente histórico, Borgo a Mozzano son sus calles empedradas, sus plazas encantadoras en las que nos pasaríamos toda la tarde y antiguas iglesias, como la de San Jacopo, con su imponente campanario, que supone una excelente referencia visual en el paisaje del pueblo.

A unos 35 kilómetros de Borgo A Mozzano encontramos también otro enclave que sería perfecto para fijar nuestra residencia de forma permanente. Y si esto no fuera posible, al menos una excursión de fin de semana bastaría para descubrir sus múltiples encantos. Hablamos de Isola Santa, pequeño pueblo a orillas del lago homónimo que es perfecto para practicar senderismo, estar en pleno contacto con la naturaleza y disfrutar también de la típica arquitectura toscana con los Alpes Apuanos como telón de fondo.

Y finalizamos con el tercer pueblo de la Toscana en el que nos instalaríamos sin dudarlo. Se trata de Loro Ciufenna, ubicado en las colinas de la provincia de Arezzo. Rodeado de exuberante vegetación es el lugar perfecto para contemplar las impresionantes vistas del valle del río Ciuffenna. Sus calles empedradas y casas de piedra tradicionales crean un ambiente acogedor que invita a los viajeros a explorar sus encantos escondidos y, por qué no, a mudarse de forma permanente.

Además de su belleza natural, Loro Ciuffenna cuenta con varios sitios de interés histórico y cultural, como el puente romano del siglo VIII, conocido como el Ponte della Pia, la iglesia románica de San Pietro, con su campanario medieval, y el Museo de Arte Sacro, que alberga una colección de arte religioso y artefactos históricos que ilustran la rica herencia cultural de la región.

Ahora que ya conoces 3 pueblos de la Toscana que son perfectos para vivir alejados del estrés y el mundanal ruido, es momento de plantearte si prefieres visitarlos como viajero ocasional o, por el contrario, prefieres llegar a ellos tan solo con billete de ida.