La Ruta Costera de la Calzada: un road trip por las maravillas de Irlanda
Este espectacular itinerario natural une algunos de los atractivos indispensables de Irlanda mediante espectaculares formaciones geológicas, impresionantes playas y acantilados abismales.
La Ruta Costera de la Calzada o The Wild Atlantic Way, como es conocida en inglés, es una de las principales maravillas de Irlanda, brindado la oportunidad de disfrutar de la naturaleza más indómita de la Isla Esmeralda y de conectar con el auténtico espíritu irlandés.
La ruta turística costera señalizada más larga del mundo tiene una longitud de 2.600 kilómetros que transcurren entre la localidad de Muff, en la península de Inishowen, hasta Kinsale, cerca de Cork, al sur del país. La impresionante vía, dividida en 14 etapas, deja a su paso 9 condados, 63 playas de bandera azul, cinco parques nacionales y 26 islas. Entre sus atractivos pueden visitarse dos reservas oscuras, conocidas por sus fabulosos cielos sin contaminación lumínica idóneos para contemplar las estrellas: Kerry International Dark Sky Reserve y Mayo International Dark Sky Park.
Además, este año es una ocasión especial para recorrerla, ya que cumple su décimo aniversario. Una celebración muy relevante porque esta ruta escénica ha servido para conectar algunos de los puntos rurales más remotos del país con sus ciudades principales y para dar a conocer sus maravillas convirtiéndolas en lugares indispensables que visitar en todo viaje al país.
Una ruta por Irlanda del Norte
A su paso por Irlanda del Norte, la Ruta Costera de la Calzada recorre algunas de las paradas más esperadas del itinerario. Entre ellas se encuentra la Calzada del Gigante. Unas gigantescas columnas de basalto, en forma hexagonal, emergen de la playa formando un maravilloso monumento natural. Esta especie de escaleras verticales que sumergen en el mar, son Patrimonio Mundial de la UNESCO y uno de los lugares más fotografiados del país.
La animada ciudad de Belfast ejerce como uno de los puntos de partida recomendables para iniciar un recorrido por la Ruta Costera de la Calzada. Belfast es una ciudad palpitante y en continua transformación que contrasta con la calma de los pueblos y paisajes que estamos a punto de descubrir. Pero antes, ¿qué tal perdernos por el sorprendente barrio del Titanic, vibrar en los históricos pubs del Barrio de la Catedral o degustar algunos de los sabores locales en el mercado de St. George?
A continuación emprendemos nuestro viaje por la pintoresca costa de Antrim, donde los escarpados acantilados de Gobbins empiezan a perfilar el paisaje ante playas de arenas tostadas. Por el camino nos encontraremos con pintorescos pueblos que recogen la esencia local, como Glenarm, Cushendun o Ballycastle. También merecerá la pena desviarse hasta el Parque forestal de Glenariff para rodearse de sus asombrosas cascadas y caminar por sus senderos.
Más adelante, el puente de cuerda Carrick - a - Rede, situado a 30 metros sobre el mar, comunica con la isla de Carrick ofreciendo una vertiginosa y divertida experiencia cargada de alucinantes panorámicas.
Seguimos hasta la Calzada del Gigante y, a cada curva, un nuevo tesoro. Castillos, acantilados, playas y pueblos de postal nos llevan hasta Londonderry, la segunda ciudad de mayor tamaño en Irlanda del Norte, donde adentrarnos entre sus históricas calles abrazadas por una muralla levantada en el siglo XVII y seguir vibrando en sus pubs.