La atracción más sorprendente de China: súbete al 'flying kiss'
Los amantes de las emociones fuertes tienen una cita ineludible en China para descubrir una de las atracciones más bizarras del país asiático.
En China ya se sabe que todo se hace a lo grande, desde sus puentes de infarto hasta la creación de grandes megalópolis, como la de Chongqing, que constituye el municipio más poblado del país con una población de unos 34 millones de habitantes. Y precisamente en Chongqing, en las montañas de Wulong Baima, encontramos una atracción que dejará al viajero sin palabras.
Los amantes de las emociones fuertes y, sobre todo, aquellos que no tengan vértigo tienen que probar Flying Kiss, una atracción que permitirá al viajero descubrir unas vistas de infarto sobre un profundo acantilado. ¿Te animas a descubrir la atracción más bizarra de China?
Nos trasladamos hasta las montañas de Wulong Baima, a unos 140 kilómetros de la ciudad de Chongqing para descubrir un paisaje que no parece de este mundo. Verdes montañas que parecen sacadas de la isla de ‘Parque Jurásico’, acantilados de infarto que pueden provocar más de un desmayo en aquellas personas que sufran de vértigo y unas vistas que nos reconcilian con el mundo son ingredientes más que de sobra para acercarnos a este rincón natural. Ahora bien, desde 2020 hay un nuevo aliciente para visitar la zona: la atracción más surrealista de China.
Géminis: un horóscopo y también una atracción china
Flying Kiss es una atracción compuesta por dos estructuras que simulan dos amantes, un príncipe azul y una ninfa o mujer hada. Cada una tiene un pequeño mirador o isla voladora situada en uno de los brazos de las figuras. Poco a poco estas irán girando sobre sí mismas y ganando altura hasta que los amantes consigan rozar sus cuerpos y ambas cabinas queden situadas a pocos metros de distancia.
Para que el viajero tome conciencia de la magnitud de esta atracción tan loca, aquí van algunas cifras de impacto: el radio de giro del brazo es de 40 metros, la inclinación llega a los 57 grados y alcanza una altura de 55 metros. Esta altura no parece gran cosa, pero si tenemos en cuenta que la base de Flying Kiss se encuentra sobre un imponente acantilado, la cosa cambia considerablemente y la sensación de estar tocando las nubes se vuelve real.
Cada isla voladora tiene capacidad para 60 personas y el precio del billete es de unos 16 euros. Durante la ascensión se recomienda que el público permanezca sentado, pero una vez que se ha conseguido llegar a lo más alto y los amantes se besan, uno puede ponerse de pie y andar libremente por la cabina para tomar fotos desde todos los ángulos y perspectivas posibles.
Atracción china con polémica
Flying Kiss se ha convertido en todo un fenómeno por diversas razones, pero no todas son buenas. Tras su inauguración, se convirtió en un fenómeno viral, ya que muchos influencers orientales se hicieron eco de la vistosa atracción a la que apodaron como ‘la única isla voladora interactiva Géminis del mundo’.
Con el paso del tiempo, la afluencia de público ha sido constante y, más allá de las redes sociales, ha acabado ocupando un puesto de dudoso honor: el de la estructura más fea de China según las votaciones que cada año eligen los ‘place to be’ más importantes del gigante asiático.
En definitiva, Flying Kiss es una atracción bizarra, pero si lo que quieres es obtener unas vistas de infarto de todas las montañas de Wulong Baima y sentir que tocas el cielo con las manos, no deberías dejar de visitarla.