Volvo XC60 Summum T6

Los expertos de la casa sueca han trabajado fino para conseguir un todocamino que funciona de maravilla. En carretera, nos ha parecido que tiene un comportamiento dinámico superior al XC90 y al XC70, gracias a una suspensión muy trabajada y a los neumáticos que calzaba la unidad de pruebas, mucho más aptos para el asfalto que para el campo. Aunque ha salido al mercado en una época difícil por la crisis y por sus competidores, como el Mercedes GLK y el Audi Q5, el Volvo tiene su hueco apoyado por unos atributos propios de la marca. Y como es ya una constante en esta casa, equipa un novedoso sistema de seguridad que permite evitar las colisiones en ciudad o en atascos siempre que se circule a menos de 30 km/h. Cuando el coche detecta que puede haber un choque y el conductor no se ha percatado, frena de forma automática. Por supuesto, va cargado de otros elementos de seguridad ya tradicionales en la marca y de otros más vanguardistas, como la alerta de cambio de carril o el aviso cuando llega un vehículo por el denominado ángulo muerto. Unos inventos que deberían llevar de serie todos los modelos porque aportan gran seguridad en la conducción.

Por dentro, el Volvo nos acoge en un ambiente muy agradable por la calidad de los materiales, su ergonomía y colorido. Los mandos están colocados racionalmente y los pasajeros de las plazas traseras viajan con una enorme comodidad. Por otra parte, peca de que su variedad de motores no resulta excesivamente amplia, frente a alguno de sus rivales. El motor de gasolina, el más potente de la gama, funciona impecablemente, pero también gasta mucho. Según esté de lleno nuestro bolsillo, el XC60 se puede comprar con tres niveles de equipamiento: Kinetic, Momentum y Summum.