Viajes y letras: libros para el verano, para el otoño, para el invierno

Prudencia, turismo y pertenencia.

Unos cuantos libros viajeros perfectos para las diferentes estaciones.
Unos cuantos libros viajeros perfectos para las diferentes estaciones. / Istock / AleksandarNakic

Tres libros para rebozarse en la toalla este verano, o para posponerlos hasta septiembre, otoño, diciembre, abril, da igual, lo importante de los libros es la compañía que dan, a veces el interior; la soledad compartida del que lleva el libro, la soledad compartida del libro, que no dice nada a no ser que le preguntes. Y cuando le preguntas, cuando abres el libro, todo tan ordenadito: sus ideas, sus párrafos, sus interlineados. Podíamos ser un poquito más como los libros.

El arte de la prudencia, de Baltasar Gracián (ed. Taurus great ideas)

Después de leerlo no sé si soy más prudente, pero puedo citar cosas de esta manga: “ni al justo leyes, ni al sabio consejos” o de esta otra: “nunca apurar ni el mal ni el bien: a la moderación en todo redujo la sabiduría toda un sabio (…) la naranja que mucho se estruja llega a dar lo amargo”. Sin querer contradecir al sacerdote y escritor de hace cinco siglos, cito a Wilde (al que atribuyen tanta frase ingeniosa que me hace dudar): “todo con moderación, incluso la moderación”. En este librito hay 300 aforismos comentados. No son fáciles de entender, ni de aplicar, pero quedan muy bien citados en post o artículos.

El arte de la prudencia, de Baltasar Gracián

El arte de la prudencia, de Baltasar Gracián

/ D.R.

Lo que es mío, de José Henrique Bortoluci (ed. Random House)

Este libro me gusta desde la portada: la cabina de un camión. Desde el título: de pertenencia. Desde el apellido del autor: de mediocampista italiano. Desde la cita que abre el libro: “De cualquier modo, deseamos un milagro de ocho millones de kilómetros para Brasil”, Graciliano Ramos. Desde los primeros párrafos: el protagonista, un doctorando en sociología, habla con su padre, un camionero del ancho Brasil, poco antes de partir a la universidad en Estados Unidos. El protagonista, el autor, dice que su padre no entiende de doctorados, pero sí de distancias. Y quien haya vivido la distancia, en horas de carretera o en soledades, seguirá leyendo.

Lo que es mío, de José Henrique Bortoluci

Lo que es mío, de José Henrique Bortoluci

/ D.R.

La turista, de Yun Ko-eun (ed. Reservoir Books)

En tiempos de turismo masivo, de turismo sin riendas, esta novela surcoreana propone la historia de una agencia de viajes con una oferta muy particular: hacer turísticos lugares donde se han producido desastres naturales. Eco-thriller feminista y distópico llaman al libro de Yun Ko-eun. Muchas categorías, algunas muy cerquita del hoy. 

La turista

La turista

/ Ed. Reservoir Books

Ahora solo te queda elegir uno, o varios, de ellos...

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