Los viajes de Isabel Coixet: "En Roma un señor me ayudó a parar un taxi: era Marcello Mastroianni"

Está acostumbrada a mirar y entender el mundo a través de una cámara de cine. Hija de un obrero textil y de una salmantina emigrada a Cataluña, sigue viviendo en el Barrio de Gracia (Barcelona), donde nació, convencida de que el mundo no tiene fronteras. Ha rodado en varios lugares del planeta, le encanta Japón y vuelve a París cuanto haga falta.

Isabel Coixet, Los viajes de Isabel Coixet

La directora de cine Isabel Coixet

/ Zoé Sala Coixet

La directora de cine Isabel Coixet (57 años) tiene asumido desde niña que el mundo está hecho para viajarlo. Lo hacía de niña, con sus padres, de un extremo a otro de la Península, y lo sigue haciendo ahora. Unas veces por placer y otras por razones de trabajo.

Al repasar su trayectoria, me he dado cuenta de que usted no tiene fronteras.

Siempre he creído que hay que salir. La serie Foodie Love, producida por HBO, se ha rodado en Barcelona, Francia, Roma y Tokio. Hago mía la frase de “navegar es necesario, vivir no es necesario”, pero sustituyendo navegar por viajar.

¿Cómo se ven los paisajes a través de la cámara?

La cámara es mi cómplice, mi manera de estar en el mundo, mi herramienta para entender el mundo. Si la ves como cómplice y amiga, te permite ver el mundo de una forma más empática.

Isabel Coixet y su hija Zoe

Con su hija, Zoe, en el metro de Moscú

/ D.R.

¿Qué viajes hacía con sus padres, de niña?

Cada verano cruzábamos España para ir a Salamanca, de donde es mi madre. También fuimos a Portugal, a Andalucía... y recorrimos Santander, Asturias y Galicia en coche. Como no teníamos dinero, unos días dormíamos en el coche y otros en una pensión. Pero a mí todo me parecía estupendo: una auténtica aventura.

Aquellos viajes han pasado ya a la historia.

Sin embargo, creo que deberíamos de volar menos. Cuando vuelas con algunas compañías parece que estás molestando. Yo, si puedo hacer el viaje en tren o en coche compartido, lo hago. Viajar en avión cada vez me parece menos estupendo.

¿Habría que regular, de alguna manera, la afluencia a determinados destinos?

Lo de Roma es tremendo. No entiendo por qué la gente va a ver la Capilla Sixtina embutida entre un grupo de eslovenos y una masa de chinos. Es como cumplir un trámite: vemos los frescos de Miguel Ángel, nos hacemos unos selfis y tan contentos. Sería mucho más práctico poner unos fondos falsos. Una cosa es disfrutar de la experiencia de viajar y otra decir que has estado allí.

Isabel Coixet

Isabel Coixet en Oporto

/ D.R.

¿Hay algún lugar de Barcelona que le emocione o le traiga buenos recuerdos?

Hay una cosa que me sigue emocionando. Todavía puedo ir andando desde la clínica donde nací, en el barrio de Gracia, al piso donde pasé mis primeros cinco años, pasando por el cine Texas, donde trabajaba mi abuelo. Vivo a cinco minutos de donde vivía de pequeña.

¿Algún escenario o paisaje de película?

Golden Gai, el barrio donde rodé unas escenas de la película El mapa de los sonidos de Tokio. Allí existe un bar legendario llamado La Jetté, como la película de Chris Marker, cuya dueña acoge a cineastas europeos y americanos. Tiene fotos de todos ellos firmadas –Martin Scorsese, Wim Wenders, Steven Spielberg y yo misma– y las botellas personalizadas. Es un lugar mágico, con una atmósfera que no hay en otro lugar del mundo.

¿Por qué nos quieren tanto los japoneses?

Son como esponjas de otras culturas y cuando se meten en una de ellas lo hacen de una manera muy profunda: aprenden español, aprenden sevillanas y hacen paellas. Aparentemente somos muy diferentes, pero en el fondo somos bastante iguales.

“BENIDORM ES UN SITIO FASCINANTE. ESTUVE HACE AÑOS Y ME INSPIRÓ UNA PELÍCULA”

Pronto rodará la película “Snow Benidorm” (Nieva en Benidorm). ¿Qué le llama la atención de esta ciudad levantina?

Creo que Benidorm es un sitio absolutamente fascinante. Estuve hace muchos años y me inspiró una historia que por fin voy a poder rodar. Trata sobre la separación entre dos culturas.

¿Su ciudad europea preferida?

París, que no se acaba nunca, como decía Enrique Vila-Matas. Habré estado a lo mejor cien veces. Es increíble, me encanta. Soy una gran fan del Premio Nobel Patrick Modiano y me gusta descubrir las calles por donde pasean sus personajes. Viviría perfectamente en París y no me perdería nunca.

Las localizaciones son una buena excusa para descubrir nuevos lugares…

Es un trabajo que hago con felicidad. Cuando estoy localizando –hace unas semanas estuve haciéndolo en Benidorm–, empiezo a imaginarme la trama que he escrito en ese escenario que tengo delante. Eso me encanta. Es la parte amable y el placer de ser director de cine.

Isabel Coixet

Isabel Coixet en San Sebastián

/ D.R.

¿Alguna ciudad muy recomendable, además de París?

Me gustan mucho Roma, Nueva York, San Francisco, Vancouver... Y ya menos Londres, porque le he cogido manía a los ingleses.

“NUNCA OLVIDARÉ UN FIN DE AÑO EN ISLANDIA VIENDO AURORAS BOREALES”

¿Qué es lo más curioso que le ha ocurrido viajando?

Lo que más me impresionó, en un viaje a Roma hace 25 años, fue lo siguiente: tenía que salir del hotel al aeropuerto con la maleta, llovía, no paraba ningún taxi y de repente un señor salió del hotel y me ayudó a parar un taxi y me colocó la maleta dentro. Cuando le miré para darle las gracias, me di cuenta de que era Marcello Mastroianni.

¿Qué sitios de España recomendaría a los lectores de VIAJAR?

Me encanta Cudillero (Asturias), la disposición de ese pueblo, con esa especie de baile hacia el mar. También me encanta la Costa de la Muerte en Galicia y Pazos de Arenteiro (Orense), donde estuve rodando hace tiempo.

¿Una experiencia inolvidable?

Un Fin de Año en Islandia viendo auroras boreales. Te sientes muy pequeño, y muy afortunado por pertenecer a la raza humana.

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