Tres costumbres españolas con las que alucinan los extranjeros
Aquellos que nos visitan desde otros países se quedan completamente perplejos al descubrir estas acciones o hechos que para nosotros son de lo más normal.
Cada país es un mundo con sus diferentes tradiciones, historias, culturas y formas de vida diferentes que le otorgan ese toque único que lo diferencia de los demás. Todo el mundo sabe que hay cosas típicas de cada país que son muy representativas y que los habitantes de otros lugares reconocen como tradicionales de éste. Pero hay ciertas cosas que para unos son muy comunes y para otros una auténtica rareza.
En España tenemos un sinfín de tradiciones únicas y especiales, que nos diferencian del resto de países y que sorprenden a todo el que las descubre. Aunque muchos nos conozcan por la siesta, el aceite de oliva, la paella y las sevillanas, España es mucho más que eso y cada año miles de personas nos visitan para descubrir otras tradiciones y costumbres que nos caracterizan.
Los extranjeros se sorprenden mucho al conocer algunas costumbres que en sus países serían impensables y que aquí son algo de lo más normal. Se asombran al descubrir que tenemos persianas, que usamos el bidé, que no nos quitamos los zapatos al entrar en casa y otras muchas cosas más, pero hay tres costumbres españolas con las que alucinan los extranjeros y que no llegan a comprender.
Tener un jamón en casa
En España es muy común llegar a las casas y al entrar en la cocina ver una pata de cerdo apoyada en una madera y cortada en trozos. A nosotros nos parece lo más normal del mundo contar con un jamón en casa del cual ir sacando finas lonchas para degustar su delicioso y fresco sabor, pero los extranjeros ven esta costumbre como algo macabro y a lo que no encuentran sentido alguno.
Bien es cierto que fuera de España el jamón suele venderse ya en lonchas por lo que los extranjeros no están acostumbrados a ver la para directamente, pero para nosotros es algo completamente normal y aunque no la tengamos siempre en casa, estamos acostumbrados a verlas en carnicerías o supermercados. Ese hecho también sorprende a aquellos que no viven en España ya que en los supermercados extranjeros no es nada fácil encontrar una pata de cerdo colgando directamente de una cuerda.
Costumbres gastronómicas extrañas para los extranjeros
La pata de jamón en casa no es lo único que sorprende a los extranjeros de la gastronomía española. Aquellas personas que nos visitan desde otros países se sorprenden de que por lo general, acompañemos todas las comidas con pan. En España el pan es uno de los alimentos más consumidos a diario y a los extranjeros les sorprende mucho que cuando van a un restaurante lo primero que les sacan es el pan, lo hayan pedido o no.
Pero eso no es todo, también se extrañan al descubrir los horarios de comidas y cenas de los españoles. En otros países europeos sería impensable comer a las tres de la tarde o cenar a las diez de la noche, cuando para nosotros es lo más normal del mundo. Esto se debe a que los horarios laborales en España son completamente diferentes a los de otros países, pero cuando los extranjeros nos visitan tienden a seguir sus horarios y les podemos ver tratando de buscar un restaurante en el que cenar a las siete de la tarde.
Fiestas populares y días festivos
Aquellos que viajan a España, independientemente de la época del año, siempre encuentran una fiesta popular que se celebra durante su visita, y eso es algo que les parece muy extraño. Los extranjeros se sorprenden mucho al descubrir por las calles una fiesta multitudinaria en la que la gente baila y disfruta sin parar en un día que para ellos es laborable. Las fiestas españolas son conocidas mundialmente y cada ciudad, pueblo e incluso barrio tiene una propia en la que no importa qué día de la semana sea.
De hecho, estas fiestas suelen ir acompañadas de días festivos en los que no se trabaja en España, y eso es algo que los que nos visitan no llegan a comprender. Para ellos es muy complejo el hecho de que debido a una fiesta se deje de trabajar. Lo que para nosotros es algo obvio y natural, para ellos es toda una sorpresa que muchos anhelan vivir en su país de origen.
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