Bajo el mar: ¿qué puede hacer que se hunda un submarino?

Los submarinos son maravillas tecnológicas que han revolucionado la exploración marítima. Sin embargo, la vida a bordo de estos sumergibles no está exenta de riesgos. Y es que a lo largo de la historia, los submarinos se han enfrentado a diversas catástrofes que han puesto en peligro la vida de la tripulación y la integridad del buque. Desgraciadamente, estos días se habla más que nunca de la maldición del Titanic, ya que se ha hundido un submarino que lo visitaba.

Estas son algunas de las calamidades más temidas que pueden ocurrir a bordo de un submarino y que, ahora más que nunca, sobrevuelan las cabezas de todo aquel que esté pendiente de la expedición turística.

Una de las catástrofes más aterradoras es la colisión submarina. A pesar de contar con avanzados sistemas de detección y navegación, los submarinos pueden encontrarse con restos de pecios o incluso con formaciones geológicas inesperadas. Estos encuentros, si se colisiona, pueden provocar daños graves en el casco del submarino, comprometiendo su estanqueidad. Además, las colisiones pueden generar fugas de combustible o incluso incendios, creando una situación aún más crítica.

El peor enemigo de un submarino, por muy raro que parezca, es el agua. Una inundación a bordo puede ser letal, ya que pone en riesgo la flotabilidad y la estabilidad del submarino. Las vías de entrada de agua pueden ser variadas, desde una falla en el casco hasta una avería en los sistemas de ventilación o tuberías. La capacidad de sellar compartimentos y bombear agua de manera eficiente es crucial para evitar una catástrofe que lleve al submarino a las profundidades del océano.

A pesar de los estrictos protocolos de seguridad, los submarinos no están exentos de riesgos de incendio. Dado el espacio estanco y la presencia de sistemas eléctricos y maquinaria, un pequeño incendio puede propagarse rápidamente y convertirse en una tragedia. La falta de acceso inmediato a servicios de extinción de incendios y la dificultad para evacuar el submarino hacen que esta catástrofe sea especialmente peligrosa.

A día de hoy, los amantes de la navegación en general y de los submarinos en particular, recordarán el trágico incendio a bordo del submarino ruso Kursk en el año 2000, en el que falleció toda la tripulación a bordo.

El sistema de propulsión es vital para que un submarino funcione perfectamente, permitiéndole desplazarse de manera autónoma bajo el agua. Un fallo en este sistema puede dejar al submarino varado en las profundidades, sin capacidad para regresar a la superficie o desplazarse hasta un lugar seguro. Esta situación puede ser aún más peligrosa si se encuentra en una zona con condiciones adversas, como aguas de gran profundidad.

En definitiva, los submarinos, a pesar de su ingeniería avanzada, no están exentos de sufrir diversas calamidades en su travesía bajo el mar. Las colisiones submarinas e inundaciones, los fallos del sistema de propulsión o los incendios a bordo representan amenazas constantes para la tripulación y el buque. Por ello, se hace indispensable una rigurosa formación para la tripulación, así como un conocimiento exhaustivo de todos los protocolos de seguridad.