Sonabia, Oriñón y los Ojos del Diablo, el triángulo perfecto para un plan en Cantabria

Un rincón único entre Santoña y Castro Urdiales.

Punta Sonabia, Cantabria

Punta Sonabia, Cantabria 

/ aluxum

Poco más de media hora por carretera separa la ciudad de Bilbao de un lugar espectacular de la región de Cantabria.

Los municipios de Liendo y de Castro-Urdiales albergan uno de los rincones más bonitos de este sector del litoral del norte de España, formado por la conjunción de las localidades de Oriñón y Sonabia, donde los paisajes multiplican las buenas sensaciones que siempre nos trasmite esta bella región.

Playa de San Julian, Liendo, Cantabria

Playa de San Julian, Liendo, Cantabria 

/ j-wildman / ISTOCK

Nos dejamos atrapar por este punto costero imprescindible, relativamente poco conocido, y nos preparamos para el asombro ante su combinación de elementos naturales.

En busca de “La Ballena”

A unos pocos kilómetros de Castro Urdiales, en dirección hacia Santander, divisamos la elevación del pico Cerredo y adivinamos que nos estamos acercando a la desembocadura del río Agüera, donde se asienta la localidad de Oriñón.

El curioso puerto natural de Islares nos marca el extremo oriental de una ensenada en la que las aguas del río Agüera se entremezclan con el mar en la ría de Oriñón, formando un espacio de marismas.

Playa de Islares, Cantabria

Playa de Islares, Cantabria

/ JavierGil1000 / ISTOCK

Allí aparece la pedanía de Oriñón, encajonada entre macizos que se elevan abruptamente junto al Cantábrico, regalándonos una preciosa postal gracias a su playa de fina arena de un kilómetro de longitud.

Una pequeña población acostumbrada a la admiración de quienes visitan este punto litoral, tan atractivo y valorado por quienes se inclinan por conocer los alrededores de Castro Urdiales.

Playa de Oriñón, Cantabria

Playa de Oriñón, Cantabria

/ Aguera Itsasadarra

Con la imagen de la playa de Oriñón aún en la retina, avanzamos hacia occidente siguiendo la línea costera para penetrar inmediatamente en un paraje espectacular, donde encontraremos una de las playas salvajesmás deslumbrantes de toda la región y, nos atreveríamos a decir, del norte de España.

La localidad de Sonabia, formada en su mayor parte por segundas residencias, se muestra como avanzadilla antes de penetrar en el corazón de estos paisajes increíbles custodiados por la imponente presencia del monte Candina, que se eleva hacia el cielo hasta casi alcanzar los quinientos metros sobre el nivel del mar.

"La Ballena" en Sonabia, Cantabria

"La Ballena" en Sonabia, Cantabria

/ Mimadeo / ISTOCK

Un camino nos conduce más allá del poblamiento hacia el extremo rocoso donde acaba este paraje, en la punta de Sonabia o cabo Cebollero, popularmente conocido como “La Ballena” por su característico contorno en forma de este mamífero de la orden de los cetáceos, habiéndose convertido con el tiempo en un icono de esta franja litoral.

Retrocedemos en dirección al macizo rocoso y se abre ante nuestros ojos un lugar excepcional, de una belleza indiscutible. El arenal de Sonabia, perteneciente a Liendo, es una playa poco concurrida y de larga trayectoria nudista que, con sus poco más de 150 metros de ancho, enamora a primera vista gracias a un escenario natural impresionante.

El monte Candina y los Ojos del Diablo

Al oeste de la ría de Oriñón se extiende hasta Laredo toda una franja de acantilados y elevaciones que ofrecen panorámicas únicas, así como una gran riqueza natural.

Con el monte Candina como protagonista indiscutible, con picos tan icónicos como el Solpico, el Llandesagú o el propio , rondando el medio kilómetro de altura junto al mar Cantábrico, y con hoyas como las de Tueros o Falluengo, es indudable que cualquier paseo senderista por estos parajes nos merecerá mucho la pena si nos acercamos a visitar el entorno de Sonabia y Oriñón.

Unas de las formaciones más sorprendentes de estos picos y que son una de las grandes atracciones de esta zona son los Arcos de Llanegro, más conocidos como “Ojos del Diablo”. Unos grandes arcos de roca por cuyas oquedades se enmarcan unas postales maravillosas de esta abrupta porción de costa, con Sonabia frente a nosotros.

Todo ello, unido a la presencia, en las peñas del monte Candina, de la colonia de buitres leonados más cercana al mar de toda Europa. Un caso único que nos regala la experiencia de pasear por estos caminos o, incluso, bañarnos en el arenal de Sonabia, mientras estas grandes aves sobrevuelan nuestras cabezas.

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