Un recorrido alternativo por Bilbao por lugares que no salen en las guías

Bilbao, la urbe alternativa y vanguardista que esconde multitud de secretos para los más bohemios.

Bilbao

Bilbao, la ciudad alternativa del Norte

/ jon chica parada

Una ciudad que engancha, adictiva, peculiar, moderna y a la vez testigo de una larga historia, así se define a “el botxo” (agujero, hoyo en euskera), apelativo con el que se conoce a la ciudad portuaria más importante del País Vasco, Bilbao.

“El Bilbao más alternativo ha llegado para quedarse”, así definen sus visitantes más atrevidos la ciudad, los mismos que deciden descubrirla perdiéndose por las empedradas calles que zigzaguean en su casco histórico, descubrir sus bares más “underground” y alternativos, recorrer de norte a sur su ría con sus edificios más clásicos reflejándose en sus aguas o descansar tomándose un café al sol en las escaleras de la plaza Miguel de Unamuno.

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Calles de Bilbao.

/ Patricia Heredia

Un recorrido por Bilbao más allá del turismo clásico

Varios son los planes, más allá de los clásicos y turísticos, que esconde Bilbao, una ciudad que apenas duerme pero en la que reina un silencio que no pasa inadvertido. Este pequeño trozo de la Península Ibérica atesora riquezas culturales y geográficas suficientes para querer volver siempre que ya se ha ido.

Un paisaje salpicado por casas y edificios de lo más variados y diferentes pintan un Bilbao que llama la atención por su “carácter desordenado” arquitectónicamente, ya que pueden convivir caseríos y edificios de 10 plantas en un mismo espacio. Bañado por la ría de Nervión y rodeado por un verde absoluto de montañas y colinas, esta ciudad se ensalza como destino favorito para los viajeros más alternativos, más gourments y los auténticos amantes de la aventura por la gran variedad de planes que ofrece.

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A lo largo de la ría de Nervión hay 13 puentes.

/ GarySandyWales

Resulta fundamental empezar el recorrido dejándose llevar por los entramados que discurren en el casco viejo, concretamente por las famosas 7 calles: Somera, Artekale, Tendería, Belostikale, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena. No tardaremos en perdernos, al resultar todas bastante parecidas, y llegar a la ría de Nervión. Un soplo de aire fresco, el pulmón de la ciudad que se desdibuja a lo largo de 23 kilómetros de agua hasta llegar a desembocar en el mar Cantábrico.

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Multitud de colores tiñen las míticas casas de ría de Nervión.

/ Patricia Heredia

Guggenheim. Este espacio, el cual resulta un museo en sí solo por fuera, es una parada obligatoria para entender A medio camino nos encontramos con uno de los museos más importantes a nivel mundial y artístico del mundo, el parte del reto arquitectónico con el que se cataloga a la ciudad, sin olvidarnos de las esculturas que custodian el propio museo y se han convertido también en dos iconos imperdibles, la mega araña y el perro guardían Puppi.

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El museo Guggenheim es un museo de arte contemporáneo diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry.

/ elxeneize

Si caminamos hacia el Mercado de la Ribera, un mercado histórico que se posiciona como el mercado cubierto más grande de Europa, nos encontraremos con postales dibujadas a lo largo del camino que nos recordarán a la bella ciudad de Ámsterdam. Sobre el reflejo de las aguas se yerguen multitud de edificios de colores que pintan todo un paisaje con una belleza superlativa y de lo más fotogénica, acompañado por diferentes graffitis artísticos, tabernitas al sol, y rincones de lo más singulares.

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El casco viejo de Bilbao es el antiguo núcleo medieval.

/ neirfy

Bilbao, para comérselo y bailarlo

Una urbe canalla, salvaje pero elegante, que destaca entre otras muchas cosas por sus famosos pinchos y su variedad gastronómica. No hay que irse muy lejos para saborear los placeres de la capital vasca, concretamente podremos probar unos pinchos de lo más originales, acompañados por una rica sidra, en tabernas como: Bacaicoa, Bar Fermín, Café Iruña… o las ricas tortillas de Kukosoak.

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"Sushi bilbaíno", así se conoce al pincho por excelencia de bacalao con pan y picante en Bilbao.

/ Patricia Heredia

Para los más jóvenes, y los no tanto, el entramado de las calles de Barrenkale Barrena y Dorre Kalea es uno de los puntos con más ambiente alternativo y bohemio de la ciudad para arrancar la noche. Pero además de esto, Bilbao esconde un par de secretos al más puro estilo berlinense, solo aptos para los más vanguardistas:

Bilborock: Una iglesia reconvertida en sala de conciertos

Sin duda alguna Bilbao se une a todas esas ciudades cosmopolitas Europeas en las que los antiguos templos religiosos son reutilizados para fines culturales y artísticos. Es el caso de Bilborock, una antigua iglesia del siglo XVII que descansa a las orillas de la ría que no pasa desapercibida, ya que dentro se esconde uno de los hitos más característicos y singulares de Bilbao, una sala de conciertos, varias salas de talleres y hasta un cine.

Una antigua fábrica de galletas de lo más vintage

Un espacio creativo, bar, cafetería y sala de tiendas vintage y exposiciones, así emerge este ecosistema cultural afincado en el barrio de La Ribera de Deusto, un rincón exquisito para los viajeros que buscan salir fuera de lo normativo para encontrar inspiración y buen rollo en espacios como este. Nos referimos al “Espacio Open”, lo que se conocía como la antigua fábrica de galletas Artiach y que ahora da cabida a numerosos proyectos culturales y sociales donde reina la música y una decoración de lo más vanguardista.

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El Jardín Secreto Bilbao es la cafetería situada en los espacios verdes del Espacio Open.

/ Marina Pérez

De San Juan de Gaztelugatxe al atardecer en Sopelana

Toca salir de la capital bilbaína para conocer uno de los tesoros más bonitos y mágicos que aguarda el País Vasco, San Juan de Gaztelugatxe, un islote que emerge en las aguas de la localidad vizcaína de Bermeo y se dibuja en un paisaje salpicado por montañas mezcladas con un mar azul cremoso del que no cesan de romper las olas en el espectáculo vertical de acantilados cargados de bosques frondosos e impresionantes vistas frente a la isla. Para acceder al paisaje y contemplar en primera persona la ermita de San Juan que corona el peñón, habrá que realizar un extenso recorrido entre la naturaleza y subir un número considerado de escaleras hasta llegar a su exuberante y mágica cima.

San juan de gaztelugatxe

Este idílico lugar se encuentra entre las localidades costeras de Bakio y Bermeo, unido a la costa a través de un puente de piedra y una escalinata de 241 peldaños.

/ Patricia Heredia

Una ruta en coche (road trip) por la costa vasca siempre es una opción acertada, ya que es la mejor forma de conocer las espectaculares tierras norteñas. Discurrir con el coche por las carreteras y puertos que atraviesan los épicos pueblos y aldeas costeras hasta llegar a la playa de Sopelana para contemplar uno de los atardeceres más bonitos, resulta un plan perfecto para acabar el día. Una extensa playa de acantilados con un oleaje abundante ideal para los surfistas más atrevidos, que se convierte en mágica cuando su cielo se tiñe de colores naranjas, ocres y rojos sobre el horizonte azul dibujando una estampa inolvidable.

Sopelana

Se encuentra a menos de 30 minutos del centro de Bilbao, entre las localidades costeras de Getxo y Barrika.

/ Marina Pérez

Un paisaje tan idílico que dan ganas de ir corriendo...

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