Rosa María Calaf: "Si eres viajera, viajas a cualquier edad. Se puede viajar siempre"

Rosa María Calaf

La Habana, Cuba: Rosa María tiene vínculos personales con la isla, ya que su abuelo materno tuvo negocios y vivió allí. Hace poco ha vuelto a Cuba y ha podido rastrear sus raíces

/ Eloi_Omella / ISTOCK

En el verano que cumplió 14 años, sus padres la enviaron a estudiar fuera de España. A partir de ese momento, "todos los veranos estuve fuera". "Con 16 o 17 años, fui a Estados Unidos, de intercambio. Y con 18 me fui en autostop por Europa. Era el año 1963 y aquí en España nadie hacía esas cosas." Estaba claro ya que Rosa María Calaf había nacido para derribar barreras y para viajar. De hecho, estudió primero Derecho para hacer carrera diplomática, aunque la diplomacia la ejerció de sobra en su labor como periodista, la corresponsal con más larga trayectoria de TVE. "Todas mis perspectivas, mis ansias, mi vocación... siempre tenían que ver con viajar", reconoce.

Rosa María Calaf

Zambia: Aquí la vemos junto al alcalde de Lusaka y a la colorida furgoneta Pegaso con la que viajó de Barcelona a Ciudad del Cabo, su primera gran expedición en los años 70

/ Rosa María Calaf

Pero antes de que el derecho y el periodismo entraran en su vida, incluso antes de aquel verano en que salió a estudiar fuera, la genética ya había hecho de las suyas. Genética viajera trasmitida por su abuelo materno. "Él procedía de una familia campesina de Catalunya. Pero desde pequeño, en el colegio, te hablo del siglo XIX, ya era un gran lector y había sido tremendamente inquieto", nos revela. "Se le quedó muy pequeño su lugar de origen. Se fue a Barcelona, mejoró estudios allí, aprendió un poco de inglés y empezó con sus ansias viajeras." Estados Unidos, India y Cuba fueron algunos de los destinos de su abuelo, lugares a los que viajó por negocios. "Él siempre me contaba cosas de esos lugares donde había estado y sobre todo, recuerdo perfectamente las cosas que me traía. Recuerdo cuando me trajo mi primer bolígrafo, por ejemplo."

183 países visitados… y suma y sigue

Su etapa como corresponsal de TVE la llevó a vivir en las ciudades de Nueva York, Moscú, Buenos Aires, Roma, Viena, Hong Kong y Pekín (casi nada), ciudades todas a las que ha vuelto ("Hay lugares a los que no me cansaría de volver, como Roma o Buenos Aires, por ejemplo, o Nueva York"). Pero aquellos viajes estaban marcados por la urgencia de informar. Por el contrario, sus últimos 10 años han sido "la maravilla total". "Ha sido viajar marcando yo los tiempos. Es un tipo de viaje diferente a cuando era corresponsal… Por eso yo tenía y tengo tanta ansia de seguir viajando ahora que tengo el tiempo", explica.

Rosa María Calaf

Palaos: Este país insular de las islas Carolinas de la Micronesia fue uno de los destinos que le quedaban por visitar a Rosa María. "Como no me gusta hacer submarinismo, que es lo maravilloso que tiene Palaos, me fui a buscar islas de la guerra y restos japoneses"

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Hasta el momento, son 183 los países que ha visitado. "Pero no cuenta haber estado solo en el aeropuerto —nos advierte—. Tienen que ser por lo menos cuatro o cinco días." Y no se detiene en esa impresionante cifra. Rosa suma y sigue. "No es fácil, porque es imposible en este momento visitar algunos países que me faltan. No fui a ellos profesionalmente y arriesgarme ahora… Somalia, por ejemplo, o Yemen. Con Yemen, sin embargo, todavía tengo esperanza de poder ir."

Dos tipos de todoterrenos

¿Sus próximos destinos? "Con la pandemia se me pincharon dos viajes que ya tenía casi cerrados; uno era Arabia Saudita en coche y quería volver a los Balcanes con tiempo para mirar los lugares en los que había estado durante la guerra." Esa sequía viajera de unos dos años y medio la mitigó visitando Cuba durante tres semanas y haciendo algunos viajes en coche por España.

Rosa María Calaf

Australia: En la Outback Highway. Esta red de carreteras une Australia por el interior pasando por el Outback, nombre que recibe el corazón árido del país. Rosa María recorrió el país en 2010 durante tres meses.

/ Rosa María Calaf

Ahora ya se prepara para poner rumbo a Arabia Saudita, aunque esta vez lo hará alquilando un coche, no siguiendo el modelo de viaje que Rosa ha hecho desde que se jubiló, es decir, acompañada de su pareja y de su todoterreno. "Todos los años hacía un viaje largo, más de expedición, porque tenemos un todoterreno, un Toyota, un Land Cruiser, el grande, el militar." Con él han recorrido Sudamérica, Australia, Alaska, Canadá, Estados Unidos… Los todoterrenos también son ellos, no solo el coche.

Rosa María Calaf

Guadalajara, México: El viaje que la llevó a Guadalajara le permitió también recorrer "la costa de México y luego, el mar de Cortés, y por Baja California hasta Los Cabos y luego volvimos a subir por el sur de Estados Unidos, Nuevo México hasta Phoenix, y toda esa parte de los grandes parques..."

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"El último viaje que hicimos anterior a la pandemia fue de Barcelona a Senegal", recuerda Rosa. También partió en 2014 desde Barcelona para llegar hasta Mongolia, recorriendo Rusia. "Y luego volviendo por Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Irán… Fueron cuatro meses y pico. Entramos por el norte y bajamos hasta el sur, al Golfo Pérsico, y después volvimos a subir por la frontera del Kurdistán al Kurdistán iraní y después volvimos por Turquía". Lección de geografía.

Rosa María Calaf

Mongolia: País al que viajó desde Barcelona en 2013, y uno de los más complejos de visitar "por el tema de los visados"

/ Rosa María Calaf

Estos viajes más largos, de expedición, los combina con un viaje europeo anual "más monográfico", especifica, como el que hizo a Sicilia. "Son viajes de mes y medio, depende. No llevo nada muy planificado, pocas cosas reservadas. Voy improvisando mucho."

Rosa María Calaf

Campo de’ Fiori: Roma, la ciudad en la que fue corresponsal en los 90, es de esos lugares a los que Rosa siempre volvería. "El Campo de’ Fiori el domingo por la mañana era una delicia", recuerda

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Y entre improvisación e improvisación, las lecciones de vida que le han dejado, y le dejan, los viajes. Primera enseñanza: "Si eres viajera, viajas a toda edad. Yo empecé a viajar a los 13 o 14 años y tengo ahora 77 y sigo viajando igual. Me parece importante el mensaje de "se puede viajar siempre". Segunda enseñanza: "De lo que aprendes siempre es de lo diferente. Cuanto más puedas acercarte a lo diferente en su propia lengua y en su propio lugar, más rica va a ser tu experiencia". Tercera enseñanza: "Cuando viajas, viajas por fuera y viajas por dentro, en cada viaje aprendes un montón de ti misma. Eso yo creo que está poco explicado. Mejor nos iría el mundo si nos conociéramos mejor todos, ¡las guerras que se evitarían!". 

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