Los pueblos abandonados más increíbles de España

España está llena de pueblos preciosos habitados por cientos de personas felices, pero también por pequeños municipios que, el tiempo, la guerra o la naturaleza, han abandonado a su suerte. Infinidad de emplazamientos han perdido por completo su población dando lugar a edificios solitarios y destrozados que buscan alguien que los habite de nuevo. Muchos de ellos se han convertido en centros turísticos visitados por miles de personas cada año pero que nadie decide repoblar.

Belchite, Zaragoza

Un espectacular pueblo que recibe a los visitantes con la copla de Natalio Baquero grabada en el yeso de la iglesia, "Pueblo viejo de Belchite, ya no te rondan zagales, ya no se oirán las jotas que cantaban nuestros padres". Se trata efectivamente, de Belchite Viejo, imagen viva de los estragos que la Guerra Civil ocasionaron al país y que convirtió a este pueblo en el municipio abandonado más famoso de España. Cuentan las leyendas que sus calles están encantadas y habitadas por los fantasmas de los que un día vivieron allí. Tal es su fama que innumerables valientes se han acercado hasta allí para hacer sus visitas guiadas y descubrir sus misterios. 

Corbera de Ebro, Tarragona

Este bello pueblo de Tarragona perdió sus habitantes en la batalla del Ebro en 1938, se trata de otro de los afectados por una Guerra Civil que dejó las casas vacías y las calles desiertas. Pese a la decadencia de sus construcciones tras el abandono, hoy en día pueden visitarse edificios emblemáticos y bellos como la iglesia de San Pedro. Además, debido a su fascinante paisaje abandonado, Corbera de Ebro fue declarada Bien de Interés Cultural con la intención de preservar sus encantos.

Os Teixos, Asturias

Os Teixois es el claro ejemplo de que querer es poder. Este pueblo asturiano quedó abandonado hace años y poco a poco la naturaleza se iba adueñando de él, pero lejos de darlo por perdido, se rehabilitó par que no perdiera su esencia. Con la intención de promover el turismo y la cultura del lugar, se restauraron los edificios convirtiéndolos en un museo y un restaurante de comida típica asturiana que cada año visitan miles de personas que quedan fascinadas con sus encantos. 

Turruncún, La Rioja

Con el declive de su principal actividad económica en 1975, este pequeño pueblo minero de La Rioja fue perdiendo a sus habitantes que marchaban en busca de trabajo. Turruncún se mantiene en pie tal y como estaba tras la estampida de abandonos, incluso un colegio que nunca llegó a impartir clases a los alumnos. Este espectacular municipio cuenta con un misterio que habita en su iglesia, restos humanos esparcidos por el suelo que dan pie a muchas historias terroríficas sobre este lugar abandonado. 

Aceredo, Galicia

A primera vista puede parecer un pueblo flotante construido sobre el agua de una balsa, pero nada más lejos de la realidad. Aceredo fue sumergido en el año 1992 en la frontera entre España y Portugal debido a la decisión portuguesa de llenar de nuevo el embalse sobre el que estaba construido. Este pueblo gallego fue abandonado a la fuerza y comenzó una nueva vida bajo el agua con peces como habitantes. Años después, el uso de esta presa cesó y poco a poco los resquicios de lo que un día fue un lugar lleno de vida fueron saliendo a la luz y quedó varado en los charcos que se resisten a desaparecer. 

Granadilla, Cáceres

Otro de los pueblos abandonados a la fuerza por el peligro de las aguas. A mediados del siglo pasado, la zona de Cáceres en la que se encuentra se declaró inundable y todos sus habitantes tuvieron que dejar sus casas y buscar una nueva vida en otro lugar. No obstante, ese agua que amenazaba el hundimiento del pueblo nunca llegó y su gran muralla y edificios históricos quedaron intactos y solitarios a orillas del embalse de Gabriel y Galán. Tal es la belleza del paisaje e historia de Granadilla que en 1980 fue declarado Conjunto Histórico Artístico y cuatro años después entró en el Programa Interministerial de Pueblos Abandonados.

Gallicant, Tarragona

Este pueblo ubicado en la comarca del Priorat en Tarragona, se erigía sobre la antigua vía romana que conectaba la zona con Vic y las ruinas de sus edificios datan del año 1720. La escasa comunicación con el resto de pueblos de Tarragona llevaron a los habitantes de Gallicant a abandonar poco a poco el pueblo que es considerado uno de los más antiguos de la comarca. No obstante, elementos arquitectónicos como el pantano de Siurana, hacen que cada año miles de viajeros se acerquen a sus solitarias calles para disfrutar de un paseo en contacto con la naturaleza. 

La belleza de sus paisajes y de los restos de sus edificios es indudable, lamentablemente aquello que los hace especiales es lo que los hizo solitarios. El abandono y la desolación andan por las calles de estos pueblos que hoy se sustentan del turismo de aquellos que deciden visitar las ruinas de lo que un día fue un lugar lleno de vida. Colegios que nunca dieron clases, iglesias en las que no se celebraron misas y ayuntamientos que nunca gobernaron nada, ese es el triste panorama de muchos de los pueblos de nuestro país. No obstante, viajar hasta ellos para admirar su belleza e historia es una gran forma de ayudarles a resurgir mientras disfrutamos de un paisaje de película.