Las palabras que solo escucharás si viajas Murcia

Acho, hoy viajamos hasta la bella Región de Murcia para conocer algunas expresiones que son difíciles de entender por el resto de españoles.

Descubre las expresiones que solo vas a escuchar en Murcia.
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Si en un concurso de preguntas y respuestas tuvieras que adivinar la comunidad autónoma en la que se emplea el término ‘acho’ estamos seguros de que te llevarías el premio gordo, ya que no hay expresión más reconocible. Y así, acho, ha llegado el momento de descubrir las palabras que solo escucharás si viajas a Murcia.

Acho es una palabra comodín, ya que podemos afirmar que sirve para todo: para expresar precaución, para captar la atención del interlocutor, para denotar sorpresa. Proviene del diminutivo de muchacho o muchacha y cuenta la leyenda que para que te den el carné de murciano debes decirla, como mínimo, 30 veces al día. (En realidad, no existe tal leyenda, pero es, sin duda, la palabra más reconocible).

Muchas de estas expresiones empezaron a escucharse en la huertica murciana.

Muchas de estas expresiones empezaron a escucharse en la huertica murciana.

/ Istock / Rudolf Ernst

Al igual que los maños, en Murcia se suelen utiliza el sufijo diminutivo ico/ica añadido al final de infinidad de palabras. ¿Un ejemplo? Dame un poquico de esa cosica. Y, en esa línea, los novios y novias han pasado a denominarse amiguicos y amiguicas, aunque aquí, las nuevas generaciones con miedo al compromiso también han tenido algo que ver al respecto.

Diccionario murciano: descubre las principales expresiones

Antes de proseguir con este pequeño diccionario, es interesante descubrir que el vocabulario murciano conserva palabras del latín, así como del romance mozárabe y mudéjar. Y gran parte del léxico (y algunos elementos de pronunciación) provienen del catalán ya que la mayoría de los repobladores de la Corona de Aragón eran catalanes.

Murcia, acho, ¡qué bonica eres!

Murcia, acho, ¡qué bonica eres!

/ Istock / Rainer Lesniewski

El murciano suele aspirar la s al final de cada palabra, dando lugar a un acortamiento de palabras muy particular, cuyo objetivo es poder expresarse de forma rápida y práctica (e ininteligible para los foráneos, todo sea dicho).

Casi a la altura de acho nos encontramos con pijo, otra muletilla que se utiliza para cualquier situación de sorpresa, desaprobación o cuando te quedas sin palabras. Y, precisamente así nos quedamos nosotros ante expresiones tan curiosicas como enrobinao (cuando algo está oxidado), endormircarse (cuando uno se siente tentado por Morfeo), o paparajote, que hace referencia a cuando una persona se marea o cae desmayada al suelo.  

Si este verano vas de paseo por la huerta murciana debes tener cuidado de no pillar caparras, que las garrapatas nunca traen nada bueno. Y puedes capuzarte en algún riachuelo, pero con cuidado y volviendo pronto a la superficie para tomar aire. Llega el momento de volver a casa y, por muy poco que apetezca, no conviene ponerse follonero. Y, ojo, ya que hay gente que tiene muy malafollá y siempre la acaba liando.

Murciana con su traje regional.

Murciana con su traje regional.

/ Istock / Soyazur

En casa se prepara la comida (Murcia está para comérsela). Si va al horno en llanda (bandeja) y, mientras, a colgar la ropa en la soga, que otros conocemos como tendal o tendedero. Para el menú tenemos arroz caldero, zarangollo y un Belmonte (café con leche condensada y un chorro de licor muy típico en la zona de Cartagena).

Vamos a pijo sacao, pero no hay que alarmarse, ya que no nos hemos convertido en exhibicionistas ni nada parecido; simplemente vamos a una velocidad que ya quisieran los pilotos de Fórmula 1. Ni tiempo nos ha dado de calzarnos los bambos, pero no hay problema, ya que siempre habrá algún amiguito que nos lleve a coscoletas o, para entendernos, a hombros.

Quizá estas líneas tengan poco fuste, y algún murciano tenga cierta pesambre, pero está panzá de expresiones pretenden acercar al lector a una provincia que tiene infinidad de encantos que ofrecer y, además, constituye un ejemplo divino de la riqueza lingüística que podemos encontrar en España.

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