Navidades cálidas en Uruguay

Estar al aire libre o incluso bañarse en una piscina o la playa en Navidad no son actividades habituales para los habitantes del norte del planeta pero sí para aquellos que viven en el hemisferio sur. En Uruguay se vive durante los meses de diciembre y enero una de las épocas más calurosas del año. El verano austral se empieza a notar en sus destinos más conocidos como Punta del Este o Montevideo, con temperaturas por encima de los 30 grados que contrastan con la nieve artificial o las guirnaldas que decoran todos los edificios y calles uruguayos por Navidad.

Y es que algunas de las costumbres navideñas de este país no difieren demasiado de las europeas. Aunque es cierto que el 24 de diciembre destaca por los fuegos artificiales, cuando tracas y petardos amenizan la velada a la vez que disimulan la llegada de Papá Noel, también es my típico tomar panettone italiano así como turrones y alfajores y brindar con sidra, como en España.

Entre las costumbres típicas uruguayas destaca durante la cena la llamada ‘picadita'', un compendio de fiambres, queso, whisky, vino, refrescos, zumos y pedazos de cordero a la parrilla. Por su parte, el plato fuerte se degusta junto a los regalos ya abiertos y consiste en lechón asado con ensalada rusa u otro condimento fresco. Y después de la cena, además de brindar con sidra, también es muy típico el conocido como "medio y medio", una bebida mitad vino espumoso dulce y mitad vino blanco seco en la que se echan tres gotas de agua de rosas para incentivar al amor.

Y siguiendo con la tradición, por todo Uruguay se puede ver decoraciones con espumillón, luces de colores y trineos así como a gente disfrazada de Papá Noel.

En varios hoteles, como el Conrad o el Serena en Punta del Este, el Sheraton Punta Carretas o el Sofitel Carrasco en Montevideo, entre otros, preparan cenas para Navidad que oscilan entre los 150 y los 230 euros.

Una forma distinta de vivir la Navidad en bañador y con la piña colada hasta altas horas de la madrugada, en el que los uruguayos calman el hambre con medias lunas bien calientes.