Cómo mejorar tus fotografías aprendiendo de los errores

Teniendo en cuenta que sólo podrás mejorar todas tus fotografías si eres capaz de identificar los errores que has cometido para poder corregirlos posteriormente, éstos son algunos de los aspectos fundamentales que debes comprobar. La composición es lo más importante. Deberás buscar distracciones que se te hayan pasado en el momento de obtener la fotografía, sobre todo en el fondo de la misma. Si lo que ves te deja indiferente, es probable que se deba a una pobre composición y a una luz poco atractiva. Para evitar esto conviene buscar ángulos distintos de los habituales y tomar fotos evitando las horas centrales del día, en las que la luz del sol incide verticalmente, creando unas sombras poco atractivas.

En lo que al enfoque se refiere, tendrás que fijarte en si tu fotografía tiene la mejor nitidez posible. En caso de que no sea así, deberás comprobar, mediante los datos EXIF, si la velocidad era lo suficientemente alta como para congelar la acción o si la apertura era pequeña para aumentar la profundidad de campo. Además, comprueba que todas las zonas interesantes de la fotografía están bien enfocadas. De nada sirve una foto de un insecto en la que una parte está enfocada y la más importante, que suele ser la zona de cabeza, aparece borrosa.

Otra circunstancia que debes tener en cuenta es la exposición. Comprueba el histograma (Imagen, Ajustes, Niveles) y, si toda la información está condensada a la derecha o la izquierda, es que no se ha conseguido la exposición correcta. Si la imagen resulta gris y plana, haz que los deslizadores de luces y sombras (blanco y negro) toquen los extremos del gráfico.

Una última comprobación es la que se refiere al momento en que se ha tomado la fotografía. Hazte estas preguntas: ¿has captado el instante álgido? ¿Conseguiste la expresión que buscabas en ese retrato? Utiliza la ráfaga de tu cámara para sacar muchas imágenes del mismo instante y compáralas para ver cuáles son las mejores.